viernes, mayo 13, 2005

Tiffanygate


Calderón ve a López Obrador rifando algo más que su reloj, en este cartón del día en Reforma.
Y es que la aparición del costoso reloj ha cado pábulo al crecimiento de un escandalito que ya se conoce como "tiffanygate", y que en opinión de Carlos Ramírez, el director de La Crisis, es sólo la punta del iceberg de una serie de actos de corrupción del gobernante del DF.
Dice así Ramírez:
El caso del reloj de López Obrador, por tanto, forma parte de un esquema de corrupción que ha minado la credibilidad y la honestidad valiente del gobierno perredista en el DF. El debate no es sobre el precio sino sobre el hecho de recibir regalos caros y no declararlos legalmente. Y el tiffanygate formaría parte de todos los muchos casos de corrupción en el gobierno capitalino de López Obrador: Bejarano, Ponce, Carlos Ímaz, el dinero sucio con el cual el perredismo lopezobradorista financió las campañas electorales del 2003, Octavio Flores, las irregularidades en Tláhuac y Alvaro Obregón, los contratos sin licitación para las obras viales, el ocultamiento de información financiera, la corrupción policiaca, el salario de Nico, y los que se acumulen en los próximos días.

El caso del reloj regalado debe conducir a una investigación de corrupción. López Obrador no debe desviar el cargo con los argumentos de que no es tan caro y de que es el nerviosismo de sus adversarios. Se trata de un caso simple y llano de corrupción al viejo estilo priísta, donde los titulares de las oficinas recibían los grandes regalos nada menos que de los funcionarios menores encargados de obras y compras como una manera, decía el lenguaje priísta de entonces, "aceitarle" la mano a los grandes jefes para firmar los contratos.
Aquí, el artículo de Carlos Ramírez.
Pero el asunto que trae ahora muy ocupados a los columnistas, es el de la sucesión en la secretaría de Gobernación, donde ya ven sentada en el escritorio de Santiago Creel a la todavía titular de Sedesol Josefina Vázquez Mota.
El Universal
lo reseña así Bajo Reserva:
Josefina Vázquez Mota se declara lista para suceder a Santiago Creel en la Secretaría de Gobernación, aunque ayer su equipo exhibía inquietud pues la víspera su jefa pareció mostrar demasiada ansiedad por aceptar tal encomienda. La cena que sostuvo el miércoles con el propio Creel ayudó también a disipar las versiones de que ella se la jugaría en favor de Felipe Calderón Hinojosa .

La proyección lograda por Vázquez Mota dejará en la raya a otros interesados en Gobernación, especialmente a Ramón Martín Huerta , secretario de Seguridad Pública federal, quien durante las últimas horas se afanó en proyectar una imagen de buen concertador político, al grado de querer forzar la firma de un acuerdo de colaboración con el gobierno de la ciudad de México, donde decidieron no hacerle el juego. Pero el problema mayor de este funcionario, uno de los más cercanos al presidente Fox , es que no le aceptaron ninguna de sus propuestas de relevo en la dependencia que ahora encabeza.

Felipe González , subsecretario de la propia Gobernación, y Ramón Muñoz , el jefe de la oficina de la Presidencia, mostraron mayor prudencia. Y según diversas señales, el presidente Fox habría sido ya convencido de que el PAN no le perdonaría designar en Gobernación a un personaje ajeno al blanquiazul, aun si ello ayudara a garantizar una transición sexenal en paz.

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