Así viene la síntesis de artículos:
Una nueva era
Excélsior, p. 17/Primera
Julio Faesler
La visita del presidente Barack Obama ha estado marcada por los medios con el explicable sello de la lucha contra el narcotráfico y de los estrujantes problemas de la migración (…) Las respuestas del mandatario estadunidense en el curso de la conferencia de prensa que más tarde se realizó precisaron hasta dónde podría llegarse en esta etapa inicial de una relación que algunos han querido ver como una nueva era americana. Así, la admisión de Obama en el sentido de que la demanda de drogas en su país es lo que impulsa el negocio del narcotráfico y su criminal tráfico, la reiterada alusión a la ejemplar lucha contra éste que Calderón está librando, y la confirmación de diversos apoyos, son elementos que trascienden al escenario político mexicano (…)
Retórica bilateral
Excélsior, p. 16/Primera
Erubiel Tirado
La discrepancia entre lo que establece el documento de la Sección 1406 aprobado por el Congreso estadunidense, relacionado con la Iniciativa Mérida, no es un asunto menor y reitera no sólo el enfoque marcadamente punitivo y de fuerza (policiaco-militar) en la solución bilateral, donde el apoyo del vecino del norte no sólo es determinante, sino que apunta hacia una rendición de cuentas muy a modo en los intereses discrecionales de ambos países. O bien, se trata de dos instancias diferentes o de una simulación conjunta, donde la sociedad civil y organismos de defensa de los derechos humanos simplemente han sido excluidos como se contempla en el documento original y vigente.
We can not... yet
Milenio Diario, p. 12/Opinión
Juan Gabriel Valencia
Con realismo, sin falsas expectativas, las visitas de Estado tienen un lado positivo a pesar de que no se llegue a improbables acuerdos concretos. Sirven, básicamente, para que los interlocutores se reconozcan entre sí, se compartan las agendas, se identifiquen coincidencias y se hagan explícitas las diferencias; son útiles para establecer una mínima agenda común que pernee en las respectivas administraciones de los mandatarios y, con el paso del tiempo, en las rutinas burocráticas de los gobiernos se traduzcan de manera conjunta en acciones específicas. Lo anterior aplica, en parte, el encuentro de Barack Obama con Felipe Calderón. El intercambio de elogios mutuos en la ceremonia de bienvenida, infortunio retórico casi cursi, al menos mostró la voluntad de ambos por construir en términos personales una relación cercana y franca.
“Welcome, Mr. Obama. What about Cuba?”
La Jornada, p. PP-14/Opinión
Emir Sader
Ilusiona a Barack Obama ser recibido de otra manera en la reunión de Trinidad y Tobago: podrá hablar de la crisis, de nuevas posturas de su gobierno frente a Irak e Irán, de tantas cosas, pero lo que no conseguirá será eludir la centralidad que tiene su postura con relación a Cuba. La posición estadunidense sobre Cuba representa, en síntesis, la visión imperial de Estados Unidos con relación a América Latina. Se evidenció cuando sintió que estaba ante un proceso realmente revolucionario, que no sólo tumbaba una de las tantas dictaduras que Washington apoyaba en la región, sino que el nuevo poder reivindicaba de forma radical la soberanía del país, al tiempo que avanzaba en la construcción de una sociedad justa, comenzando con la reforma agraria (…)
Corrupción e impunidad
Reforma, p. 9/Primera
Javier González Garza
Esta semana, el pleno de la Cámara de Diputados en uso de una de sus atribuciones exclusivas rechazó la cuenta pública del gobierno de Vicente Fox de los años 2002 y 2003. Aquel apodo de “zar anticorrupción” con que Fox bautizara al secretario de la Función Pública quedó como otra anécdota chusca de la estéril historia de la alternancia. Los alarmantes niveles de corrupción e impunidad generados a la sombra del gobierno, ahora panista, se deben en mucho a la poca atención otorgada al establecimiento de un verdadero régimen de rendición de cuentas en el país, a pesar de la puesta en marcha de la Ley Federal de Transparencia y la creación del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y otros avances importantes, los controles establecidos hasta hoy no han sido suficientes.
Josefina: ¡ve por más!
Excélsior, p. 16/Primera
Manuel Gómez Granados
En una entrevista de finales de 2006, justo antes de ser nombrada secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota explicaba de manera resuelta: “Hay una parte de riesgo que me gusta tomar, y una vez que se cumplen esos ciclos en mi vida, me cuesta dejarlos, pero me encanta ir a otros y me vuelvo a enamorar con la misma pasión” (…) Quizás esa determinación personal y profesional sea resultado de su formación en una familia unida y trabajadora, de su experiencia de vida en escuelas públicas y privadas, de su formación humanística y en alta dirección que le ayudó, como ella misma dice, "a entender que México eran muchos méxicos distintos, eran visiones diferentes y todas eran respetables... tuve compañeros que dormían en cuartos de azotea o que solamente iban una vez al año a su casa porque no tenían para pagar un boleto de camión. Me ayudó a entender cómo vivían otras personas en México, personas que tenían la misma dignidad y merecían el mismo respeto".
¿Tiene sentido no votar?
El Universal, p. 1-7/Ideas
Mario Campos
(…) En primer lugar, el debate empezaría por distinguir ese fenómeno que llamamos abstencionismo. ¿Entendemos por ello el simple hecho de no votar o podemos incluir en este esquema todos aquellos votos anulados de manera intencionada? La distinción es pertinente pues el solo hecho de referirse a los que no participan nos deja en un terreno lleno de ambigüedades. (…) Fenómeno que no se produce cuando una persona acudió a las urnas pero claramente (es decir, sin que se trate de un error) opta por invalidar su voto en una declaración que señala que nada de lo que ahí había merecía su preferencia. (…) Por ello es que si quisiéramos convertir al abstencionismo en un instrumento real de expresión -con efectos concretos-, habría que contemplar la posibilidad de que un porcentaje de votos anulados (…) pudieran ser suficientes para declarar nulo un proceso.
Un acto contra el cinismo y la indiferencia
El Universal, p. 4/Ideas
Andrés Lajous
El voto en México necesita ser defendido frente a dos adversarios que son difusos y cada vez más fuertes. Entre más se fortalece uno de ellos, con más fuerza repercute en el segundo. Funcionan como un ciclo combinado que corroe quizá irreversiblemente nuestra democracia electoral. Estos enemigos no tienen una sola cabeza. A veces se corta una, pero es sustituida por las demás. Sobreviven a lo largo del tiempo entre más los ignoramos, obviamos su existencia o provocan la abstención. El primer paso para enfrentarlos es poniéndoles el nombre de la actitud que los llama a existir: el cinismo y la indiferencia (…)
El voto de castigo
El Universal, p. 1-4/Ideas
César Cansino
No existe una regla aceptada por los expertos que dé cuenta con certidumbre del comportamiento electoral y sus variaciones en las democracias modernas. Tanto una copiosa concurrencia en las urnas como un marcado abstencionismo se pueden deber a un sinnúmero de causas coyunturales y estructurales. (…) el abstencionismo vendría a ser la expresión de una ciudadanía poco participativa y políticamente apática. Obviamente, pintar las cosas de ese color es muy cómodo para los políticos profesionales, pero no hace justicia a los hechos. (…) El argumento aplica perfectamente para el caso de México que, no obstante ser una democracia joven, ha mostrado patrones de comportamiento irregulares, desde la afluencia masiva a las urnas, sobre todo en algunas elecciones presidenciales decisivas, hasta de marcado abstencionismo, sobre todo en elecciones federales intermedias y en muchas locales.
Simulación
Milenio Diario, p. 10/Opinión
Rosario Robles
Uno de los argumentos más poderosos que se esgrimieron para modificar la legislación electoral tuvo que ver con el manejo mediático de las campañas. Se dijo que el impacto de las televisoras tenía que controlarse y que de ninguna manera podía prevalecer el binomio poder-dinero en la política. Todavía no arrancan las campañas y la legislación está en entredicho. Los programas del gobierno como Oportunidades, Seguro Popular, guarderías para madres trabajadores, por citar algunos, son utilizados en la publicidad de uno de los partidos y no pasa nada. Lo mismo sucede en el ámbito local. Todos los días aparecen en la televisión los gobernantes del Estado de México y del Distrito Federal a través de notas o noticias (evidentemente pagadas) que les permiten incrementar sus rangos de conocimiento en la población, lo que no pueden hacer los que gobiernan otras entidades de la República.
Una nueva era
Excélsior, p. 17/Primera
Julio Faesler
La visita del presidente Barack Obama ha estado marcada por los medios con el explicable sello de la lucha contra el narcotráfico y de los estrujantes problemas de la migración (…) Las respuestas del mandatario estadunidense en el curso de la conferencia de prensa que más tarde se realizó precisaron hasta dónde podría llegarse en esta etapa inicial de una relación que algunos han querido ver como una nueva era americana. Así, la admisión de Obama en el sentido de que la demanda de drogas en su país es lo que impulsa el negocio del narcotráfico y su criminal tráfico, la reiterada alusión a la ejemplar lucha contra éste que Calderón está librando, y la confirmación de diversos apoyos, son elementos que trascienden al escenario político mexicano (…)
Retórica bilateral
Excélsior, p. 16/Primera
Erubiel Tirado
La discrepancia entre lo que establece el documento de la Sección 1406 aprobado por el Congreso estadunidense, relacionado con la Iniciativa Mérida, no es un asunto menor y reitera no sólo el enfoque marcadamente punitivo y de fuerza (policiaco-militar) en la solución bilateral, donde el apoyo del vecino del norte no sólo es determinante, sino que apunta hacia una rendición de cuentas muy a modo en los intereses discrecionales de ambos países. O bien, se trata de dos instancias diferentes o de una simulación conjunta, donde la sociedad civil y organismos de defensa de los derechos humanos simplemente han sido excluidos como se contempla en el documento original y vigente.
We can not... yet
Milenio Diario, p. 12/Opinión
Juan Gabriel Valencia
Con realismo, sin falsas expectativas, las visitas de Estado tienen un lado positivo a pesar de que no se llegue a improbables acuerdos concretos. Sirven, básicamente, para que los interlocutores se reconozcan entre sí, se compartan las agendas, se identifiquen coincidencias y se hagan explícitas las diferencias; son útiles para establecer una mínima agenda común que pernee en las respectivas administraciones de los mandatarios y, con el paso del tiempo, en las rutinas burocráticas de los gobiernos se traduzcan de manera conjunta en acciones específicas. Lo anterior aplica, en parte, el encuentro de Barack Obama con Felipe Calderón. El intercambio de elogios mutuos en la ceremonia de bienvenida, infortunio retórico casi cursi, al menos mostró la voluntad de ambos por construir en términos personales una relación cercana y franca.
“Welcome, Mr. Obama. What about Cuba?”
La Jornada, p. PP-14/Opinión
Emir Sader
Ilusiona a Barack Obama ser recibido de otra manera en la reunión de Trinidad y Tobago: podrá hablar de la crisis, de nuevas posturas de su gobierno frente a Irak e Irán, de tantas cosas, pero lo que no conseguirá será eludir la centralidad que tiene su postura con relación a Cuba. La posición estadunidense sobre Cuba representa, en síntesis, la visión imperial de Estados Unidos con relación a América Latina. Se evidenció cuando sintió que estaba ante un proceso realmente revolucionario, que no sólo tumbaba una de las tantas dictaduras que Washington apoyaba en la región, sino que el nuevo poder reivindicaba de forma radical la soberanía del país, al tiempo que avanzaba en la construcción de una sociedad justa, comenzando con la reforma agraria (…)
Corrupción e impunidad
Reforma, p. 9/Primera
Javier González Garza
Esta semana, el pleno de la Cámara de Diputados en uso de una de sus atribuciones exclusivas rechazó la cuenta pública del gobierno de Vicente Fox de los años 2002 y 2003. Aquel apodo de “zar anticorrupción” con que Fox bautizara al secretario de la Función Pública quedó como otra anécdota chusca de la estéril historia de la alternancia. Los alarmantes niveles de corrupción e impunidad generados a la sombra del gobierno, ahora panista, se deben en mucho a la poca atención otorgada al establecimiento de un verdadero régimen de rendición de cuentas en el país, a pesar de la puesta en marcha de la Ley Federal de Transparencia y la creación del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y otros avances importantes, los controles establecidos hasta hoy no han sido suficientes.
Josefina: ¡ve por más!
Excélsior, p. 16/Primera
Manuel Gómez Granados
En una entrevista de finales de 2006, justo antes de ser nombrada secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota explicaba de manera resuelta: “Hay una parte de riesgo que me gusta tomar, y una vez que se cumplen esos ciclos en mi vida, me cuesta dejarlos, pero me encanta ir a otros y me vuelvo a enamorar con la misma pasión” (…) Quizás esa determinación personal y profesional sea resultado de su formación en una familia unida y trabajadora, de su experiencia de vida en escuelas públicas y privadas, de su formación humanística y en alta dirección que le ayudó, como ella misma dice, "a entender que México eran muchos méxicos distintos, eran visiones diferentes y todas eran respetables... tuve compañeros que dormían en cuartos de azotea o que solamente iban una vez al año a su casa porque no tenían para pagar un boleto de camión. Me ayudó a entender cómo vivían otras personas en México, personas que tenían la misma dignidad y merecían el mismo respeto".
¿Tiene sentido no votar?
El Universal, p. 1-7/Ideas
Mario Campos
(…) En primer lugar, el debate empezaría por distinguir ese fenómeno que llamamos abstencionismo. ¿Entendemos por ello el simple hecho de no votar o podemos incluir en este esquema todos aquellos votos anulados de manera intencionada? La distinción es pertinente pues el solo hecho de referirse a los que no participan nos deja en un terreno lleno de ambigüedades. (…) Fenómeno que no se produce cuando una persona acudió a las urnas pero claramente (es decir, sin que se trate de un error) opta por invalidar su voto en una declaración que señala que nada de lo que ahí había merecía su preferencia. (…) Por ello es que si quisiéramos convertir al abstencionismo en un instrumento real de expresión -con efectos concretos-, habría que contemplar la posibilidad de que un porcentaje de votos anulados (…) pudieran ser suficientes para declarar nulo un proceso.
Un acto contra el cinismo y la indiferencia
El Universal, p. 4/Ideas
Andrés Lajous
El voto en México necesita ser defendido frente a dos adversarios que son difusos y cada vez más fuertes. Entre más se fortalece uno de ellos, con más fuerza repercute en el segundo. Funcionan como un ciclo combinado que corroe quizá irreversiblemente nuestra democracia electoral. Estos enemigos no tienen una sola cabeza. A veces se corta una, pero es sustituida por las demás. Sobreviven a lo largo del tiempo entre más los ignoramos, obviamos su existencia o provocan la abstención. El primer paso para enfrentarlos es poniéndoles el nombre de la actitud que los llama a existir: el cinismo y la indiferencia (…)
El voto de castigo
El Universal, p. 1-4/Ideas
César Cansino
No existe una regla aceptada por los expertos que dé cuenta con certidumbre del comportamiento electoral y sus variaciones en las democracias modernas. Tanto una copiosa concurrencia en las urnas como un marcado abstencionismo se pueden deber a un sinnúmero de causas coyunturales y estructurales. (…) el abstencionismo vendría a ser la expresión de una ciudadanía poco participativa y políticamente apática. Obviamente, pintar las cosas de ese color es muy cómodo para los políticos profesionales, pero no hace justicia a los hechos. (…) El argumento aplica perfectamente para el caso de México que, no obstante ser una democracia joven, ha mostrado patrones de comportamiento irregulares, desde la afluencia masiva a las urnas, sobre todo en algunas elecciones presidenciales decisivas, hasta de marcado abstencionismo, sobre todo en elecciones federales intermedias y en muchas locales.
Simulación
Milenio Diario, p. 10/Opinión
Rosario Robles
Uno de los argumentos más poderosos que se esgrimieron para modificar la legislación electoral tuvo que ver con el manejo mediático de las campañas. Se dijo que el impacto de las televisoras tenía que controlarse y que de ninguna manera podía prevalecer el binomio poder-dinero en la política. Todavía no arrancan las campañas y la legislación está en entredicho. Los programas del gobierno como Oportunidades, Seguro Popular, guarderías para madres trabajadores, por citar algunos, son utilizados en la publicidad de uno de los partidos y no pasa nada. Lo mismo sucede en el ámbito local. Todos los días aparecen en la televisión los gobernantes del Estado de México y del Distrito Federal a través de notas o noticias (evidentemente pagadas) que les permiten incrementar sus rangos de conocimiento en la población, lo que no pueden hacer los que gobiernan otras entidades de la República.
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