jueves, octubre 23, 2008

Comentocracia: 100,000,000,000, el precio del miedo



Así viene la síntesis de artículistas:

Artículos

Acuerdo

Reforma, p. 14/Primera - Opinión
José Woldenberg
Todo parece indicar que la reforma petrolera será aprobada por la vía del consenso. Contra casi todos los pronósticos, tras largos meses de tensión, recriminaciones mutuas, intensivas campañas de publicidad, movilizaciones populares y debates dentro y fuera del Congreso, los grupos parlamentarios de los distintos partidos parecen haber forjado un acuerdo. Si nada imprevisto sucede es probable que en los próximos días el Legislativo apruebe (casi) por unanimidad siete proyectos de reformas en materia energética. El solo hecho de que aquello que parecía imposible esté sucediendo merece una reconsideración de las potencialidades de la política como fórmula para tender puentes entre antagonistas en principio extremos, y por supuesto de las limitaciones mutuas que la búsqueda del consenso impone.


Freno a la privatización

El Universal, p. 19/Opinión
Manuel Bartlett Díaz
La “reforma energética” iniciada por Felipe Calderón está por concluir. Siete dictámenes serán sometidos al pleno del Senado. Después de dos meses de debate en el que se analizó exhaustivamente, por primera vez, la industria petrolera, la discusión se continuó a puerta cerrada en comisiones y después a gran velocidad dictaminaron en sesiones públicas. En las últimas horas se han sucedido nuevas versiones de dichos dictámenes: ¿cuál es el resultado?
(…) A vuelo de pájaro, encontramos diferencias en lo planteado por Calderón y los dictámenes: se reconoce el mandato constitucional que establece la exclusividad de Pemex en las áreas estratégicas, se mantiene el artículo tercero de la Ley Reglamentaria que define la explotación reservada al Estado en el sentido amplio, desde la extracción hasta la gasolinera; se establecen candados a los contratos (…)

Primeras lecciones

La Jornada, p. 24/Opinión
Adolfo Sánchez Rebolledo
En cuanto al acuerdo en referencia a la cuestión petrolera hay algunas lecciones que vale la pena destacar: la primera, y acaso la más importante: hay temas de la vida nacional cuya trascendencia obliga a que los cambios legales se discutan de manera pública y abierta, aunque moleste en ocasiones a quienes dueños del poder se creen también poseedores de la verdad. En una sociedad plural y clasista como la nuestra, el respeto a las formas democráticas no sería nada sin la voluntad de escuchar todas las voces, buscando los mecanismos más adecuados para que esto sea posible. La segunda es que, ciertamente, todos los acuerdos suponen concesiones de las partes. Las victorias absolutas sólo existen como resultado de la “dictadura de la mayoría”, es decir, de la imposición de criterios que, finalmente, son frágiles y cuestionables. (…)

i Chinche reforma!

Excélsior, p. 22/Primera-Opinión
Rafael Álvarez
Nada importante: Pemex salió de la égira de Hacienda, tendrá más autonomía, pero va a ser controlada por el Congreso; el Presidente podrá nombrar a seis miembros del Consejo de Administración, pero el Congreso los ratificará. ¿No ibas a hablar sobre la mariguana, sus beneficios y la necesidad de despenalizar su uso?
-Sí, pero será después. Seguimos con bloqueos mentales, tabúes, ideas preconcebidas. Es lamentable en pleno siglo XXI la reacción furibunda y mojigata de algunos ante la propuesta de despenalizar el uso de la yerba, que tarde o temprano se hará, pero lo que me tiene encabritado es el resultado final de la mal llamada reforma de Pemex.

¿Política fiscal contracíclica?

El Universal, p. 18/Opinión
José Luis Calva
Con una economía entrando en recesión, México requiere enérgicas acciones contracíclicas de política macroeconómica. La pregunta de hoy es: ¿con el Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo (PICE) y la Ley Federal de Ingresos aprobada por el Congreso, tenemos una política fiscal realmente contracíclica? Para empezar, el PICE aparece como una obra de prestidigitación.
(…) Hace casi 10 años, Paul Krugman escribió en The Return of Depression Economics: “Lo que pudo haber sido una recesión común y olvidable se convirtió en una pesadilla gracias a la estupidez de los políticos”. “Si por lo menos el presidente Hoover hubiera seguido una política fiscal expansionista en vez de tratar de equilibrar el presupuesto (…), entonces la catástrofe hubiera sido fácilmente evitable. Y como ahora sabemos más, no puede volver a suceder. ¿O sí?”. La respuesta para México corresponde a nuestra clase política.

El plan ante la crisis mundial

El Universal, p. 19/Opinión
Armando Pineda Osnaya
A raíz de la crisis financiera internacional, el presidente Calderón lanzó una iniciativa para hacer frente a la misma, la cual comprende cinco puntos: 1) destinar 53 mil millones de pesos al gasto público en infraestructura; 2) eliminar el esquema pidiregas en Pemex; 3) construir una nueva refinería con una inversión de 12 mil millones de pesos; 4) aumentar en 2 mil millones de pesos el apoyo a pequeñas y medianas empresas (pymes), otros 500 millones al Fondo Nacional de Apoyo a Empresas en Solidaridad, ampliar el presupuesto del Servicio Nacional de Empleo en 250 millones de pesos y dotar a la banca de desarrollo hasta con 165 mil millones de pesos de crédito; y 5) elevar la competitividad mediante la simplificación de trámites de comercio exterior y la operación aduanera (…)

El precio del miedo

Excélsior, p. 23/Primera-Opinión
Fernando Serrano
El señor secretario de Hacienda hace algunos días dio a conocer una cifra estremecedora, la del costo de la inseguridad en México que corresponde a 1% del PIB, es decir, unos 100,000,000,000. Esta astronómica cifra de once ceros es el precio de nuestro miedo. Hablar del costo que representan para nuestra economía las inversiones que no están llegando, los capitales que se han ido, los gastos erogados en protección y seguridad que no serán invertidos en proyectos productivos, en el precio de la corrupción y la transmisión de dinero ilícito por pago de rescates y lavado de dinero, nos pone a pensar en qué podría hacerse con 1% del PIB.

El presupuesto de 2009 y la seguridad

Milenio Diario, p. 19/Opinión
Diodoro Carrasco Altamirano
Con crisis o sin crisis, “obras son amores .no buenas razones”. El proyecto de Presupuesto de la Federación para el ejercicio fiscal 2009 presenta una clara definición en la dirección de reforzar la seguridad pública, la justicia y la seguridad nacional. El ramo de seguridad pública presenta un incremento de 69%, el dé la Procuraduría General de la República un 29%, el rubro de Defensa un incremento de 19%, el de Marina de 14% y el de Gobernación un aumento de 25%. Mientras que el gobierno como tal (función de gobierno) observa un incremento presupuestal de 24% en relación con el presupuesto de 2008, el crecimiento promedio del gasto programable en los rubros de seguridad y justicia es de 46%, prácticamente el doble.

Cuba, sus luchas y sus sueños

La Crónica de Hoy, p. 4/Opinión
Jesús Martínez Álvarez
La visita que realizó el canciller cubano Felipe Pérez Roque a nuestro país, evidencia la voluntad de allanar las diferencias que enfriaron las relaciones durante el sexenio pasado. Sería ocioso abundar sobre hechos que son de sobra conocidos. Ahora lo que importa es fortalecer el vínculo de colaboración y respeto entre ambos países. No se trata, por supuesto, de hacer apologías, sino de alentar estrategias que redunden en beneficio de dos pueblos que se han identificado por sus afinidades históricas y culturales desde hace mucho tiempo. Estas relaciones, pensamos, no deben estar influenciadas por tendencias hegemónicas de ningún signo, puesto que ello implicaría injerencias que obstruyen el buen entendimiento. A la etapa difícil por la que atravesaron México Y Cuba hay que extraerle lecciones que nos alerten para no repetir los errores cometidos.

¿Democracia cara?

La Jornada, p. 25/Opinión
Néstor Martínez Cristo
Se ha vuelto lugar común la afirmación de que en México la democracia es cara. Aunque es relativo, dicho señalamiento pudiera ser cierto, sobre todo si se compara con países donde existe una larga historia de elecciones democráticas, incuestionables, y donde la confianza y la credibilidad ciudadana en los comicios se da por descontada. Pero para el caso de México, la premisa inicial es más que discutible. En nuestro país, la sociedad ha vivido los procesos electorales con un recelo histórico, situación originada y alimentada, en mucho, por los propios partidos políticos. Lo curioso es que esa desconfianza se da, en primer término, entre los partidos y, particularmente, hacia el partido gobernante, hoy el PAN y antes, el PRI.

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