martes, enero 11, 2005

Grillan contra Martita

Salpicada de sus sangrones dicharajos en inglés, la señora Marcela Gómez Zalce publica hoy una curiosa columna en Milenio.
Sus chismes son por demás interesantes:

Ciertos estereotipos de mujeres, mi estimado, son como la hiedra, que crece en todo su esplendor mientras se enrosca en el árbol (o sea, pinus durangensis), pero no vale mucho cuando se le separa de él.

En Los Pinos, & surroundings, lamentablemente hace tiempo están viviendo una borrachera de poder y ya entrados en tragos, perdón, en gastos, creen ser totalmente —como dijera un clásico—indestructibles e infalibles, cuando en realidad, my friend, hoy empiezan a ser sólo minúsculos rehenes de intereses más poderosos, los cuales ya empiezan a exhibirse con más desparpajo.

Sin duda, el propagado nombramiento de ayer del ex priista Miguel Ángel Yunes como subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana en la tristemente célebre SSP federal, (des)encabezada por el —ese sí— invulnerable amigo de Fox, el pequeño Ramón, ha puesto en guardia a más de uno. ¿Por qué? Sencillo.

Yunes es ficha de Elba Esther Gordillo, quien a su vez se entiende a las mil maravillas con Carlos Salinas de Gortari (and with this changes a speck the whole scenario), pero además la traviesa teacher cuenta con la mancuerna más poderosa que hoy, mi estimado, tripula todas las decisiones desde Los Pinos. Su nombre: Marta Sahagún.

Y en estos meses, en los que varios pueriles personajes dejarán sus cargos como funcionarios públicos para ir en pos de sus particulares aventuras (en pañales orinados) políticas, la batalla sobre los posibles sucesores en los diversos despachos no se ha hecho esperar.

La simpática cuestión en toda esta tenebra, amable lector, es que la primera dama quiere leer en todos los libros, faltaba más. Y cuidadosamente ha ido armando sus cuadros para que, llegado el momento, los coloque y entonces cuente con una divertida red que la ayude a posicionarse en busca de su irresistible sueño... whichever this is.

Lo importante es quitar de en medio a esas estorbosas maculitas azules que tanta lata hace algunas lunas le dieron. O sea, pay back time is finally here. Uno de los dulces más codiciados de la administración foxista es, sin duda, la Secretaría de Gobernación, donde despacha (un “prietito en el arroz”) el candidato oficial (until now), Santiago Creel, quien sin ninguna pena, compadre, se tomó un gran periodo vacacional.

En descanso, querido lector, bien merecido después de tantas horas intensas de trabajo y de estupendos resultados que se ven reflejados en la ola de tranquilidad y estabilidad que azota al país este 2005. El pronóstico no pudiera ser más alentador, pues.

Como de costumbre, Marta tiene su propia agenda sobre quién podría ser el sustituto de Santiago, así que no se me vayan a empezar a acelerar mis chiquillos panistas. Más allá de esta divertida historia, uno que está más puesto que un calcetín para irse a despachar a Bucareli es el procurador presidencial, perdón, de la República, Rafael Macedo de la Concha, aunque diga lo contrario.

La PGR será un inevitable desgaste a medida que se acerque el año 2006, así que it´s time to start thinking about the future. Tiradores sobran, my friend, entre tanta fauna de simples personajes advenedizos.

Hoy, por lo pronto, doña Marta ya tiene sustituta, perdón, candidata para Relaciones Exteriores que, si todo sale bien (uno nuca sabe), dejará en marzo Luis Ernesto Derbez. ¿Quién es la afortunada de contar con una amistad tan especial? Hold your breath.

Patricia Olamendi, subsecretaria de Asuntos Globales (what a exquisite name) —quien por cierto fue hace algunos meses descortés y ordinaria con un representante de Juan Pablo II—, fue impulsada por su sister para ser una de las oradoras en un chistoso reven en Los Pinos con la asistencia de todo el cuerpo diplomático. La graciosa Patricia mencionó con mucha familiaridad en su whatever discurso a la primera dama frente a estupefactos miembros del Servicio Exterior Mexicano, pero espere, eso no es todo.

Vicente Fox en algún momento dejó su discurso sobre dizque diplomacia de lado, who cares, para entrar de lleno al tema que lo apasiona y últimamente obsesiona: el desafuero de Andrés Manuel López Obrador. O sea, cómo borrar del mapa a este incómodo insecto tabasqueño que obstruye los planes de mi vieja. Pero volvamos a nuestro culebrón.

Por si fuera poco, mi estimado, hace algunos meses, en una entretenida y selecta junta en Washington, Olamendi se encargó de vociferar que ella ocuparía sin lugar a dudas la cancillería a la salida de Derbez por la, entonces, búsqueda de la candidatura presidencial.

Todo estaría de pelos (color de rosa) si en este singular asunto el PAN no tuviera nada que decir pero, con la pena, parece que no es así. Algunos azules consideran que ya es tiempo de ocupar parte de la cartera (vencida) de cara a la sucesión presidencial, y la SRE se presta para ser un simpático instrumento de exposure interno y externo.

Y con la arrogancia, frescura (mucha ayuda de los espíritus del más allá) y descaro que hace tiempo reinan y prevalecen en la cabañita acogedora, es reservado el pronóstico de este singular pleito. Porque con el detallito, my friend, de que esta dependencia tiene un peso específico en los planes futuros de la señora presiden... perdón, Sahagún.

Así que no pierda de vista, amable lector, ciertos curiosos movimientos que desde el PAN empezarán a suceder para no dejar que Martita se salga con la suya. El respetable le sugiere correr por sus palomitas, un drink y hacer sus apuestas...

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