lunes, diciembre 29, 2008

Comentocracia: crisis lleva al fin de una época

La muerte de Samuel Huntington, ocupa a algunos articulistas


Así viene la síntesis de artículos:


Todo cambió
El Universal, p. 15/Opinión
Manuel Camacho Solís
La crisis llevará al fin de una época. Se cierra el periodo de la hegemonía de Estados Unidos (como la potencia dominante en un mundo unipolar) y del Consenso de Washington (como la fórmula aceptada para conducir las economías nacionales en un mundo globalizado). Otro periodo está por empezar. El antiguo orden se va a resistir. El nuevo apenas empieza a vislumbrarse. Ante un cambio de vastas proporciones como el que nos está tocando vivir, muchos pretenden ignorarlo. Se apegan a su visión esquemática del mundo, como si por ello se pudiera vencer la incertidumbre. Esperan a que muy pronto se vuelva a la normalidad. A que, en seis meses o cuando mucho en un año, se reinicie la recuperación y termine la pesadilla. Se resisten a aceptar que, en el mejor de los casos, el crecimiento tardará más tiempo en llegar y la recuperación será lenta.

Huntington: el orden y la identidad

Reforma, p. 8/Opinión
Jesús Silva Herzog
Ha muerto Samuel Huntington, el politólogo más influyente de Estados Unidos y, posiblemente del mundo. Su fama fue un caso extraño. Dentro de casa, en la academia, su trabajo era severamente cuestionado. Fuera, en la prensa, en los medios, en la tribuna política sus argumentos se volvían afluentes inevitables de la discusión mundial. Imposible caminar sin hacer referencia a sus pasos. Fue un investigador precoz que desde el principio estuvo envuelto en la polémica. Una reseña de su primer libro lo comparaba con Mussolini -desfavorablemente. Según un reseñista de The Nation, la filosofía de ambos era idéntica pero el dictador tenía, cuando menos, mayor gracia Huntington hablaba entonces de la necesidad de resguardar la sociedad norteamericana con un ejército profesional curtido no en las ingenuidades liberales sino en el realismo conservador. Los académicos norteamericanos, exigentes como pocos en el procesamiento de los datos, en la formulación de las hipótesis, en la paciente labor de la investigación, vieron siempre con alguna desconfianza al politólogo que se negó a la especialización. En efecto, se atrevió a estudiar todos los ámbitos del fenómeno político: el orden, los partidos, la democracia, el impacto de la cultura, la gobernación, la seguridad nacional, la institucionalización. Se aventuró también a hablar de todos los regímenes y opinar de todos los rincones del mundo (…)


Un año impredecible

El Universal, p. 15/Opinión
Macario Schettino
La semana pasada le comentaba que 2009 será un año decisivo para México. No tanto por lo que en él ocurra, sino por los que seguirán. Si bien este nuevo año las cuentas más o menos salen, para el 2010 ya no dan: los ingresos por exportación de petróleo serán entonces de la mitad de lo que fueron en este
2008. Dejar de recibir 25 mil millones de dólares no es poca cosa, ni para cerrar la balanza de pagos ni para financiar los gastos del gobierno. Pero de eso le comentaba la semana pasada, y no vale la pena repetirlo ahora. Hoy podríamos concentrarnos en lo que ocurrirá en 2009. Podríamos, pero con muchas dificultades. No recuerdo, en casi 16 años de escribir varias veces por semana, un momento de tanta incertidumbre. En descargo, hay que decir que lo que ocurre en los mercados financieros internacionales no tiene precedente.

Lumbre en aparejos

La Jornada, p. 10/Opinión
Gustavo Esteva
Es tanto lo duro como lo tupido. La gente ya no ve para dónde hacerse. Entrampada en lo que resulta ya una lucha por la supervivencia, no logra ver el peor aspecto de este año catastrófico: la profundización del ejercicio autoritario. En verdad, la lumbre llega ya a los aparejos. El hambre acosa a millones de familias. La pérdida del empleo destruye hogares. La creciente corrupción, la impunidad sin límites y el desgobierno se han vuelto rasgos centrales del paisaje social y político. Y todo esto opera como caldo de cultivo del desborde autoritario, aquí y en todas partes.


Elección 2009

Reforma, p. 7/Opinión
María Amparo Casar
Como cada tres años, las elecciones intermedias concentrarán la atención de partidos y autoridades; el ambiente se enrarecerá y la natural política de adversarios dará paso a la lucha entre enemigos; los acuerdos políticos disminuirán y el partido del Ejecutivo descubrirá, más allá de los índices de popularidad del Presidente, cuál es su aceptación real ante el electorado.
Como cada tres años aparecerán los riesgos que conlleva toda elección en un país que a pesar de muchos avances sigue sin consolidar su democracia tal y como lo demuestra el hecho de que cada vez con mayor frecuencia los procesos electorales acaban en litigios judiciales. Escucharemos los tradicionales cargos por desviación de recursos públicos, utilización electoral de programas sociales, injerencias ilegítimas, conteos amañados, rebase de topes de campañas y toda otra clase de violaciones a la legislación electoral.
Pero en las elecciones de 2009 se enfrentarán otros retos: una nueva y compleja legislación que será puesta a prueba, la indeclinable vocación de los partidos de cuestionar al árbitro y la amenaza de penetración de las campañas por el crimen organizado (…)


¿Hacia un nuevo contrato social mexicano?

Reforma, p. 7/Opinión
Carlos Fuentes
La recesión norteamericana afectará al mercado del trabajo. Se cerrarán aun más las puertas de ingreso del trabajador mexicano a los EE.UU. Los que ya están allá, tratarán de quedarse allá y se verán asediados por quienes también allá buscan empleos de oferta descendiente en Norteamérica ¿A qué nivel de salario o retribución deberá llegar el trabajo migratorio mexicano en los EE.UU. cuando millones de trabajadores norteamericanos (más de quinientos mil sólo en noviembre) pierden empleo y no encuentran nueva ocupación? ¿Regresarán a México muchos trabajadores? ¿Y cuántos ya no saldrán de México y buscarán empleo aquí? Añádase a este problema un cuadro general de descenso de ingresos al país. El turista viajará menos. El precio del petróleo se quedará entre los cuarenta y cincuenta dólares por barril. El crédito y la inversión se restringirán. Seremos, más que nunca, el miembro menor del Tratado de Libre Comercio. La población crece. La demanda de trabajo, educación, salud, crece con ella.
Pero la crisis, dice el muy citado proverdad. Y la oportunidad para México consiste en poner nuestra casa en orden. ¿Cómo? Nos sobra mano de obra. Nos faltan proyectos que la empleen satisfactoriamente (…)

No lo van a impedir

El Universal, p. 15/Opinión
Ricardo Raphael
Para comenzar el año me estorban la desesperanza, el cinismo, la soberbia y la frivolidad. También el derrotismo, la indiferencia y la negación, la ignorancia y el autoritarismo, el nihilismo y la estupidez, el miedo y la cobardía, la amargura y la desmemoria. El año que cierra no deja en paz (…) El 2009 aterriza en nuestras vidas cargado de riesgos y enemigos. La lista de obstáculos, estorbos e impedimentos es demasiado larga. El año que termina dejó a la sociedad mexicana desnuda y frágil ante sus adversarios. Fueron 12 meses frustrantes. Días de poco optimismo y mucha negritud. Horas de merodear en el fondo de nuestros peores espejos. Tiempos de estima dolida y orgullo parco.

Debate 2008 / Dejemos de hacemos

El Financiero, p. 26/Política
Roberto Trad Hasbun
(…) México no va bien, estamos siendo testigos de una erosión nacional sin precedentes. Pero el narcotráfico, la crisis económica, la desigualdad, la corrupción y la impunidad no son tan dolorosas como la actitud de resignación y complicidad de la que la sociedad mexicana está formando parte.
Una de las noticias más preocupantes del año está contenida dentro de la encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica, de Federico Berrueto y Liébano Sáenz. Según sus datos, publicados a finales de noviembre, uno de cada cuatro encuestados conoce a alguien que se dedica al tráfico de drogas, y por si esto fuera poco, 36 por ciento de la muestra afirma haber sido víctima de la corrupción.
Estas dos variables nos hablan, sí, de la descomposición institucional y de la impunidad generalizada, pero también de la tolerancia social hacia la ilegalidad. El problema ya no es de unos cuantos políticos y autoridades corruptas, el problema hoy es de todos.

A México le urge un cambio. Pero, ¿cómo podemos cambiar las cosas cuando las cosas ya nos cambiaron a nosotros? La relación de los mexicanos con la impunidad, la corrupción, la ilegalidad y la injusticia está viviendo una transformación alarmante. En los tiempos del autoritarismo, a los mexicanos nos daba miedo; “con el gobierno mejor no te metas”, decíamos (…)

Atentados contra el Estado

Excélsior, p. 16/Primera-Opinión
Mario Luis Fuentes
La violencia, tanto la social como la que genera el crimen organizado, está llegando a niveles intolerables, sobre todo si se considera que nuestra aspiración debe orientarse a vivir en un Estado social de derecho, en donde la democracia, la legalidad y la protección de los derechos humanos sean los ejes sobre los que se construya y desarrolle la vida cotidiana. El poder de robar, de secuestrar o de asesinar, constituye una forma de poder ilegítima; es también una forma de poder cruel si se le ve desde una posición ética, y es atentatoria de la dignidad humana desde una perspectiva anclada en la tradición de los derechos humanos.

El cimiento de la esperanza

Excélsior, p. 17/Primera-Opinión
Enrique González Torres
Termino esta segunda etapa de colaboraciones con Excélsior en coincidencia con las fiestas de fin de año. Agradecido, deseo compartir unas reflexiones sobre la esperanza con los amigos, antiguos y recientes, que me han acompañado este año con sus sugerencias y observaciones. Seguiré en contacto con los lectores a través de publicaciones de otra índole donde sea posible ampliar el panorama de mis preocupaciones como mexicano de este tiempo y las soluciones que vislumbro, sobre todo en el terreno de la educación.

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