domingo, diciembre 06, 2009

Comentocracia: Juanito, ¿síntoma o paradigma?

Francisco Calderón diserta sobre el caso Juanito en su cartón dominical

Así viene la síntesis de artículos:

Juanito: ¿síntoma o paradigma?
Milenio Diario, p. 18/Opinión
Alán Arias Marín
El affaire de Juanito, empoderado de facto, si bien electo legal y formalmente como jefe delegacional en Iztapalapa, ha entrado en el tercer (…) episodio de su saga política. Epítome de la descompuesta democracia mexicana. Expresión tosca y sublime, al mismo tiempo, de la idiosincrasia de la clase política (…) materia prima del régimen y de nuestras élites gobernantes. Juanito ¿síntoma de la entropía del sistema político o paradigma de la política profesional mexicana? (…) La ignorancia y la necesidad -no la imbecilidad o la locura- que Rafael Acosta ostenta tragicómicamente resultan en el paradigma de la imposibilidad de una democracia asentada, funcional y de calidad (…) Así, la farsa picaresca de las aventuras de Juanito no es comprensible sin su claque de personajes típicos (AMLO, Brugada, Silvia Oliva, Ebrard, los del TEPJF, Núñez, Cuevas o Döring, René Arce), es también expresión de una trama institucional precaria y corrompida (…)

Sufragio efectivo, sí reelección

El Universal, p. 22/Primera
Onésimo Flores Dewey
El Presidente de México se comprometió hace unos días a impulsar un paquete de reformas para transitar “del sufragio efectivo de la Revolución de 1910, a la democracia efectiva del cambio en el 2010”. Uno de los elementos de su propuesta es particularmente importante para el municipalismo mexicano: la posibilidad de reelegir a nuestros alcaldes. En México los ciudadanos no podemos premiar con la reelección inmediata a los munícipes que hacen bien su trabaja Podremos aplaudirles y lanzarles vivas, pero la Constitución nos prohíbe renovar sus contratos (…)

La vida al revés

Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Luis Rubio
Ahora que se discuten los impuestos ¿por qué no cambiar la ecuación? ¿Por qué no ver la forma en que se paguen los impuestos que ya hay, pero de verdad, no con más castigos, sino con menos burocratismos? Es tiempo de legalizar la informalidad. Por décadas, hemos vivido bajo la ficción de que el mundo real, el mundo bueno y el mundo estadísticamente relevante es el de la formalidad. Sin embargo, la realidad nos dice otra cosa. La economía informal es dinámica y en ella operan millones de mexicanos que son empresarios modernos, competitivos, dispuestos a asumir riesgos y cuyo criterio es el de satisfacer a su cliente. La economía informal es real: ahí está para que todos la vean. Es tiempo de ver la vida al revés. Comencemos por lo obvio: la formalidad es una monserga, cuando no la muerte burocrática. La formalidad está diseñada, si es que se puede emplear ese término, para empresas grandes, con capacidad de administrar y procesar la infinidad de requisitos y regulaciones que entraña la vida formal (…)

El Estado autocomplaciente

Reforma, p. 10/Primera - Opinión
Isabel Turrent
(…) México está a punto de transitar por el último año de la primera década del siglo XXI en una situación de descontento generalizado (…) El Estado, que debería estar al servicio de los ciudadanos, se ha vuelto un Estado autocomplaciente que sirve a sus propios intereses. Los partidos -mimetizados con el PRI- legislan a espaldas de las demandas ciudadanas. Se han negado a incluir en su agenda, por ejemplo, la reelección de representantes -única manera de que sean responsables frente al electorado-, han dado rango constitucional a medidas que vulneran la libertad de expresión -un derecho fundamental en cualquier democracia- y se han blindado contra la posibilidad de que los votantes opten por candidatos independientes. La democracia mexicana se ha cartelizado y los políticos se han convertido en servidores de sí mismos y de unos cuantos, en lugar de servir a todos. Nos gobierna un triángulo de hierro conformado por los políticos, el gran capital y los burócratas, blindado en su disfuncionalidad y sordo a las demandas de la sociedad. México necesita una sociedad civil organizada y activa que obligue al Estado a transitar de nuevo por un sendero democrático. Un movimiento que demande al Estado el cumplimiento de sus tareas fundamentales -protección, justicia y bienestar- y la adopción de las reformas que a todas luces el país necesita. Éste es el gran desafío que enfrentamos, porque una sociedad civil eficaz tiene que compartir valores y creencias comunes. Mientras una numerosa minoría siga aferrada a modelos del pasado, a ideologías anacrónicas y a las promesas populistas de políticos irresponsables, el Estado autocomplaciente seguirá echando raíces.

La reelección de Calderón

Milenio Diario, p. 3/Opinión
Federico Barrueto
El presidente Calderón ha propuesto la reelección consecutiva de legisladores y presidentes municipales. Recoge una vieja demanda panista y, a su vez, uno de los planteamientos del senador Beltrones (…) A la reelección se le acreditan bondades desproporcionadas. Se dice que con ello se crearía la carrera parlamentaria, contribuiría a la profesionalización de los legisladores evitando la improvisación y el arribismo. El interés de los electores prevalecería sobre las consignas autoritarias de las dirigencias partidistas. Como si fuera argumento, suele invocarse que en casi todos los parlamentos los legisladores se pueden elegir (…) La reelección de legisladores es una mala y contraproducente propuesta; sus virtudes hipotéticas no se sustentan en la realidad; extraña que muchos académicos que la promueven ni siquiera entiendan los problemas que la reelección tipo norteamericano plantea al sistema de representación vigente. Legisladores reelectos no garantizan calidad, sí un freno a la de por sí limitada renovación política (…)

Coyoteando la Presidencia II

Milenio Diario, p. 21/Opinión
Jorge Medina Viedas
El muy probable regreso del PRI a la Presidencia de la República está más determinado por los errores de sus adversarios que por sus propios méritos. La mayoría de la población sigue pensando que el PRI es el mismo partido que llevó al país a lo largo del siglo XX a la modernización más extraordinaria que ha sufrido México en toda su historia, pero que también dejó una larga lista de asignaturas pendientes, las cuales acompañan como cábala el fracaso de los gobiernos panistas y evidencian el nivel patético de la incompetencia de estos (…) La ecuación es elemental: mal gobierno, más crisis económica y social en el entorno de desencanto social hacia el PAN y una izquierda en tiempo menguante, crea las condiciones para el fortalecimiento de estas tendencias y para que en la sociedad crezca la certidumbre, a modo de fatalidad, de que el PRI es la organización que vendrá de nuevo a salvar a la patria desamparada (…)

Ni Chana ni Juana

Excélsior, p. 4/Comunidad
Federico Döring
La crisis del llamado Pejenstein en Iztapalapa ha acaparado la atención de los medios de comunicación. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) fracasó en su intención de construir una cortina de humo para desviar la atención de su responsabilidad en la paternidad del conflicto en esa demarcación, a tal grado que la versión tabasqueña de Hugo Chávez, es decir, el progenitor legítimo de la candidatura de Rafael Acosta Ángeles, se ha hecho, como decimos los mexicanos, ojo de hormiga. Es falso que el Partido Acción Nacional (PAN) o un servidor tengamos algo que ver con el golpe de Estado que Acosta propinó a Clara Brugada en los pasados días (…)

En defensa de la política

Excélsior, p. 20/Primera
José Buendía Hegewisch
Una de las peores consecuencias de la historia, espectáculo o comedia -usted elija el calificativo- de Rafael Acosta Juanito y el gobierno de la delegación más grande y poblada del DF, es que acabe por parecernos algo usual, común y hasta divertido. Que por la fuerza de la costumbre acabemos por creer que lo que sucede en Iztapalapa es normal dado que la política es el reino de la traición, de la trampa y del engaño. Que las discusiones sobre lo que ahí sucede terminen como las frases de sobremesa “bueno, así es y ni modo”. Que se acabe por ver a la política como un carnaval de promesas incoherentes e imposibles, el oficio de distorsionar los hechos o una estéril agitación como la que vive Iztapalapa (…)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario