Lo reporta El Mundo:
Mamma Sarah entra en su casa con paso renqueante, todavía cansada por su último viaje. A sus 87 años, sonríe sin cesar pero se mueve con dificultad. Sale del quicio de su hogar en Kenia con una silueta de cartón, tamaño natural, de un hombre enchaquetado.La planta en el jardín, entre vacas y gallinas, y se dice preparada para la foto. Mamma Sarah acaba de llegar de Estados Unidos.Y su nieto es el presidente. El hombre del cartón.
Tras una vida de penuria africana, Sarah Obama nunca pensó que viviría sus últimos días custodiada por diez agentes de seguridad del Gobierno. Sus vecinos siguen embutidos en las mismas estrecheces, pero a ella le ha cambiado la vida.
Tras una vida de penuria africana, Sarah Obama nunca pensó que viviría sus últimos días custodiada por diez agentes de seguridad del Gobierno. Sus vecinos siguen embutidos en las mismas estrecheces, pero a ella le ha cambiado la vida.
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