miércoles, marzo 16, 2005

Espino, con la espada desenvainada


No ha amilanado al flamante presidente Nacional del PAN, el escandalito de Tatiana Clouthier, que abandonó el partido, ni la batea de babas con que salió luego Luis H. Alvarez, de que la elección panista estuvo viciada.
Tampoco le hacen mella caricaturas como la de arriba, en que El Fisgón lo pinta como fascista, en El Universal.
El dirigente de Acción Nacional, va derecho en su política, según afirma Pepe Grillo en La Crónica:
Que Manuel Espino seguirá con la espada desenvainada.
Dicen que después de que advirtió que sólo él dará línea a diputados y senadores para el desafuero de López Obrador, en breve lanzará otra:
Va a proponer a Carlos Abascal como candidato al gobierno de la ciudad, afirman.
Y no le preocupan al nuevo líder del PAN, parece, la ola de protestas y la renuncia de Tatiana Clouthier, por sus imposiciones.
Espino dice que no renunciará, pero el descontento crece.



A propósito de Tatiana, (a quien Efrén dibuja en El Universal con cara de mártir y una leyenda que dice: Debemos dejar de ser perros, tepocatas, vívoras prietas y alimañas) F Bartolomé asegura en Templo Mayor, de Reforma, que la hija de Chlouthier es buena para el billar.

ALGUNOS MALOSOS del PRI y del PAN dicen que Tatiana Clouthier es muy buena... pero para el billar.

Y ES QUE con su renuncia provocó una carambola de tres bandas en el PRI, en el PRI-AN y en el PAN.

EN EL PRI porque pasó a machucar a Juan Millán, el ex gobernador de Sinaloa que una y otra vez premió Vicente Fox... siendo que la hija del Maquío ve con recelo su actuación frente al narco.

EL PUNTO delicado es que Millán tenía encendida su veladora para sustituir a Roberto Madrazo en la dirección del PRI, con la bendición de Elba Esther Gordillo... y ahora le sale este lunarcito.

EN EL PRI-AN porque machucó al procurador Rafael Macedo de la Concha al decir que, luego de hablar con él en noviembre y plantearle la situación que había en Sinaloa, fue cuando comenzó a rondarle la idea de salir del partido.

Y EN EL PAN porque, con eso de que la renuncia se dio en el marco del ungimiento de Manuel Espino, el duranguense ya salió más que raspado.

¡VAYA carambola!

Por cierto que F. Bartolomé, aporta otras consideraciones sobre el revuelo en el PAN (que por cierto, Nerilicón dibuja así en El Economista):

EN MEDIO del revuelo causado por la elección de Manuel Espino como dirigente de Acción Nacional, hay dos personajes que están en la boca de los albiazules.

UNO es Luis Felipe Bravo. A él lo ven como el artífice del triunfo del duranguense ya que cargó los dados de la elección, al dejarlo hacer y deshacer desde la secretaría general de Acción Nacional. Dicen que por eso Luis Felipe anda expiando culpas.

EL OTRO personaje en boga es Carlos Medina Plascencia. El malestar que le provocó su derrota lo entienden, pero no el que haya tirado la toalla sin ni siquiera hacer valer su derecho a colocar a parte de su equipo en el CEN albiazul y rebalancear el asunto.

ADREDE o sin querer, le pavimentaron el camino a Manuel Espino... aunque a éste se le vea dar tumbos.



Los trascendidos de Milenio, le recomiendan a Espino moderar su vocabulario, sobre todo a raíz de las ocurrencias de Luis H. Alvarez:

Que el presidente nacional del PAN, Manuel Espino, tendrá que repensar los adjetivos que ha lanzado a quienes no están de acuerdo con su particular estilo de dirección.
Espino les ha dicho, en diversos foros, “burócratas y ardidos que sólo andan lloriqueando”.
El problema es que ahora se sumó a ésos Luis H. Álvarez, ex candidato presidencial y ex presidente nacional del PAN.
Nadie recuerda que Álvarez hubiera lanzado una crítica parecida a ninguno de los dirigentes que lo sucedieron: Carlos Castillo, Felipe Calderón o Luis Felipe Bravo.



Y como para no variar, continúan los columnistas involucrando a Marta Sahagún (a quien Naranjo dibuja como una dama decimonónica, bajo el titular "P'al rancho" y una leyenda que reza: sí, pero al ranchote más grande del mundo).
En El Universal, Francisco Cárdenas Cruz, comenta:
En 1997, el entonces gobernador de Guanajuato con licencia, Vicente Fox, se apropió materialmente del Partido Acción Nacional para que lo hiciera su candidato a la Presidencia de la República y tres años después ganar la elección y lograr lo que se había convertido en una verdadera obsesión, como fue sacar al PRI de Los Pinos. Hoy, su esposa Marta Sahagún de Fox consiguió lo que también fuera su anhelo: convertirse en integrante de la Comisión Política Permanente del Comité Ejecutivo Nacional del blanquiazul y, desde ese cargo, asumir su conducción de cara al proceso presidencial del año próximo, con la sumisa aceptación del nuevo líder y su otrora feroz crítico, Manuel Espino Barrientos.