martes, septiembre 26, 2006

Gabinetología: que no, que es Téllez

¿En qué quedamos? Cuando parecía que los gabinetólogos daban como un hecho la inclusión de Agustín Carstens en el gabinete de Felipe Calderón, como secretario de Hacienda, ahora sale Templo Mayor, la columna política de Reforma, con que el bueno es Luis Téllez.
Que incluso ya está metido de lleno en la preparación del presupuesto para 2007, dice.
Y argumenta que esto se debe a la indecisión de Carstens:

En los últimos días ha venido sonando el nombre de Luis Téllez como candidato a ocupar la Secretaría de Hacienda.
De hecho, se dice que ya hasta está trabajando en el cuartel calderonista en la elaboración del Presupuesto 2007.
LA VERSIÓN toma vuelo pues se sabe que Pedro Aspe habría declinado entrarle a ese torito y no está claro cuál es la decisión de Agustín Carstens.
ADEMÁS, Téllez cuenta con un par de ventajas. La primera es que, a diferencia de Aspe o Carstens, su perfil se acerca más a los asuntos micro, a los de detalle, y no tanto a los de la macroeconomía.
LA SEGUNDA sería su cercanía con Tomás Ruiz que sabe el teje y maneje de los vericuetos de Hacienda, en especial en materia de recaudación.
Y ES CLARO que quien quiera hacerse cargo de esa Secretaría tendrá una misión fundamental: simplificar el nudo gordiano que significa pagar impuestos en México.


Sin embargo, los que le ponen dinero al asunto, los apostadores, todavía tienen a Carstens como favorito en el primer lugar del sitio Intrade.
Parece que Calderón de hecho no pierde las esperanzas de traerse a Carstens a su cuadra, si se hace caso a Salvador García Soto en su Serpientes y Escaleras de El Univeresal.
Qué tanto será el interés que tiene Felipe Calderón de que Agustín Carstens sea su secretario de Hacienda que, ante la condición de resolver primero su complicada situación familiar, por la enfermedad de su esposa, el Presidente electo mandó un enviado a Washington para hablar con la señora de Carstens y tratar de convencerla de que se regresen a México.


Y pór otro lado, a Luis Téllez le llueven pedradas a granel.
Ese es el caso del artículo de Luis Hernández Navarro en La Jornada, donde llama al aspirante a secretario de Hacienda, Profeta de la Privatización.
Queda claro que Luis Téllez no es definitivamente el candidato de la izquierda:

Cuando Luis Téllez fue nombrado subsecretario de Agricultura, en tiempos de Carlos Salinas, sabía del agro lo mismo que sobre la industria eléctrica y la petrolera cuando fue designado secretario de Energía: nada.
Pertenecía, sí, al selecto grupo de mexicanos educados en universidades de excelencia del este de Estados Unidos, que aterrizó en la cúspide de la pirámide burocrática sin mancharse los zapatos ni saludar manos callosas ni atender solicitudes ni escuchar el memorial de agravios ni conocer la historia patria.
Los méritos de Téllez son de otra naturaleza: sus relaciones con los señores del dinero y con los hombres del poder y su adscripción ciega a los dogmas neoliberales.
No importa que una tras otra las políticas que ha propuesto e implementado hayan resultado un fracaso para el país. Su red de relaciones (que van de George Bush padre a algunos de los principales magnates mexicanos pasando por los millonarios petroleros texanos) se ha visto favorecida gracias a ellas.
Introducido en los salones de Palacio Nacional por el otrora poderoso secretario de Hacienda, Pedro Aspe, se acomodó con rapidez al mundo de la política como negocio, a la vera del profesor Carlos Hank, y al círculo de los elegidos de la política nacional.
Alejado temporalmente de la política nacional al término del gobierno de Ernesto Zedillo, el icono de la tecnoburocracia saltó a la iniciativa privada como parte de los consejos de administración de los consorcios DESC (donde ocupó un alto cargo administrativo), FEMSA y Grupo México. Su desempeño en DESC, según diversos analistas financieros, fue bastante mediocre.
Luis Téllez dirige actualmente en México el Grupo Carlyle, adonde llegó recomendado por Thomas McLarty, influyente ex funcionario del gobierno estadunidense.
Carlyle es una inversora que maneja 14 mil millones de dólares en acciones, entre las que se encuentran compañías vinculadas con la secretaría de Defensa de Estados Unidos (M. Asif Ismail, Investing in War).
Según la revista The Nation, "mediante la contratación de ex miembros de gobierno, Carlyle ha llevado la influencia política a un nuevo nivel y ha creado una versión del capitalismo en el siglo XXI que borra cualquier línea entre política y negocios" (...) "Aunque el fondo asegura que opera como cualquier otro banco de inversión, es innegable que su equipo de estadistas-empresarios tiene la habilidad de llegar a las redes de gobierno y comercio -tanto en Estados Unidos como afuera- para recibir inteligencia de avanzada sobre compañías que se van a vender o restructurar, o sobre políticas presupuestales que se van a implementar, para luego transformar esa información en estrategias que calan bien con las políticas de defensa y política exterior de Estados Unidos".
Téllez desempeñó un importante papel en el acercamiento de Vicente Fox con George W. Bush, después de que el mandatario estadunidense congeló las relaciones con su homólogo mexicano a raíz de la decisión de México de no apoyar la intervención de Washington en Irak.
Recientemente se integró al consejo consultivo de la empresa estadunidense Sempra Energy, que figura dentro de la lista de las 500 de Fortune y tiene importantes intereses en México.
Con mucha insistencia se ha señalado que el profeta de la privatización ocupará una posición clave en el gabinete de Felipe Calderón. No importa que su trayectoria en la administración pública haya sido desastrosa. No hace falta mucha perspicacia para adivinar cuáles intereses defenderá desde allí: ciertamente, no los de la nación.


Mientras tanto, a los que están confirmados en el primer círculo calderonistas, ya les dieron hasta camionetas nuevas. Blindadas además, según revela Milenio en sus trascendidos:

Que el balconeo a los priistas que han acudido a las oficinas del presidente electo tiene como origen al propio círculo íntimo de Felipe Calderón, donde no quieren intermediarios ni mensajeros para entablar un diálogo con Roberto Madrazo y los gobernadores del tricolor.
Que el equipo de transición de Calderón está estrenando camionetas blindadas Grand Cherokee. A bordo de tres de ellas ingresaron ayer a Los Pinos Juan Camilo Mouriño, Josefina Vázquez Mota y Maximiliano Cortázar, para reunirse con la gente de Vicente Fox.


Pero también les leyeron la cartilla y les amarraron las manos para que no gasten demasiado, según información de Marcapasos en Reforma:
Además de las "manos limpias", el equipo de transición de Felipe Calderón las tendrá "amarradas", pues los muchachos del dream team tendrán que sujetarse a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público para todas las operaciones que realicen de aquí al 30 de noviembre.
La Secretaría de Hacienda difundió ayer las reglas de operación del Fideicomiso para apoyar el Cambio de Administración del Ejecutivo Federal, donde hay 130 millones de pesos para pagar consultorías y arrendar bienes y servicios.
Las órdenes marcan que hay que ahorrar todo el gasto corriente: energía, combustibles, teléfonos y materiales de impresión, y la cláusula nacionalista, but of course, es que las contrataciones de extranjeros se reduzcan al número "estrictamente necesario".


A propósito del gabinete, cuenta Salvador García Soto en Serpientes y Escaleras, que a la priísta Beatriz Paredes la buscó hace unas semanas un colaborador cercano del Presidente electo.
La sondearon si aceptaría la Sedesol. "Por mí acepto, pero yo no puedo garantizar que eso se traduzca en acuerdos con el PRI porque aún no se sabe quién encabezará al partido", fue la respuesta de la tlaxcalteca...


Cuanta también García Soto a propósito de próximo viaje de Calderón a latinoamérica, que la logísitica y agenda de esa gira ha sido diseñada por el coordinador de Política Exterior del equipo, Arturo Sarukhan, a quien muchos ven como el próximo canciller.
Y está será una prueba para Sarukhan que se metió personalmente a cuidar cada detalle de esta gira para evitar cualquier riesgo de que las rencillas que ha sembrado en la región el pendenciero presidente Fox, vayan a explotarle como minas a Calderón durante sus visitas, especialmente en Chile y Brasil, donde no tienen la mejor opinión de la torpe diplomacia practicada por el foxismo.


En tanto, a quienes se comen las uñas mientras deshojan la margarita de su inclusión en el gabinete, Joaqúín López Dóriga les advierte En Privado:
Aún no.- Felipe Calderón tranquilizó ayer a los suspirantes, al decir que ninguno de los que van a estar en su gabinete lo sabe aún, que lo decidirá en noviembre y lo anunciará el día 30. Y que su primer equipo no formará necesariamente parte de ese gabinete.


Jorge Fernández Menéndez explica en Excelsior porqué será así:
Tampoco existe todavía nada definido respecto al próximo gabinete de Felipe Calderón.
Es más, en ese sentido, sin duda se está trabajando y realizando consultas y entrevistas de todo tipo, pero como suele suceder con cualquiera que se acerca al poder desde la periferia de éste, el Presidente electo parece en estas semanas estar descubriendo la magnitud del aparato estatal y los retos que éste implica a la hora de equilibrarlo y controlarlo.


Adelanta cómo será este gabinete.
Calderón buscará integrar un gabinete relativamente joven, pero de gente honesta, con amplia experiencia y capacidad operativa, que sepa de su labor y provendrá de distintos orígenes políticos y profesionales. Calderón gusta de la pluralidad y de la eficiencia, sabe escuchar y eso se tendrá que reflejar en su equipo.


Y aconseja el Presidente Electo:
Quizás, para integrarlo tenga que recordar a Maquiavelo cuando decía que “los príncipes deben huir de los aduladores como de la peste; para defenderse de ellos elijan hombres sabios: no deberán más que concederles libre albedrío y decirles la verdad”. Allí está la base para armar un buen gabinete.


Otro que aconseja este día al Presidente Electo es el curtido columnista Francisco Cárdenas Cruz, quien le advierte en El Universal:
Ahora que Felipe Calderón insiste en que pretende ser menos panista y más Presidente de todos los mexicanos, no son pocos los que recuerdan que un Ejecutivo federal que toma distancia de su partido, acaba por debilitarlo.
Un ejemplo de ello lo dio Ernesto Zedillo, quien jamás fue un entusiasta militante del PRI, al marcar aquella "sana distancia" que fue funesta para el tricolor.