La Iglesia invirtió más de 23 millones de dólares en luchar contra los abusos de menores, 22 millones de terapia para las víctimas y 374,4 millones en indemnizaciones a unas 500 personas.
Los gastos para 2008 supusieron un descenso en un 29 por ciento con respecto a los del año anterior, después de tres años consecutivos de aumentos.
La gran mayoría de los casos de abusos se remonta a entre 35 y 45 años atrás, sobre todo al período de 1970 a 1974, según el informe, encargado por la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU.
Durante 2008 se formularon 620 denuncias de abusos cometidos años atrás, pero sólo "diez nuevas denuncias creíbles de abusos a personas que todavía tienen menos de 18 años de edad".
El presidente de la Conferencia, el cardenal de Chicago Francis George, señaló:
Con nuestras oraciones, acciones y empeño en la protección de los niños, estamos trabajando para hacer que el mundo sea más seguro para todos los menores. Nosotros y la Iglesia vamos por el buen camino.
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