Así viene la síntesis de artículos:
Dos guerras dos
Reforma, p. 13/Primera - Opinión
Froylán M. López Narváez
En México hay dos guerras declaradas, manifiestas: la patética y mortífera, incrementada abiertamente en el gobierno legalizado de Felipe Calderón Hinojosa, la guerra de los narcotraficantes entre sí, contra el Ejército y cuanta policía se inventa, reforma o amalgama. La otra es la guerra crónica y de siempre entre ciudadanos que tienen como afán medular la conquista de poderes administrativos y legislativos, destacadamente.
Senadores de los partidos eminentes, el PRI, el PAN y el PRD, se reunieron el fin de semana reciente. Encerrada con sus sigilos, la bancada priista, pastoreada por Manlio Fabio Beltrones, divulgó la estrategia de los amigos, adversarios y enemigos, según la coyuntura, para contlapachear - tlapachos, cubrir el ave los huevos, ponerse de acuerdo para encubrir alguna acción. El encubrimiento se fraguó en torno a sus negocios electorales próximos.
En Jiutepec, Morelos, los senadores panistas contradijeron las reclamaciones de sus compañeros concertacionistas del PRI. Señores y señores, panófilos de hoy (no se divulgó presencia femenina y ya que no se endilga a panistas el sarcasmo de señoritos, como antaño) y su incrustación felipeña, con su presidente Germán Martínez, adujeron derecho de acogerse a la exaltación y divulgación de lo que estiman presunción de alardear con logros sociales en el tenue calderonismo. Van a ser cuidadosos, dijo Héctor Larios, para no incurrir en violaciones a la nueva ley electoral. Esto lo manifestó el líder diputadil del PAN en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (…)
Cláusula maldita
Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Manuel J. Jáuregui
(…) Como ustedes recordarán, Estados Unidos capta el 80 por ciento de nuestras exportaciones y, si ellos se cierran, se protegen y excluyen a bienes o productos manufacturados fuera de su país, esta medida puede afectar a México más que a nadie.
Nuestro Peso es la segunda PEOR moneda latinoamericana (después del Real brasileño) en el sostenimiento de su valor. La posibilidad de que primero Estados Unidos nos contagie su recesión y luego no nos permita participar plenamente en su reactivación ha sido un tremendo gancho al hígado, rematado con un recto a la mandíbula para nuestra divisa.
Nos parece particularmente desafortunado que la debacle del Peso se suscite justo al regreso de Davos del Presidente Felipe Calderón. Como se habrán enterado, el Presidente mexicano cantó allá las maravillas de nuestra economía, la solidez de nuestras finanzas, de nuestra moneda y lo bonancibles de nuestras perspectivas económicas. Estas alabanzas en voz presidencial suelen ser posturas de cajón, es esperado que todo Presidente entone loas ante los reyes globales de las finanzas magnificando a su país.
Sin embargo, al Presidente Calderón se le pasó la mano y, como se dice comúnmente, nos saló, pues más tardó él en entonar su romance, que el Peso en ser noqueado.
Falacias y juego rudo
El Universal, p. 19/Opinión
Lorenzo Córdova Vianello
El fin de semana tuvimos la enésima constatación de que las televisoras no están dispuestas a olvidar la afrenta que el poder público (encarnado en el órgano reformador de la Constitución) propinó a sus intereses al aprobar la reforma electoral en 2007. Que la reforma los haya fastidiado no es difícil de entender. El nuevo modelo de comunicación política centrado en la prohibición absoluta de compra de publicidad política en radio y televisión y en el uso de los tiempos del Estado representó, para los intereses mediáticos, una merma económica (pues los priva de ingresos hasta ahora cautivos), pero sobre todo una pérdida de poder (pues les quita, en gran medida, la capacidad de chantaje e, incluso, de sojuzgamiento que habían llegado a tener sobre los políticos).
El berrinche de las televisoras
La Crónica de Hoy, p. 2/Opinión
Jorge Javier Romero
Se les fue un negocito de más de dos mil millones de pesos y están muy enojados. Eso es lo que ocurre con los concesionarios de las televisoras privadas y su manera de enfrentar, coludidos, su obligación legal de transmitir los anuncios políticos durante la campaña sin cobrarlos. Televisa fue más discreta. Un anuncio en negro y en silencio. Televisión Azteca lloriquea en un mensaje donde lamenta mucho tener que interrumpir la programación preferida pero que así lo ordena el IFE. Y recetan paquetes de anuncios mezclados de promoción del voto y de partidos políticos. La intención es evidente. Quieren provocar animadversión hacia los partidos y hacia la autoridad electoral. (…)
México en su sitio
El Universal, p. 19/Opinión
Miguel Alemán V.
En atención a los comentarios recibidos relativos a mi artículo anterior, presento a los lectores mi reflexión ante el amplio debate sobre la viabilidad del Estado mexicano y la importancia de que triunfe sobre aquellos que retan su poder con actos de violencia e ilegalidad. J.J. Rousseau en El contrato social postuló que los ciudadanos depositan en el Estado el poder de ejercer la autoridad en un sistema legal que promueva la justicia y regule la vida económica y la convivencia armónica de la comunidad. Fue precisamente en la reciente edición del Foro Económico Mundial, en Davos, que se señaló, una vez más, que la seguridad es un factor determinante de toda nación para generar mejores condiciones económicas y atraer inversiones.
Límites al crecimiento económico
El Financiero, p. 28/Internacional
Luis Pazos
La capacidad de crecer está limitada fundamentalmente por la disponibilidad de los llamados factores de la producción: tierra (que son los recursos naturales), capital, trabajo y empresa. La escasez de alguno de esos factores limita el crecimiento. Cuando la economía estadounidense crece más allá del 5 por ciento, empieza a reactivarse la inflación debido a que no existe suficiente mano de obra para sostener ese ritmo de crecimiento. Los primeros que protestaron contra el proyecto del muro en la frontera con México fueron los empresarios de EU, que sufren la falta de mano de obra en periodos de bonanza.
El Estado impotente
El Universal, p. 19/Opinión
Mauricio Merino
Hace ya varios días que comenzó el debate sobre la tesis del Estado fallido. “México no es Paquistán”, dijo el presidente Calderón en Davos, Suiza, ante la comparación que surgió de Estados Unidos. De acuerdo. ¿Pero tiene México un Estado con autoridad suficiente para garantizar el derecho y la viabilidad del país? Bastaría un pequeño recuento de las noticias publicadas en los últimos días para dudarlo con seriedad. Esta misma semana, por ejemplo, las grandes televisoras han vuelto a desafiar las reglas del juego. Inconformes con la reforma electoral de 2007, han decidido producir el mayor encono posible hacia las elecciones de 2009, manipulando los tiempos destinados a la divulgación de la propaganda del IFE y de los partidos.
La regeneración
Reforma, p. 13/Primera - Opinión
Sergio Aguayo Quezada
(…) ¡Ya irrumpieron!, ¡ya llegaron!, los spots de los partidos y del Instituto Federal Electoral (IFE). Con el entusiasta respaldo de los medios electrónicos vienen decididos a remoler paciencia y vesícula biliar. No son uno ni dos, sino entre 23 y 25 millones los mensajes que se transmitirán de aquí a finales de junio. Por lo visto hasta ahora, vienen cargados de frases irrelevantes, caritas sonrientes, promesas irreales, tonadas pegajosas. Pocos mensajes útiles, escasos los diseños innovadores.
Y el dinero en efectivo, ¿cómo lo gastarán? Una tajada considerable servirá para pagar burocracias y mimar dirigencias. Otra porción generosa la dedicarán a reclutar, de manera temporal, a los promotores del voto, y a pagar los mítines y las banderolas de plástico. Finalmente, una asignación generosa irá a regalos, muchos regalos, para ese México pobre acostumbrado a entregar su tiempo (y bajo ciertas condiciones su voto) por estímulos materiales.
El señor Calderón y su banda
La Jornada, p. 17/Opinión
Luis Linares Zapata
Inmerso en un deseo de trascender al mundo de la política hemisférica y hasta global, el señor Calderón se lanzó canturreando al foro de Davos, Suiza. Quiso poner ahí su indeleble marca personal y lo logró. Fue un verdadero salto al vacío que aterrizó en una reunión plagada de fracasos y cadáveres. Lo primero de ideas y lo segundo de luminarias: unas, porque no asistieron a tan sonada cita, y otras, porque ya son estrellas en extinción. Pero el señor Calderón, y la banda de resonancia que lo acompañó, no calibraron ni entendieron tanto la sustancia como el envoltorio que condicionaba dicho foro. Ahí se juntaron, durante largos y frívolos años de frenesí expoliador, todos aquellos que ahora son señalados, con sobradas razones, como los culpables directos de la crisis planetaria en proceso. El ocaso de un modelo diseñado para conservar y agrandar privilegios y la inequidad.
Países ganadores y perdedores
El Universal, p. 19/Opinión
Rogelio Ramírez de la 0
Aunque el gobierno critique la diseminación de noticias negativas, hoy los agentes económicos y los lectores necesitan visiones realistas, por más malas que resulten sus implicaciones. El informe de Merrill Lynch que dice que México tiene mayor fortaleza que Japón, Reino Unido o Brasil sirve al gobierno para la buena imagen, pero no sirve a los agentes económicos. Los inversionistas se preguntan si comprando hoy acciones de empresas con poca deuda, reconocidos productos de consumo necesario y buena administración a la larga protegerían su patrimonio.
Elecciones 2009: pronósticos
Reforma, p. 12/Primera - Opinión
Jorge G. Castañeda
Ya empezaron las precampañas electorales del 2009 (nuestra contribución a la práctica electoral universal), y pronto comenzarán las campañas propiamente tales. Más allá del caos en torno a los spots en el futbol y en el Super Bowl, y del desorden que ha provocado y provocará la reforma del 2007, podemos ya tratar de dilucidar algunos pronósticos, y sus respectivas consecuencias. Conviene, sin embargo, subrayar que ya conocemos el monto de lo que se obtuvo a cambio de la mentada reforma electoral. De acuerdo con un anuncio de la Secretaría de Hacienda, publicado en el diario Milenio el 2 de febrero, por concepto de IETU el gobierno recaudó 46.7 mil millones de pesos en 2008, 32 por ciento menos de lo previsto, y aproximadamente 0.4 por ciento del PIB. Si recordamos que los otros componentes de la reforma fiscal (gasolina, impuestos sobre depósitos en efectivo, mejor recaudación) o bien no son realmente parte de una reforma fiscal aprobada por el Congreso, o sirven a un propósito no recaudatorio, podemos concluir que el país produjo una pésima reforma electoral a cambio de 0.4 por ciento del PIB de incremento de recursos. No se trata precisamente de un gran negocio.
A menos de que suceda un milagro (o más bien una desgracia), parece imposible que algún partido, y en particular el PRI, alcance el 43 por ciento necesario para que se aplique el candado de gobernabilidad o cláusula de sobrerrepresentación, y obtenga la mayoría absoluta de los escaños, es decir, 251. Implicaría una reversión de tendencia dramática, y una debacle monumental del PAN. Ninguna de estas dos opciones se antoja factible. Por tanto, por quinta vez consecutiva nadie contará con una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y por tercer sexenio consecutivo permanecerá intacto el diseño institucional que prácticamente asegura dicho desenlace (…)
Estirar la liga
Milenio Diario, p. 12/Opinión
Juan Ignacio Zavala
No creo que a nadie le haya gustado lo que vimos el pasado fin de semana en nuestras pantallas. Ni a los partidos políticos que esperaban ver sus spots y mucho menos a los ciudadanos que no esperaban verlos. Y menos así. Interrumpirlos programas deportivos, o a Chabelo, o la telenovela para ver un paquete de spots en los que te advierten que van a seguir pasando “hasta” el 5 de julio, no debe ser grato para el televidente. Imaginar a los niños que ven la caricatura quedarse con los ojos literalmente cuadrados porque salen unos señores diciendo que se legalice el aborto y la droga ha de ser como ponerlos a ver extraterrestres; la frustración del aficionado que, cerveza en mano, se dispone a festejar un gol para terminar viendo a un par de candidatos a diputados pidiendo el voto, debe ser una experiencia imborrable (…)
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