
Demacrado, pero dado de alta, Juan Pablo II salió del Policlínico 'Gemelli' de Roma donde ingresó hace nueve días a causa de una laringotraqueítis aguda y regresó al Vaticano en el Papamóvil.
QUE SE CUIDE Roberto Madrazo porque la rebelión en su contra va en serio: el Tucom ya cuenta hasta con Carmen Salinas.
LA PRESENCIA de la célebre actriz y de otras demasiado conocidas figuras de la farándula fue de lo más destacado en la comida que organizaron ayer los antimadracistas.
ERA TAL la cantidad de estrellas de otros tiempos, que no se sabía si aquello era un acto político o una telenovela política.
JALÓ más cámaras el productor de telenovelas Juan Osorio que el coahuilense Enrique Martínez y el hidalguense Manuel Ángel Núñez juntos.
LA EX SECRE de Brozo, Isabel Madow,estaba más solicitada que el propio Enrique Jackson por más que éste anduvo saludando de mesa en mesa.
EL QUE ANDUVO repartiendo sonrisas fue Natividad González Parás, pero no logró arrancar los suspiros que Sergio Mayer el de "Sólo para Mujeres".
Y AUNQUE se esmeró, la realidad es que a Arturo Montiel no le quedó tan bien el peinado como a Fabián Lavalle.
LOS QUE no llegaron fueron el sonorense Eduardo Bours, el veracruzano Miguel Alemán ni el tamaulipeco Tomás Yarrington.
COMO SEA, los miembros del Tucom estaban muy contentos pues, además de que convocaron a más de mil personas, dicen que Roberto Madrazo sólo cuenta con el apoyo del 39 por ciento de los priistas.
Y QUE como su proyecto es de unidad, pues entre todos juntan el 61 por ciento de las simpatías tricolores. ¿Estará de acuerdo Pitágoras? Es pregunta
Que en el PRI dicen que “la moda retro” es lo que predomina en el Tucom 1.
Y es que sólo así se explica la fuerza que ha adquirido el ex candidato presidencial Francisco Labastida en este grupo de antimadracistas.
Que Labastida tiene tal fuerza que logró impedir que el gobernador de Sonora, Eduardo Bours, fuera el único orador en la llamada comida de la Unidad Democrática.
Labastida, junto con los gobernadores de Nuevo León y el Estado de México, Natividad González Parás y Arturo Montiel, insistió en que debería haber cuatro discursos y no sólo uno.
Esta propuesta fue la que ganó en las negociaciones previas a la comida y se optó por dejar que los cuatro precandidatos presidenciales —Enrique Jackson, Manuel Ángel Núñez, Enrique Martínez y Arturo Montiel— fueran los oradores.