jueves, noviembre 06, 2008

Comentocracia: Ante la muerte de Mouriño, cambios indispensables

El presidente Felipe Calderón y su esposa, en la ceremonia fúnebre de esta mañana para Juan Camilo Mouriño y funcionarios que perdieron la vida junto al secretario de Gobernación.


Así viene la síntesis de artículos:

Artículos

Consternación

Reforma, p. 17/Primera
Guadalupe Loaeza
Quién sabe quién le habló a tu marido a las cuatro de la mañana, el caso es que varias veces sonó su celular hasta que se fue al baño para contestarlo. Dos minutos después se acercó a la cama donde dormías como una piedra y te dijo no muy quedito: “No lo vas a creer. Algo terrible. Me habló una amiga, preguntándome si estábamos bien porque creía que aún vivíamos en Las Lomas. Me dijo que se cayó un avión en el que viajaba, entre otros, Juan Camilo Mouriño. No sabía que estábamos en Francia...”. Tú no entendías ni una sola palabra de lo que te decía Enrique, creías que estabas soñando y que alguien te decía que había habido un accidente aéreo. Tardaste dos minutos para darte cuenta de la gravedad del asunto. Estabas consternada. (…)


En la tragedia, cambios indispensables

Excélsior, p. 25/Primera
Humberto Musacchio
La muerte violenta de Juan Camilo Mouriño y de José Luis Santiago Vasconcelos debe poner en guardia a las autoridades de todo ámbito y nivel, pues si es un mero accidente habrá más de un culpable por ineptitud o negligencia, pero si, como muchos sospechamos, se confirma que fue un atentado del narcotráfico, se comprobará que los poderes fácticos han tomado la iniciativa en la guerra contra el Estado mexicano, pues ya no se trata meramente de la persecución de delincuentes, sino de un cabal enfrentamiento, de tú a tú, al más alto nivel, entre el crimen organizado y las instituciones, lo que significa que nadie, ni las personas más protegidas del país, está a salvo.

Reflexiones sobre la muerte y el buen gobierno

El Economista, p. 2-55/Foro
Eduardo Andere
Comparto mi coraje, tristeza y dolor con las familias y amistades de quienes fallecieron como consecuencia del accidente aéreo del martes pasado. Sabotaje o accidente la realidad de verdad és que no pasa día sin que los medios se tapicen de escenas macabras, donde el juego de la muerte y con la muerte ya no es un juego. No hay día sin que los medios salpiquen de sangre sus portadas o noticieros con crímenes inhumanos o accidentes fatales. Además de las acostumbradas notas sobre decapitados, mutilados, secuestrados, ejecutados y acribillados hay que agregar las estúpidas muertes ocasionadas por las recurrentes averías de los tráilers, las volcaduras de las combis, los descuidos de borrachos, los excesos dé camioneros. Y todo al final parece resolverse por la muerte de culpables, víctimas e inocentes. En México se ha destapado no la caja sino la cloaca de Pandora.
¿Cuáles son las raíces de nuestro deterioro social?

El que se va

Reforma, p. 17/Primera
Jorge Ramos Ávalos
Tan importante como saber quién será el próximo presidente de Estados Unidos es saber que George W. Bush se va de la Presidencia. Sus ocho años serán recordados como los peores en la historia moderna de EU, dentro y fuera del país. No es opinión. Aquí están los datos. Es el Presidente más impopular que ha existido en Estados Unidos, desde que la empresa Gallup empezó a hacer sus encuestas. La última indica que 71 de cada 100 norteamericanos tienen una opinión negativa del actual mandatario. Es más impopular que Nixon cuando fue obligado a renunciar. En el mundo Bush es igualmente rechazado. El Centro de Investigación Pew realizó un estudio en 24 países -incluyendo a Argentina, Brasil y México- y encontró que la popularidad de Bush pasó del 78 por ciento (antes del inicio de la guerra en Iraq en marzo del 2003) al 37 por ciento a mediados de este año.

Deslindes electorales

El Universal, p. 38/Opinión
Jorge Montaño
La campaña electoral de EU que duró 22 meses culminó anoche, despejando más incógnitas que cualquier otra en la historia moderna de ese país. Una de estas respuestas me atrapó a la media noche, cuando presencié la llegada de miles de jóvenes expresando su júbilo por el triunfo de un candidato que adoptaron como propio y al tiempo manifestaban frente a la Casa Blanca su repudio a Bush, con un encono que había permanecido larvado. La expresión espontánea tenía el sello de las incursiones futboleras mexicanas en el monumento a la Independencia, combinado con un odio que los sajones difícilmente expresan. La fiesta y el repudio en una noche helada y lluviosa identificaban a uno de los responsables directos de los males que aquejan al país. El otro indiciado reconocía desde Arizona su derrota contundente, atribuible a su transformación tardía en un personaje acomodaticio y oportunista.

Lágrimas de esperanza

El Financiero, p. 28/Internacional
Marco V. Herrera B.
La noche del 4 de noviembre se vieron lágrimas de esperanza en la Unión Americana. Afroamericanos, hispanos y todas las demás minorías de Estados Unidos, derramaron lágrimas de emoción ante el discurso de Barack Obama, lágrimas de esperanza sobre el cambio de una nación. Obama arrasó en las elecciones. Necesitaba 270 delegados para el Colegio Electoral y ganar la presidencia; obtuvo 338. En el Senado, para obtener el control, requería 51; obtuvo 56. En la Cámara de Representantes, el control lo obtenía con 218; tuvo 234. De las 11 gubernaturas en juego, el partido que representa Obama, los demócratas, obtuvieron seis. Votaron casi cien millones de ciudadanos estadounidenses y votaron por el cambio y por la esperanza. Si este resultado se refrenda en diciembre en el Colegio Electoral, Obama será el cuadragésimo cuarto presidente de Estados Unidos de América, el primer presidente afroamericano y el primero que representa a la minoría más grande de ese país.

El efecto Obama

La Jornada, p. 29/Opinión
Miguel Marín Bosch
Hace poco un amigo de Nueva York, “un republicano empedernido me dijo que sus hijos lo habían convencido de votar por Barack Obama. He ahí una de las claves de lo que ocurrió el pasado martes en la vida política estadunidense. Se ha dado un cambio generacional que no puede sino inyectar una muy necesaria dosis de optimismo en ese país y en buena parte del resto del mundo. Confieso que me equivoqué y qué bueno. Jamás pensé que vería a uno de los dos partidos principales en Estados Unidos designar a un negro como su candidato a la presidencia, y que ese candidato saliera victorioso.
Repito, me equivoqué, y qué bueno.

Primeros 100 días de Obama

El Universal, p. 39/Opinión
José Luis Calva
Dados los enormes paralelismos entre el cataclismo financiero de septiembre-octubre de 2008 -que fue precedido por una marcada desaceleración de la economía real, convertida durante el último trimestre claramente en recesión- con la crisis financiera de octubre de 1929, que fue también precedida por una significativa desaceleración de la economía real, varios científicos sociales han evocado las enérgicas acciones de emergencia para reactivar la economía emprendidas por el presidente Franklin Delano Roosevelt durante sus primeros 100 días de gobierno.
(…) Hoy “el horno está para bollos”. Obama está obligado a realizar acciones de la misma envergadura durante sus primeros 100 días. Destacados economistas estadounidenses, entre ellos dos premios Nobel de Economía (Krugman y Stiglitz), han sugerido a Obama una robusta batería de acciones pertinentes de política económica para escapar de una nueva depresión. No hay espacio para resumirlas, pero concluiremos con Krugman: “Más vale que el equipo económico de la próxima administración esté listo para empezar a trabajar a todo vapor, porque desde el primer día estará enfrentando la peor crisis financiera y económica desde la Gran Depresión” (…)

Una elección histórica

Milenio Diario, p. 21/Opinión
Diódoro Carrasco Altamirano
Estuve en Washington como observador electoral por la Fundación International Foundation for Electoral Systems de la Cámara de Diputados. Mi sensación es que tuve la oportunidad de ser testigo de un acontecimiento histórico, de esos que suceden una vez cada veinte o treinta años y que cambian el curso de los acontecimientos. El ambiente en las calles era, desde antes de que se oficializara el triunfo, de una gran fiesta cívica. Los Estados Unidos se preparaban para dejar atrás la pesadilla y darle la bienvenida a la esperanza.

Lo insólito en la realidad

La Jornada, p. 28/Opinión
Octavio Rodríguez Araujo
Por momentos perdí conciencia de que lo que estaba viendo en la televisión eran las noticias y no una película. Una película con final feliz en la que un joven mestizo (más negro que blanco por el color de su piel), con un padre ausente y una madre romántica y luchadora (ambos fallecidos Hace años), se fraguaba su destino con voluntad y audacia para terminar derrotando a un blanco que hace ocho o 20 años hubiera sido el prototipo del candidato para gobernar Estados Unidos. Cuando los datos de CNN iban surgiendo en la pantalla la emoción crecía. Cuando Barack Obama rebasó los 270 votos electorales la “película” que estaba viendo en la televisión comenzó a perfilar la realidad de un hecho histórico: en un país con 75 por ciento de población blanca ganaba un negro y en estados con población blanca entre 85 y 100 por ciento de la población también votó mayoritariamente por un negro, sobre todo de Minnesota a Maine. Algo insólito.

Reforma impuesta

El Universal, p. 39/Opinión
Manuel Bartlet Díaz
El Congreso mexicano aprobó la reforma energética impuesta por los países grandes consumidores de hidrocarburos, para introducir a sus empresas a los beneficios de la explotación de nuestro petróleo y a toda la industria petrolera.
Dicen bien Labastida, Beltrones, Gamboa con Calderón, es la reforma más importante desde la nacionalización; claro, es la reversión, la desnacionalización. Pasarán a la historia. Se privatizan los objetivos de Pemex para homologarla a una empresa privada: sacar más y más crudo, asociada a las transnacionales; exportar más para satisfacer necesidades ajenas; privatizan la estructura de Pemex al darle una autonomía por encima del Estado, en manos de cuatro “consejeros profesionales” que designarán entre el Ejecutivo y el Senado -ya sabemos quiénes-, que serán prácticamente propietarios del petróleo durante seis y 12 años; se privatizará toda la industria a través de contratos de exploración, explotación, operación; aseguran los intereses de los contratistas con la nueva ley, derechos extraordinarios y arbitraje internacional que sustraerá a la industria de la jurisdicción mexicana (…)

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