martes, febrero 08, 2005

Quieren quemar a Espino en leña verde

Es curioso, pero las columnas políticas del día tal vez con la excepción de Milenio, que publica varios artículos, soslayan el asunto de El espía de Los Pinos.

El caso es abordado A puerta cerrada con bastante juribilla por la señora Marcela Gómez Zalce:

El escándalo alrededor del funcionario Nahum Acosta Lugo sembrado (¿?) en Los Pinos ha desatado, entre varios personajes de la vida política, una inmensa cascada de declaraciones, my friend, que oscilan entre las tremendamente simples y estúpidas hasta las prudentes y sensatas.

Y todo en medio del megabullicio que se ha producido en el interior de los partidos políticos por los resultados electorales, el pasado fin de semana, en tres diferentes entidades del país. Mientras el respetable, como de costumbre, observa atónito, preocupado, aturdido y estupefacto the great amount of shit hitting the fan. ¿Empezamos? Ahí le va.

Es por demás inquietante, amable lector, que hasta hoy la información dada a conocer por las travesuras de este superespía Nahum es confusa y poco clara. El argumento de la filtración de la agenda presidencial —conocida con antelación por medio México— no termina de convencer del todo, lo que genera suspicacias sobre si hay algo mucho más grande detrás de esta insólita detención o quizá hay otro tipo de simpática agenda personal rumbo al accidentado 2006. Who knows.

En primer lugar porque el tiempo que estuvo este peculiar soplón —traidor, dijo Fox— dentro de la residencia oficial (¡más de tres años!) no logró ser detectado, lo que demuestra una gravísima falla de todos los personajes que hoy se quieren mostrar como salvadores de la patria y de las mentadas instituciones.

En segundo lugar, tanto Acosta Lugo como una bola de panistas sonorenses llegaron en paquete a ocupar puestos bajo las órdenes de los recién nombrados colaboradores de Vicente Fox y, of course, con este gobierno del cambio las formas, va de más decirle, cambiaron sustancialmente. ¿Dónde rayos quedaron los filtros y los selectos procesos de selección? Claro, no hay que olvidar las delicadas declaraciones del entonces candidato con botas guanajuatense allá en sus ajetreados días de campaña, en relación con el trabajo correspondiente del Estado Mayor Presidencial, remember? Sigamos.

Y para que no falte la pirotecnia, las declaraciones de Felipe Calderón, un aspirante más para ocupar Los Pinos, son sin duda de lo más refrescantes. El ex secretario de Energía, mi estimado, ha exigido (faltaba más) al inquilino de Los Pinos mano dura y una revisión profunda de todos los equipos que han colaborado cerca de su persona. La concurrencia, muy entusiasmada, solicita que ya entrados en gastos se apliquen estos muchachitos en la PGR e informen con claridad sobre el curso de las investigaciones a destacados panistas, empezando con el gobernador del PAN en Morelos, Sergio Estrada Cajigal, y sus presuntas relaciones con el narcotraficante conocido como El Azul Esparragoza y, si no es mucha molestia, averiguar cómo estuvo ese asuntito de las celebridades panistas en narcofunerales sinaloenses.

Porque eso de escupir para arriba, perdón, de negar que la vinculación de un ex funcionario panista en la Presidencia de la República con el crimen organizado no tendrá un impacto negativo para Acción Nacional en 2006 es totalmente de risa loca, pues.

Varios militantes del PAN ya están haciendo la hoguera para quemar en leña verde a Manuel Espino y their final target, Santiago Creel, sin percatarse que el pernicioso remolino terminará por succionarlos as well. Un partido dividido —del color que sea— sencillamente no podrá ganar 2006, y Acción Nacional no es la excepción. Pero ahí le va una perlita para su collar.

The word on the hill, querido lector, acerca del hermetismo con que se quieren manejar las autoridades federales sobre el caso de Acosta Lugo, tiene que ver con algunos simpáticos hilos que llegan a la entidad gobernada por el viajero frecuente, Arturo Montiel. No se distraiga y siga leyendo.

La divertidísima cuestión en esta simpática tenebra es la información con la que hace tiempo cuenta la DEA (Drug Enforcement Agency) relacionada con ciertos personajes y asuntos en materia de seguridad nacional, y que comparte —por decirlo en términos amables— con autoridades mexicanas. El meollo de todo el asunto, mi estimado, tiene que ver con la velocidad, prontitud, urgencia y la eficacia (no olvide la simpática cartita de Tony Garza) en el intercambio de datos y de las acciones para lograr la captura de las grandes bandas criminales.

Y aunque los halcones de Washington tienen su peculiar agenda con la administración foxista, es cada vez más claro who´s really calling the shots...


Jorge Fernández Menéndez, ahí mismo en Milenio, habla de la "conexión Sonora" en la que estarían involucrados dos personajes: Manuel Espino y Alfonso Durazo:

La “conexión Sonora” puede poner de cabeza a Los Pinos y debería hacer reflexionar seriamente al gobierno y al panismo sobre su forma de entender y ejercer el poder. El caso de Nahum Acosta Lugo, el presunto infiltrado en Los Pinos para el cártel de Juárez (que en realidad es la organización más poderosa del narcotráfico en el país, con ramificaciones en prácticamente todos los estados de la República), demuestra la facilidad con que se puede llegar a posiciones claves en el gobierno sin tener un perfil alto, pero también cómo los intereses políticos pueden hacer perder de vista incluso algunas de las medidas de seguridad más elementales en un gobierno.

En la PGR se habla de la “conexión Sonora” porque el caso de Nahum no puede desligarse de dos notables sonorenses que fueron sus jefes directos y quienes lo trajeron a Los Pinos: Alfonso Durazo, secretario particular del Presidente durante los cuatro primeros años de su mandato y Manuel Espino, entonces coordinador de giras de la Presidencia, luego secretario general del PAN y ahora precandidato a la presidencia del CEN panista.


Nahúm amenazó de muerte al que lo detuvo

Isabel Arvide, tiene en La Crisis una versión sobre la detención del espía de Los Pinos, en que aparece implicado Alfonso Durazo, de quien la articulista se pregunta qué papel jugó, y en el que se revela la razón de que la exclusiva de la dentención del "topo" del narcotráfico en la casa presidencial, haya aparecido en Milenio: Una llamada de Carlos Marín, director de ese periódico, a quien le habrían secuestrado un hijo.

Ahora Nahum no podrá seguir enviando correos electrónicos ni llamadas cifradas a sus cuates, a ver si en la soledad del cuarto donde pasará su arraigo legal se va tragando la soberbia con que le grito a Santiago Vasconcelos que su vida ya no tenía ningún valor.
Así concluye el artículo de Isabel Arvide. Este es el enlace.

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