Así viene la síntesis de artículos:
2.08
Reforma, p. 10/Primera - Opinión
Federico Reyes Heroles
En 2009 México llegará a tener una población de 107.5 millones de habitantes. Es información reciente del INEGI. No hay demasiadas sorpresas, sabemos que cada año la población aumenta y de hecho ya no observamos demasiado el fenómeno. Este año se sumarán 868 mil nuevos mexicanos. La reacción común frente a estas cifras es afirmar son demasiados, ya somos muchos. Por eso no salimos de pobres. Como en casi todas las reacciones se pierde la perspectiva. ¿Somos muchos? Depende de qué queramos observar. ¿Estamos apretados? México tiene una densidad de alrededor de 55 habitantes por kilómetro cuadrado. Cuando empezó la denominada “transición demográfica” algunos expertos advirtieron que podríamos llegar a un escenario muy diferente en poco tiempo. El umbral de ese estadio es una tasa de fecundidad de 2.1 hijos por mujer en edad reproductiva. Ése es el número mágico del reemplazo. Por debajo del 2.1 las defunciones rebasan a los nacimientos. Las proyecciones del Conapo para este año hacen que la campana suene: 2.08 es la cifra calculada.
Calderón: definiciones
El Universal, p. 13/Opinión
Jorge Buendía
Este año definirá el sexenio del presidente Calderón. Después de dos años de gobierno, la población cambia los parámetros de la evaluación presidencial. Los ciudadanos viven menos de expectativas y esperan más resultados. Además, eximir al gobierno calderonista de los problemas actuales se dificulta con el avance el sexenio. Lo que funciona al inicio de una administración, como culpar al gobierno o régimen precedente de los problemas del país, tiene menor credibilidad a la mitad de un gobierno. La asignación de responsabilidades será de fundamental importancia en los temas económicos o de seguridad. En lo económico, el entorno internacional negativo significa una válvula de escape para el gobierno federal. Pero la interrogante no es si los ciudadanos responsabilizarán al presidente Calderón por la economía del país, sino cuándo lo harán. Ante el deterioro en sus finanzas, los electores no buscan quién se las hizo sino quién se las pague.
Otro año, ¿más de lo mismo?
El Universal, p. 13/Opinión
Alberto Aziz Nassif
Ahora que ha iniciado el año habrá que contener la respiración y sumergirnos en los próximos 365 días, que se anuncian complicados y llenos de incertidumbre. Tres áreas serán particularmente importantes para entender las directrices de 2009: los efectos de la crisis económica, las elecciones intermedias y el destino de la seguridad pública. A diferencia de los años recientes, en esta ocasión las variables de la economía se han movido completamente y los efectos críticos de la crisis en la vida cotidiana de las familias serán una dura realidad. La política estará marcada de forma importante por las elecciones intermedias, en las que se pondrá a prueba la reforma electoral. El resultado electoral formará el nuevo escenario legislativo que, junto con las elecciones locales, empezará a generar los primeros cálculos de la sucesión presidencial. (…)
2OO9
El Universal, p. 13/Opinión
Germán Martínez Cazares
Todos los augurios son malos: la economía se desplomará, hay peligro de deflación, es incierto el panorama del combate a la delincuencia, no se crearán los empleos necesarios, ya regresó el subcomandante Marcos, Obama no cumplirá con las expectativas y un largo etcétera presagian, ya, el apocalipsis. Frente a un pesimismo atizado para favorecer a los detractores del presidente Calderón, no cabe bajo ninguna circunstancia el optimismo ingenuo del que no ve la crisis económica mundial ni sus repercusiones desfavorables en México; pero, al mismo tiempo, la crisis llama al duro realismo y representa una oportunidad de oro para pensar en “lo básico”. El modelo económico que provocó la crisis permitió abusos y ventajas que favorecieron a unos en detrimentos de otros, y el modelo político, en ocasiones, no metió las manos.
El verdadero rostro de Israel
La Jornada, p. 18/Opinión
Doris Musalem Rahal
Los criminales bombardeos israelíes contra la población civil en Gaza, que han dejado cientos de muertos y miles de heridos, no son sino la continuación de una política deliberada del Estado de Israel de masacrar civiles palestinos incluyendo niños, que ha venido siendo sistemática en los territorios palestinos ocupados desde 1967. La justificación de Israel es la amenaza que representa a su seguridad el lanzamiento por parte de Hamas, en el momento actual, de cohetes de muy baja capacidad ofensiva. (…) Queda claro que la violencia israelí no puede explicarse en términos de su seguridad y autodefensa. Sin embargo, Israel ha logrado con éxito enmarcar el conflicto con los palestinos en este doble discurso y presentarse como la víctima en el concierto internacional, lo que le permite actuar con total impunidad. En la praxis Israel es aceptado entre las naciones del mundo, envuelto en el manto de la normalidad. Esto gracias a los medios de comunicación, a la industria de relaciones públicas, al fantasma del antisemitismo y, sobre todo, al apoyo incondicional de EU.
Alto a la agresión en Gaza
Excélsior, p. 14/Opinión
Jesús Ortega Martínez
En el conflicto entre palestinos e israelíes la humanidad es la que más ha perdido. Desde que concluyó la tregua entre Israel y Palestina el 19 de diciembre de 2008, la batalla encarnizada en la Franja de Gaza ha dejado como resultado cerca de 500 muertos y más de dos mil heridos. Nada justifica la violencia en cualquier parte del mundo. Los ataques de misiles del grupo islámico Hamas a Israel no respaldan el asalto del ejército israelí en Gaza. Ni el bloqueo económico impuesto a la comunidad palestina excusa los atentados suicidas. Cuando el miedo priva a una sociedad, especialmente a las niñas y los niños, de su libertad, no hay ocasión para tomar partido por uno u otro bando. Es cuando el mundo debe alzar la voz para exigir que sean respetados los derechos humanos de inocentes, que independientemente de su ideología política y religiosa buscan vivir en paz.
¡Aguas! Se inicia 2009
El Financiero, p. 18/Opinión
Benito Solís Mendoza
Finalmente terminó 2008 con su extraordinaria volatilidad, quiebra de empresas financieras centenarias en Europa y Estados Unidos que se consideraban sanas y sólidas. Además, principios de mercado que se defendieron durante años para hacer más eficientes a las economías (que consiste en hacer que las personas y las empresas obtengan los resultados de sus esfuerzos y actividades, ya sean utilidades o pérdidas), fueron desechados en unos cuantos días o incluso horas, al utilizar recursos públicos, esto es, dinero de los impuestos, para cubrir las pérdidas de bancos y otras instituciones financieras y salvar a los accionistas, ejecutivos o poseedores de bonos de manera arbitraria y sin reglas generales. Cabe resaltar el caso del gobierno alemán, que decidió no seguir una política activa de salvamento de sus empresas, lo mismo que otros países en Asia.
Batallas del 2009
Milenio Diario, p. 12/Opinión
Roberto Blancarte
Va a ser un periodo difícil, ya lo sabemos. En año de elecciones y con una economía en crisis, con el crimen organizado alimentado por el desempleo y la ausencia de valores cívicos, el pronóstico no es bueno. Y, sin embargo, también sabemos que así como no será el fin de nuestros problemas tampoco será el fin de México. ¿Cómo enfrentar el año, sin ilusiones, pero sin derrotismos, con realismo, pero con optimismo? Supongo que hay muchas maneras de hacerlo, pero me atengo a las constantes de la historia. Empecemos entonces por decir que no es la primera vez que eso nos sucede. Hemos estado incluso en peores situaciones. De hecho, podríamos celebrar un aniversario más de una de esas fechas. La cuestión no es haber estado allí, sino cómo salimos. (…)
Se agrava el panorama
El Universal, p. 13/Opinión
Enrique del Val Blanco
Los datos aportados por la Cepal sobre la situación económica de la región latinoamericana para el año pasado y este que inicia no son alentadores. El análisis es preocupante, especialmente en el caso de México, ya que de nuevo nos coloca en una situación difícil expresada en la caída de casi todos los indicadores. Varios son los ejemplos: durante 2008, con la excepción de Haití, México presenta el más bajo desempeño con 1.8% de crecimiento del PIB, comparado con otros países como Uruguay con 11.5%, Ecuador 6.5%, Argentina 6.8% y Brasil 5.9%. Pero lo peor está por venir, según la Cepal. Para 2009 nos pronostica un crecimiento del PIB de 0.5%, ahora sí el más bajo de la región.
Los años previos
Excélsior, p. 15/Opinión
Axel Didriksson
El año que llega es muy adecuado para reflexionar sobre las tendencias de mediano y largo plazos, vitales para entender la actual fase de incertidumbre, volatilidad, especulación y tiempos líquidos en la que vivimos. La lógica de la especulación mercantil y la falta de operación de un gobierno poco proclive a los cambios de fondo en beneficio de la sociedad está reduciendo, como nunca antes, las posibilidades de acción del Estado para controlar la violencia y desarrollar una capacidad pro activa de negociación frente a los multiplicados conflictos sociales que se desbordan. Desde ya, no podemos seguir así. Estamos a la mitad, al mismo tiempo, de un tremendo desorden mundial, y los próximos años acumularán tensiones que pueden llegar a convertirse en un conflicto devastador. Ojalá fuera yo el único que lo considera, pero no es así. La guerra en la Franja de Gaza es parte de lo que viene. Estados Unidos vivirá la amenaza más grande de su historia y, dentro de esta perspectiva, nuestro país estará en la frontera de la discordia entre el bien y el mal, porque todo se habrá polarizado.
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