Así viene la síntesis de artículos:
Encuentro y prejuicios
Reforma, p. 14/Primera - Opinión
Jesús Silva-Herzog Márquez
Por sexta ocasión, un presidente de Estados Unidos pisará la Ciudad de México. En la larga historia de encuentros entre gobernantes vecinos, apenas cinco ejecutivos norteamericanos han visitado la capital mexicana. El jueves, un mandatario que es visto por el mundo como símbolo de cambio se encontrará con Felipe Calderón. (…) De México, Barack Obama ha tenido que aprender rápidamente. En su corta vida política los asuntos mexicanos apenas han aparecido en el menú. La opinión pública durante la campaña no le requería definiciones sobre el vecino. (…) Desde entonces ha desconfiado de un acuerdo comercial que -por lo menos formalmente- insiste en renegociar. Las primeras señales de su administración, sin embargo, parecen alentadoras (…)
El liderazgo de Barack Obama
El Economista, p. 45/Política y Sociedad
Cesáreo Morales
El presidente Obama ha escogido a Abraham Lincoln como la figura principal que da tono a su liderazgo. El discurso de Gettysburg está detrás de todos sus discursos. En la economía, una idea asedia el cambio de modelo, de reglas y regulaciones, “compartir”. La avaricia y la falta de previsión llevaron a la crisis. (…) Compartir el destino en materia de política exterior, asunto nada sencillo si se analizan los desacuerdos manifestados por los europeos ante el propio Obama Compartir el destino tendría que ser la consigna del nuevo liderazgo que México ha de ejercer en este contexto reestructurado, para no permanecer en la pasividad, la inercia y las visiones unilaterales.
Ahí viene Obama
El Universal, p. 19/Primera-Opinión
Gabriel Guerra Castellanos
Tras ocho largos años en el desierto figurativo de la desatención estadounidense, nuestro país súbitamente está de nuevo en el mapa. En Washington le dedican tiempo a pensar en México, los medios de comunicación le dan espacios con los que sus corresponsales ni siquiera soñaban hasta hace poco, y los “mexicanólogos” están de moda otra vez. (…) La próxima visita a México del presidente Barack Obama se inscribe dentro de esta renovada atención, que debería alegramos a quienes durante tanto tiempo hemos abogado por un relanzamiento de la relación bilateral, y que nos hemos preocupado por la ausencia del tema en la agenda de nuestros políticos, nuestros empresarios, nuestros académicos. No es por ser aguafiestas, pero el redescubrimiento de México por los estadounidenses, no necesariamente cuadra con lo que yo al menos tenía en mente cuando argumenté que el olvido y el descuido a la relación más importante que tenemos con el exterior tendrían consecuencias negativas para el interés nacional y para la región de América del norte.
Obama en México
El Universal, p. 19/Primera-Opinión
Manuel Camacho Solís
El presidente Barack Obama puede hacer lo que no pudieron sus antecesores: venir a la ciudad de México y entrar en contacto con sus habitantes, desde John F. Kennedy ningún otro presidente estadounidense lo ha podido hacer, tiene la capacidad para resolver agendas complejas donde están en tensión posiciones extremas. (…) Con su visita a México puede satisfacer su agenda interna con una oferta cierta de mayor seguridad en la frontera, y empezar a ganarse el afecto de una mayoría latinoamericana con una política migratoria más sensible a los hispanos y una agenda progresista Barack Obama inicia su viaje a un continente dividido políticamente y a un país que no ha sido reconciliado. Debe atender a sus preocupaciones internas sobre la seguridad en la frontera y necesariamente apoyar al gobierno mexicano, pero no debería cerrarse al diálogo con la gente de una ciudad claramente progresista ni desaprovechar la oportunidad de definir una política de mayor alcance.
El PRI no ha muerto
El Universal, p. 19/Primera-Opinión
Jorge Chabat
Cuando el PRI perdió la Presidencia en el año 2000, muchos auguraban el fin de ese partido y del régimen político que éste moldeó. Curiosamente, los primeros que predecían el fin del viejo régimen eran los mismos priístas que veían venir una nueva era en la cual su forma de hacer política no tendría ya cabida. (…) No sólo los priístas continuaron con chamba, sino que el estilo político de éstos fue comiéndose poco a poco al nuevo partido en el poder, como se había comido a nivel local al propio PAN y al PRD. (…) Con la llegada de Calderón, la tendencia ha continuado. La política exterior se volvió priísta: de los principios panistas se pasó al pragmatismo puro, a los abrazos de Germán Martínez con el canciller cubano Pérez Roque, y de la lucha democrática se ha pasado a la cruda lucha por el poder (…)
¿Qué quiere hacer el PAN?
El Financiero, p. 26/Opinión
José Adolfo Ibinarríaga
La polarización en México de la elección presidencial de 2006, si bien a primera vista fue una táctica exitosa por parte del PAN en contra de López Obrador, deja de lado reflexiones más profundas, como fueron los votos que le quitó la candidatura de Demetrio Sodi al PRD en la ciudad de México (…) El tema es relevante, porque pareciera que la estrategia del PAN para la elección intermedia de 2009 estaría sustentada en relanzar una campaña de ataque, ahora en contra del PRI (…). Será difícil quitarle votos a un PRD muy disminuido, pero que conserva y consolida su voto duro (…) Convertir la elección en una de carácter nacional, terreno que les es más favorable frente a una estructura local más robusta y el trabajo en tierra que puede desarrollar el PRI (…)
La libertad incómoda
Excélsior, p. 25/Primera-Opinión
Roberto Gil Zuarth
En la discusión sobre la propaganda del PAN que, a través de un juego de palabras, enfatizaba diversas características de los gobiernos del PRI, dos argumentos fueron utilizados para resaltar su “impertinencia política”. Por una parte, que la crítica es causa de conflicto y de riesgo a la gobernabilidad. Por otra, que dicha crítica no reporta “valor agregado” a la deliberación democrática (…) El silencio no pone a prueba los adhesivos de la convivencia ni la lealtad democrática de los competidores. Los políticos deben resaltar las coincidencias y disimular las diferencias. Los desacuerdos, por profundos que sean, se tratan en privado. (…) Cuestionar a las instituciones del Estado es un atentado contra la existencia misma de la sociedad. La censura es la reacción debida frente a expresiones que socavan los cimientos de la organización política.
La continuidad de Lujambio
El Universal, p. 19/Primera-Opinión
Ricardo Raphael
Siembran confusión las primeras declaraciones y los primeros actos del nuevo secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio. Por una parte, advierte que otorgará continuidad a las políticas educativas del gobierno calderonista. Por la otra, afirma que lo hará desde la dignidad que posee la política. Hay contradicción entre ambas premisas: o se protege el arreglo mañoso entre la SEP y el SNTE, o se pone a salvo la dignidad de la política. (…) Y para que el significado de sus dichos no sea mal interpretado, ratificó en su encargo a Fernando González Sánchez, personero del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en la secretaría que ahora comanda.
IFAI, el trampolín
Reforma, p. 14/Primera - Opinión
Juan Ciudadano
En materia de educación y de transparencia, los Gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón han impulsado reformas importantes, cambios encaminados a desarmar el patrimonialismo de la era priista. La introducción de la idea de que México tiene que ser evaluado y comparado en materia educativa frente a otros países (…) y de que los padres de familia tienen derecho a conocer el desempeño de sus hijos ha sido un logro de los últimos dos gobiernos. (…) Podemos decir, entonces, que en educación y en transparencia las administraciones de Fox y Calderón han creado instituciones, entendidas éstas como las reglas del juego. (…) Cuando Calderón propuso a Alonso Lujambio para el IFAI, ante las suspicacias, vino el compromiso de no aceptar otro cargo del Presidente.
La Gran crisis
La Jornada, p. 21/Opinión
Armando Bartra/ IV
La decadencia del sistema corroe las entidades que lo soportan y también las vacía de significado. Modernidad, progreso, desarrollo, palabras entrañables que convocaban apasionadas militancias, hoy se ahuecan si no es que adquieren carga irónica. (…) La locomotora de la historia. La gran promesa de la modernidad: conducimos a una sociedad que al prescindir de toda trascendencia metafísica y apelar sólo a la razón nos haría libres, sabios, opulentos y. felices, comenzó a pasar aceite desde hace rato. (…) Fatal y seductor como una vampiresa, el futuro fue fetiche tanto del progresismo “burgués” como del revolucionarismo “proletario”, pero por diferentes vías y con distintos ritmos los altares de la modernidad fueron paulatinamente desertados.
La adicción a la prisión
El Universal, p. 18/Primera-Opinión
Ernesto López Portillo
La ciudad de México llegará al 100% de sobrepoblación penitenciaria en 2009, para no quedarse atrás en una adicción que ha enfermado a los gobiernos de todo el país, donde la población penitenciaria creció al doble en nueve años. La tendencia es similar para los prisioneros sin condena, quienes pasaron de 45 mil en 1995 a 92 mil en 2006. (…) Hay más presos, pero no hay menor número de delitos, no hay reinserción social de los condenados y no hay mayor seguridad para todos. Se manda a la gente a prisión con base en mitos. (…) Uno de cada tres pesos invertido por los gobiernos estatales en la seguridad ciudadana y la justicia penal va al sistema penitenciario.
¿Pa' qué?
Reforma, p. 15/Primera - Opinión
Juan Enríquez Cabot
Caray, habría que hacerse la pregunta. Si ya deshicimos el sector financiero una vez... Si ya nos endeudamos para pagar errorcillo de diciembre y caprichos de diversas familias financieras... Si no tenemos vela en este entierro del sistema bancario mundial, porque al fin y al cabo los bancos dejaron de ser nuestros, pos entonces, ¿pa' qué nos endeudamos de nuez? (…) Según la Perica Ortiz, “más vale estar preparado para lo peor”. ¿Si la economía estaba tan blindada, entonces pa' qué? Somos el primer país en aceptar tomar este tipo de crédito del FMI. (…) No me preocupa ni me incumbe si Cemex quiere irse de compras por todo el mundo y comprar cementeras a precios extraordinarios, acumulando un Everest de deuda (…)
Encuentro y prejuicios
Reforma, p. 14/Primera - Opinión
Jesús Silva-Herzog Márquez
Por sexta ocasión, un presidente de Estados Unidos pisará la Ciudad de México. En la larga historia de encuentros entre gobernantes vecinos, apenas cinco ejecutivos norteamericanos han visitado la capital mexicana. El jueves, un mandatario que es visto por el mundo como símbolo de cambio se encontrará con Felipe Calderón. (…) De México, Barack Obama ha tenido que aprender rápidamente. En su corta vida política los asuntos mexicanos apenas han aparecido en el menú. La opinión pública durante la campaña no le requería definiciones sobre el vecino. (…) Desde entonces ha desconfiado de un acuerdo comercial que -por lo menos formalmente- insiste en renegociar. Las primeras señales de su administración, sin embargo, parecen alentadoras (…)
El liderazgo de Barack Obama
El Economista, p. 45/Política y Sociedad
Cesáreo Morales
El presidente Obama ha escogido a Abraham Lincoln como la figura principal que da tono a su liderazgo. El discurso de Gettysburg está detrás de todos sus discursos. En la economía, una idea asedia el cambio de modelo, de reglas y regulaciones, “compartir”. La avaricia y la falta de previsión llevaron a la crisis. (…) Compartir el destino en materia de política exterior, asunto nada sencillo si se analizan los desacuerdos manifestados por los europeos ante el propio Obama Compartir el destino tendría que ser la consigna del nuevo liderazgo que México ha de ejercer en este contexto reestructurado, para no permanecer en la pasividad, la inercia y las visiones unilaterales.
Ahí viene Obama
El Universal, p. 19/Primera-Opinión
Gabriel Guerra Castellanos
Tras ocho largos años en el desierto figurativo de la desatención estadounidense, nuestro país súbitamente está de nuevo en el mapa. En Washington le dedican tiempo a pensar en México, los medios de comunicación le dan espacios con los que sus corresponsales ni siquiera soñaban hasta hace poco, y los “mexicanólogos” están de moda otra vez. (…) La próxima visita a México del presidente Barack Obama se inscribe dentro de esta renovada atención, que debería alegramos a quienes durante tanto tiempo hemos abogado por un relanzamiento de la relación bilateral, y que nos hemos preocupado por la ausencia del tema en la agenda de nuestros políticos, nuestros empresarios, nuestros académicos. No es por ser aguafiestas, pero el redescubrimiento de México por los estadounidenses, no necesariamente cuadra con lo que yo al menos tenía en mente cuando argumenté que el olvido y el descuido a la relación más importante que tenemos con el exterior tendrían consecuencias negativas para el interés nacional y para la región de América del norte.
Obama en México
El Universal, p. 19/Primera-Opinión
Manuel Camacho Solís
El presidente Barack Obama puede hacer lo que no pudieron sus antecesores: venir a la ciudad de México y entrar en contacto con sus habitantes, desde John F. Kennedy ningún otro presidente estadounidense lo ha podido hacer, tiene la capacidad para resolver agendas complejas donde están en tensión posiciones extremas. (…) Con su visita a México puede satisfacer su agenda interna con una oferta cierta de mayor seguridad en la frontera, y empezar a ganarse el afecto de una mayoría latinoamericana con una política migratoria más sensible a los hispanos y una agenda progresista Barack Obama inicia su viaje a un continente dividido políticamente y a un país que no ha sido reconciliado. Debe atender a sus preocupaciones internas sobre la seguridad en la frontera y necesariamente apoyar al gobierno mexicano, pero no debería cerrarse al diálogo con la gente de una ciudad claramente progresista ni desaprovechar la oportunidad de definir una política de mayor alcance.
El PRI no ha muerto
El Universal, p. 19/Primera-Opinión
Jorge Chabat
Cuando el PRI perdió la Presidencia en el año 2000, muchos auguraban el fin de ese partido y del régimen político que éste moldeó. Curiosamente, los primeros que predecían el fin del viejo régimen eran los mismos priístas que veían venir una nueva era en la cual su forma de hacer política no tendría ya cabida. (…) No sólo los priístas continuaron con chamba, sino que el estilo político de éstos fue comiéndose poco a poco al nuevo partido en el poder, como se había comido a nivel local al propio PAN y al PRD. (…) Con la llegada de Calderón, la tendencia ha continuado. La política exterior se volvió priísta: de los principios panistas se pasó al pragmatismo puro, a los abrazos de Germán Martínez con el canciller cubano Pérez Roque, y de la lucha democrática se ha pasado a la cruda lucha por el poder (…)
¿Qué quiere hacer el PAN?
El Financiero, p. 26/Opinión
José Adolfo Ibinarríaga
La polarización en México de la elección presidencial de 2006, si bien a primera vista fue una táctica exitosa por parte del PAN en contra de López Obrador, deja de lado reflexiones más profundas, como fueron los votos que le quitó la candidatura de Demetrio Sodi al PRD en la ciudad de México (…) El tema es relevante, porque pareciera que la estrategia del PAN para la elección intermedia de 2009 estaría sustentada en relanzar una campaña de ataque, ahora en contra del PRI (…). Será difícil quitarle votos a un PRD muy disminuido, pero que conserva y consolida su voto duro (…) Convertir la elección en una de carácter nacional, terreno que les es más favorable frente a una estructura local más robusta y el trabajo en tierra que puede desarrollar el PRI (…)
La libertad incómoda
Excélsior, p. 25/Primera-Opinión
Roberto Gil Zuarth
En la discusión sobre la propaganda del PAN que, a través de un juego de palabras, enfatizaba diversas características de los gobiernos del PRI, dos argumentos fueron utilizados para resaltar su “impertinencia política”. Por una parte, que la crítica es causa de conflicto y de riesgo a la gobernabilidad. Por otra, que dicha crítica no reporta “valor agregado” a la deliberación democrática (…) El silencio no pone a prueba los adhesivos de la convivencia ni la lealtad democrática de los competidores. Los políticos deben resaltar las coincidencias y disimular las diferencias. Los desacuerdos, por profundos que sean, se tratan en privado. (…) Cuestionar a las instituciones del Estado es un atentado contra la existencia misma de la sociedad. La censura es la reacción debida frente a expresiones que socavan los cimientos de la organización política.
La continuidad de Lujambio
El Universal, p. 19/Primera-Opinión
Ricardo Raphael
Siembran confusión las primeras declaraciones y los primeros actos del nuevo secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio. Por una parte, advierte que otorgará continuidad a las políticas educativas del gobierno calderonista. Por la otra, afirma que lo hará desde la dignidad que posee la política. Hay contradicción entre ambas premisas: o se protege el arreglo mañoso entre la SEP y el SNTE, o se pone a salvo la dignidad de la política. (…) Y para que el significado de sus dichos no sea mal interpretado, ratificó en su encargo a Fernando González Sánchez, personero del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en la secretaría que ahora comanda.
IFAI, el trampolín
Reforma, p. 14/Primera - Opinión
Juan Ciudadano
En materia de educación y de transparencia, los Gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón han impulsado reformas importantes, cambios encaminados a desarmar el patrimonialismo de la era priista. La introducción de la idea de que México tiene que ser evaluado y comparado en materia educativa frente a otros países (…) y de que los padres de familia tienen derecho a conocer el desempeño de sus hijos ha sido un logro de los últimos dos gobiernos. (…) Podemos decir, entonces, que en educación y en transparencia las administraciones de Fox y Calderón han creado instituciones, entendidas éstas como las reglas del juego. (…) Cuando Calderón propuso a Alonso Lujambio para el IFAI, ante las suspicacias, vino el compromiso de no aceptar otro cargo del Presidente.
La Gran crisis
La Jornada, p. 21/Opinión
Armando Bartra/ IV
La decadencia del sistema corroe las entidades que lo soportan y también las vacía de significado. Modernidad, progreso, desarrollo, palabras entrañables que convocaban apasionadas militancias, hoy se ahuecan si no es que adquieren carga irónica. (…) La locomotora de la historia. La gran promesa de la modernidad: conducimos a una sociedad que al prescindir de toda trascendencia metafísica y apelar sólo a la razón nos haría libres, sabios, opulentos y. felices, comenzó a pasar aceite desde hace rato. (…) Fatal y seductor como una vampiresa, el futuro fue fetiche tanto del progresismo “burgués” como del revolucionarismo “proletario”, pero por diferentes vías y con distintos ritmos los altares de la modernidad fueron paulatinamente desertados.
La adicción a la prisión
El Universal, p. 18/Primera-Opinión
Ernesto López Portillo
La ciudad de México llegará al 100% de sobrepoblación penitenciaria en 2009, para no quedarse atrás en una adicción que ha enfermado a los gobiernos de todo el país, donde la población penitenciaria creció al doble en nueve años. La tendencia es similar para los prisioneros sin condena, quienes pasaron de 45 mil en 1995 a 92 mil en 2006. (…) Hay más presos, pero no hay menor número de delitos, no hay reinserción social de los condenados y no hay mayor seguridad para todos. Se manda a la gente a prisión con base en mitos. (…) Uno de cada tres pesos invertido por los gobiernos estatales en la seguridad ciudadana y la justicia penal va al sistema penitenciario.
¿Pa' qué?
Reforma, p. 15/Primera - Opinión
Juan Enríquez Cabot
Caray, habría que hacerse la pregunta. Si ya deshicimos el sector financiero una vez... Si ya nos endeudamos para pagar errorcillo de diciembre y caprichos de diversas familias financieras... Si no tenemos vela en este entierro del sistema bancario mundial, porque al fin y al cabo los bancos dejaron de ser nuestros, pos entonces, ¿pa' qué nos endeudamos de nuez? (…) Según la Perica Ortiz, “más vale estar preparado para lo peor”. ¿Si la economía estaba tan blindada, entonces pa' qué? Somos el primer país en aceptar tomar este tipo de crédito del FMI. (…) No me preocupa ni me incumbe si Cemex quiere irse de compras por todo el mundo y comprar cementeras a precios extraordinarios, acumulando un Everest de deuda (…)
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