Detective privado, a veces agente de la CIA, de apellido Rivas, con deseos de formar una familia después de enviudar, así se presentaba el padre Marcial Maciel fuera del hábito del sacerdocio.
Esta identidad fue la que utilizó el fundador de los Legionarios de Cristo para acercarse a Blanca Estela Lara Gutiérrez, con la que procreó dos hijos y adoptó uno más que ella tuvo en un matrimonio anterior, recordó la mujer. A todos, dijo, Maciel los registró con los apellidos González Lara.
En entrevista radiofónica con la periodista Carmen Aristegui, la familia habló por primera vez sobre la vida con “Raúl Rivas”, como se hizo llamar Maciel.
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