Caricatura de Hernández en La Jornada
Así viene la síntesis de artículos:
El riesgo de la antipolìtica
Reforma, p. 10/Primera - Opinión
Enrique Krauze
Todas las iniciativas cívicas son respetables pero algunas son más respetables que otras. La idea del voto en blanco pertenece a esa segunda categoría. Aunque comprensible por el pobre desempeño de muchos actores individuales y colectivos de nuestra “clase política”, el acto, en el fondo, participa de la misma mentalidad dependiente que imperaba en el pasado: antes se esperaba que el Presidente de la República lo hiciera todo; ahora se espera lo mismo de los legisladores, los partidos, los gobernadores y los políticos en general. Nosotros los ciudadanos somos meras víctimas, sólo estamos -en el mejor de los casos- para protestar, y la mejor protesta es una huelga de votos caídos, un gandhismo instantáneo, happening mediático, un acto que dura un minuto y, mágicamente, transforma al país. No es así. La propuesta es desaconsejable, por varias razones:
El discurso del odio
El Universal, p. 24/Primera-Opinión
Sara Sefchovich
Así, alguien que se identifica como “José Manuel García” escribe: “Mugre niña, mátenla” y alguien que se firma como “Karla Rulx” dice: “Todos odiamos a los orientales y ahora más con esta mocosa”. Son sólo dos ejemplos, pero suficientes para darse cuenta del grado de virulencia que hay en ese “todos” que nos incluye a usted y a mí. En México hay una larga tradición de odio a la diferencia, que sigue viva en el modo de pensar y brinca a la superficie a la menor provocación. Eric Van Young afirma que “desde que las primeras vacas de los españoles invadieron las milpas de los indígenas, se estableció un patrón prácticamente universal en contra de los fuereños”.
En defensa de la política
El Universal, p. 25/Primera-Opinión
Alejandro Páez Várela
(…)Muchas voces y la experiencia internacional alertaron a Felipe Calderón que concentrar el combate a las drogas en el uso de las armas tendría consecuencias funestas. Zas, un río de sangre baña nuestras ciudades y nuestros pueblos. Y si esta carnicería no fuera inútil; si tantos muertos no fueran una negligencia, posiblemente podríamos aceptarla. Sí, sí, sí, debemos combatir las drogas. Pero esta guerra no se ganará con la actual estrategia. Lo sabemos todos, y no se detendrá porque el Presidente nunca se equivoca. Seguimos pensando que es Dios, y (Madeleine Albright dixit) Dios nunca tiene un plan b. Allá vamos, pues, a ahondar la tragedia. Las guerras de lodo ganan elecciones, como lo vimos en 2006. También destruyen a la sociedad, la dividen, como atestiguamos estos años. (…)
Tristísimo panteón, yo te saludo
El Universal, p. 25/Primera-Opinión
Carlos Monsivais
¡Cuánta sabiduría desperdiciada! ¡Cuánta sagacidad politológica que se desvanece en las brumas de mesas redondas, coloquios, simposios, paneles televisivos, artículos, sesudos ensayos de extensión que prospera al ritmo de las alegrías teóricas! Hacia allá vamos, se dijo durante décadas, hacia la democracia que, definida con celeridad, quería decir el nuevo tiempo histórico, o la nueva perspicacia social, o la relación directa entre confianza y conteo de votos. Y se tomaban como signos de esperanza el que un candidato del PRI ganara sólo con 70% de los votos, o que alguien se insolentara con el alcalde. Eso, al principio, luego la crítica fue lo más común, así no fuera lo más atendido, el PRI perdía en algunos lados, la oposición ya no se sentía tan excluida y…
Construir
Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Luis Rubio
El devenir de nuestro sistema político recuerda el famoso prefacio de Mark Twain en su libro Las aventuras de Huckleberry Finn: “las personas que intenten encontrar una trama o una razón a esta narrativa serán asesinadas”. El sistema político mexicano fue construido luego de la Revolución y en respuesta a las circunstancias del momento. Sus virtudes, pero también sus deficiencias, están ahí, a la vista de todos. Es claro que ya no responde a las necesidades de hoy y que nos tiene paralizados. Más que reformas y arreglos a lo que no funciona, tenemos que pensar en lo que debería reemplazarlo (…) La reconstrucción de las instituciones podrá partir de reclamos ciudadanos o de acuerdos entre líderes partidistas, iniciativas de la sociedad o de una conflagración social. Nadie sabe de dónde va a surgir, pero el camino de la violencia o la rebelión, el del México bronco, sería sin duda el más peligroso (…)
El telegrama en swahili
Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Juan. E. Pardinas
Una energía social, una fuerza abundante, una actividad inquieta, Alexis de Tocqueville definió así a la democracia. Más que una forma de gobierno, la democracia es una ruta civilizada para encauzar los fervores colectivos. Hoy, una fracción importante de la sociedad mexicana se siente agraviada por un inventario de impunidades cometidas por políticos profesionales. Este sector ofendido de la ciudadanía ha decidido canalizar el descontento con una campaña de promoción del voto nulo. Las redes sociales de internet han transformado este resentimiento individual en una efervescente masa crítica.
Se aprendió lo malo de 2006
Milenio Diario, p. 3/Opinión
Federico Berrueto
Las elecciones se establecieron para resolver diferencias y para que la confrontación política no tuviera lugar en la calle; en el país ocurre lo contrario, desde Madero o quizás desde el Plan de Tuxtepec en 1876, las elecciones no concluyen el pleito, sino dan inicio a la disputa bárbara por el poder. Se pensó que con la tersa alternancia en 2000 habría de cambiar el precedente; no fue así. Las elecciones no han sido solución, sino parte del problema. La crisis económica ha sido constantemente el caldo de cultivo de la rebelión. Al régimen autoritario no lo dobló el movimiento cívico, sino el impacto de la crisis económica. Nuevamente, se suponía que después de 1995, el país quedaba a salvo de los embates desestabilizadores de la economía internacional o de la doméstica.
Como ayer y anteayer: poder y riqueza
La Jornada, p. 18/Opinión
Rolando Cordera campos
(…) Ni en Michoacán ni en Sonora, en Monterrey o Garza García; ni en la recepción jubilosa que Germán Martínez y el propio Presidente han hecho de las convocatorias y los convocantes al voto nulo, la abstención o la prefectura de los nuevos legisladores, pueden encontrarse datos duros que muestren que se trata de la aplicación puntual de alguna receta del señor Solá. Y si así fuere, habría que admitir que en su puesta en práctica los panistas y sus gobernantes van más allá de la proverbial marrullería electorera de la derecha, española o purépecha. (…)
Pemex, en proceso de entregar plantas a empresas privadas
La Jornada, p. 18/Opinión
Antonio Gerheson
El acuerdo ya firmado, el 5 de mayo, entre el director general de Pemex Petroquímica, Rafael Beverido, y el director general de la empresa Mexichem, es claro. Se entra en un periodo de preparativos técnicos, controlado de hecho por la empresa privada, pues son tres partes: las dos firmantes y un tecnólogo” que será contratado por Mexichem. Sobre esta base se celebrará un contrato de comodato. Quiero señalar que en ninguno de estos casos ha habido concurso, licitación, ni nada por el estilo.
Lo que está de por medio en lo inmediato es la Planta de Derivados Clorados III, que está en la petroquímica Pajaritos, propiedad de Pemex y administrada por Pemex Petroquímica. La planta produce monómero de cloruro de vinilo (MCV), materia prima para la fabricación de varios productos, entre ellos el PVC que se utiliza para elaborar tubos y otros bienes. En los últimos tiempos, Mexchem había estado comprando este producto a Pemex. (…)
¿Debo o no votar?
Excélsior, p. 23/Primera
René Avilés Fábila
Pese al creciente malestar contra el sistema de partidos, ningún político ha hecho algo serio para modificar la tendencia a votar en blanco. No hay duda, las encuestas lo prueban: el 5 de julio tendremos como resultado la suma de abstencionismo y de la anulación del sufragio. Cálculos conservadores hablan de 60 por ciento. Es interesante ver que los partidos, sin importar sus diferencias, coinciden en el llamado a votar. Los extremos, Calderón y López Obrador, nos piden ir a las urnas. En el caso del primero es cuestión de consolidar su fuerza. Para el segundo, la salvación de México tiene una sola ruta, la que él marca con su paso fundamentalista y destructivo. El PRI ve las cosas desde una distante barrera, supone que estas elecciones le permitirán tener cerca de 200 diputados, cogobernar desde la Cámara baja y adelante recuperar la Presidencia de la República.
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