jueves, noviembre 13, 2008

Comentocracia: El avionazo, por turbulencia de vórtice



Así viene la síntesis de artículos:


El dios Tonenili

Reforma, p. 16/Primera - Opinión
José Woldenberg
A la desgracia de la muerte tenía que seguir la desgracia de la especulación. Dice El pequeño Larousse que por desgracia debemos entender un “suceso o acontecimiento funesto”, un “mal que constituye un perpetuo motivo de aflicción”. La muerte de todos aquellos que viajaban en el avión de la Secretaría de Gobernación o de los que por azar perdieron la vida al estar cerca de donde ocurrió el impacto es una desgracia: un acontecimiento funesto que por supuesto deja una estela de desconsuelo, sobre todo entre los familiares, amigos y colaboradores de las víctimas. Pero la especulación que se desató después es para mí un “mal que se constituye en un perpetuo motivo de aflicción”. Se trata de una fórmula consagrada en los medios, de un recurso para llenar los silencios que se producen en las conversaciones, del mal arte de hacer a un lado la información para substituirla por “cábalas”, en el sentido de conjeturar, suponer, sospechar (otra vez El pequeño...).

Los retos de la gobernación

Milenio Diario, p. 23/Opinión
Diódoro Carrasco Altamirano
El nombramiento del reactivado una serie de reflexiones sobre la funcionalidad y eficacia del diseño institucional de la dependencia del Ejecutivo federal encargada de “contribuir a la gobernabilidad democrática y al desarrollo político de México”. Todavía es muy común, cuando se piensa en las tareas del secretario de Gobernación, referirlo al mítico y todopoderoso responsable de la política interior, con amplias facultades discrecionales e inagotables recursos a su alcance (en un país gobernado por un partido hegemónico), con su encomienda de garantizar la seguridad pública y nacional, conducir las relaciones políticas con las fuerzas reales y dirigir el gabinete.

Las desventajas de ser comparado con Dios

Excélsior, p. 29/Primera-Opinión
Hunberto Musacchio
En días tan propicios a las verdades a medias, contradicciones y especulación, Excélsior publicó ayer en la página 25 un clarificador testimonio sobre la caída del Learjet de Gobernación. Dos personas vieron cuando el citado avión dio una vuelta completa sobre su costado, lo que ocurrió al poniente de la ciudad, aproximadamente a las 18:45 horas, cuando la nave debía cambiar de frecuencia y se perdió el contacto por radio. Los testigos son Nikolas Klaus y Carlos Alberto Bandini Varela, quienes vieron cuando el avión daba la voltereta sobre sí mismo y luego se iba en picada, lo que se explicaría, según Víctor Manuel Camposeco, piloto jubilado y escritor en activo, por la llamada turbulencia de vórtice producida por el Boeing 767 que viajaba adelante, a una distancia de 6.4 kilómetros, muy inferior a las seis millas (más de diez kilómetros) que debían separar a una de otra aeronave.

Lealtad al amigo... o al país

La Crónica de Hoy, p. 4/Opinión
Jesús Martínez Álvarez
El nombramiento de Fernando Gómez Mont como secretario de Gobernación fue una sorpresa para todos. Se esperaba una designación que recayera en alguna persona que integra el llamado “grupo cercano o de amigos”, decisión que hubiera sido desafortunada. Otros pensaban que existía la posibilidad de que el Presidente de la república actuara como hombre de Estado. Este reducido grupo esperaba que el nuevo secretario de Gobernación fuera una persona con presencia y reconocimiento nacional.

Mezquindades y ruindades

Excélsior, p. 28/Primera-Opinión
Rafael Álvarez
Las palabras que pronunció Felipe Calderón hace unos días frente a los panistas: “Hay que dejar atrás y de una vez las mezquindades y ruindades que impiden servir y hacer el bien… y nos atrapan en pleitos, envidias y ruindades sin fin”. Así de simple, así de claro (…)
¿Es la mezquindad y la ruindad limitada a los panistas? No, por cierto. Si revisamos la historia de nuestro país, desde la Independencia hasta nuestros días, la mezquindad de presidentes y aspirantes fue característica. Todos los próceres, desde Iturbide hasta Vicente Fox, han vivido la mezquindad, como actores o como víctimas. Y, en la política actual, no pocos políticos, aspirantes y fracasados, son incapaces de reconocer en el otro una manera diferente de pensar, una postura distinta, ya no digamos una cualidad o una virtud.
Y si reflexionamos un poco más, reconoceremos que esa mezquindad nos convierte en ciudadanos suspicaces, incrédulos, desconfiados. ¿Qué pasaría si todos, no sólo los políticos, analistas y comentaristas de los medios, sino todos nosotros, decidiéramos abandonar la mezquindad con la que devaluamos a los demás y nos devaluamos nosotros mismos?


Dos presidentes

La Jornada, p. 22/Opinión
Soledad Loaeza
El segundo trienio de la presidencia de Felipe Calderón coincidirá con los primeros tres años del mandato de Barack Obama en la Casa Blanca. Sabemos cuáles serán los temas de la agenda bilateral: migración, combate al narcotráfico y comercio -tal vez Obama haga buena su promesa de revisión del TLCAN. Sin embargo, es una incógnita la química entre los dos personajes, un dato importante que puede llegar a imponer el tono de la relación entre México y Estados Unidos, aunque no lo es todo. Por ejemplo, después de un primer encuentro muy prometedor, la relación de W. Bush y de Vicente Fox quedó en el limbo. Contrariamente a lo que imaginó el entonces presidente mexicano, que creyó que tenían mucho en común porque los dos eran rancheros, muy religiosos y calzaban botas vaqueras, si es que entre ellos creció una sincera amistad, México no se benefició del mutuo afecto. En ese respecto ni siquiera valió la pena que Fox le pidiera a Fidel Castro que se fuera de Monterrey después de comer. El presidente de Estados Unidos espera eficacia de su contraparte mexicana y no abyecta servidumbre. Para Fox era mucho más fácil lo segundo que lo primero, digamos que se la daba con más naturalidad; pero fue muy poco lo que obtuvo, más allá de la indignación de los mexicanos por su incompetencia diplomática.

Elecciones en EU

Excélsior, p. 28/Primera-Opinión
Benito Nacif
La Unión Americana celebró el pasado 4 de noviembre unos comicios normales. No hubo sorpresas. El candidato ganador fue el mismo que punteaba en las encuestas de intención del voto de forma consistente desde mediados de septiembre (…) No hizo falta que interviniera ninguna autoridad gubernamental. Como de costumbre, las cadenas televisoras fueron informando resultados conforme se cerraban los cómputos a lo largo de la Unión Americana. Una vez que se divulgaron las tendencias definitivas en los estados decisivos -el terreno en el que se peleó la elección-, había certidumbre con respecto al ganador. Por si quedaba alguna duda, el candidato perdedor, el senador John McCain, salió a reconocer su derrota en un generoso “discurso de concesión”. Tras una campaña presidencial larga, dura y sucia, la democracia más antigua del mundo salía fuerte y vigorosa.
Y sin embargo no fueron unas elecciones perfectas, si tal cosa existe en alguna parte del mundo. A más de una semana del día de la elección, aún no se sabe qué candidato ganó los 11 delegados al Colegio Electoral del estado de Missouri. El empate técnico persiste, aunque importa poco pues la ventaja del senador Obama es muy amplia: 365 contra sólo 162 votos de McCain. En Alaska -el estado de la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin-, todavía falta contar 30 por ciento de las boletas de la elección senatorial. En Minnesota, los votos que separan al puntero en la contienda para el Senado son tan sólo 216. Siguen los recuentos y todo el mundo anticipa que la elección se decidirá en los tribunales.

Obama y el difícil cambio

La Jornada, p. 22/Opinión
Adolfo Sánchez Rebolledo
Hasta qué punto es una ilusión creer que Barack Obama podrá enfrentar la crisis económica y avanzar en la reforma general de la sociedad. Es muy probable que la gran mayoría de los jóvenes (y las minorías) que se lanzaron a la campaña en busca del cambio consideren difícil salir de la crisis actual sin modificar a fondo las condiciones que la hicieron posible, una ideológica: la creencia dogmática de que la sociedad del futuro será la que mejor cumpla con la libertad de mercado considerada como la estrella polar de la convivencia global y la guía más segura para la edificación de los valores que rigen las relaciones humanas. Y tienen razón, pues además de injusto en términos de la concentración de la riqueza, el camino neoliberal demostró ser peligroso para la salud global del sistema.

Obama presidente

El Financiero, p. 28/Opinión
Ricardo Márquez
Si todavía queda por ahí que aún duda de que Estados Unidos es un lugar donde todo es posible, quien todavía se pregunta si el sueño de nuestros fundadores sigue vivo en nuestros tiempos, quien todavía cuestiona la fuerza de nuestra democracia, esta noche es su respuesta. Es la respuesta dada por las filas que se extendieron alrededor de escuelas e iglesias, en un número como esta nación no había visto jamás, por las personas que esperaron tres horas y cuatro horas, muchas de ellas por primera vez en sus vidas, porque creían que esta vez tenía que ser distinta y que sus voces podían suponer esa diferencia.

México en la cumbre de Washington

El Universal, p. 22/Primera-Opinión
Emilio Rabasa Gamboa
En pocos días, países tanto desarrollados como emergentes (Brasil, México, China e India) se reúnen en Washington en una cumbre que puede ser histórica o un fiasco dependiendo de los resultados de la misma de cara al siglo XXI, y no volteando al pasado antecedente de Bretton Woods, el FMI y el BM que ya deben reformarse a fondo. La agenda del evento adquiere otra dimensión ante el histórico triunfo de Barack Obama el pasado 4 de noviembre. No podría ser la misma con McCain que con Obama como presidente electo, quien debe su triunfo a las clases medias y no a la plutocracia que llevó y mantuvo a Bush en el poder.

Persona 'non grata'

El Universal, p. 23/Primera
Enrique del Val Blanco
Sorprende la falta de tacto político del gobierno mexicano al haber recibido al presidente de Colombia, señor Álvaro Uribe, cuyo gobierno asesinó a mansalva a cuatro ciudadanos mexicanos en una incursión militar a territorio ecuatoriano, denunciada por este último, rompiendo relaciones diplomáticas. El señor Uribe no sólo no ha pedido disculpas, ha justificado tal asesinato. No contento con ello ahora, en visita a nuestro país, en una reunión con el siniestro personaje de la política mexicana, el señor Fox, se dio el lujo de inmiscuirse en asuntos de nuestro país, al opinar y preguntar sobre el Ejército Popular Revolucionario (EPR), a lo que el locuaz señor Fox se permitió afirmar que “son grupos muy pequeños y dispersos”, lo cual confirma su sensibilidad y alta capacidad en asuntos políticos.

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