Así viene la síntesis de artículos:
Cubrebocas
Reforma, p. 13/Primera
Juan Villoro
Nadie se había fijado en los ojos de Lorena hasta que se puso un cubrebocas. La frase es exagerada: nadie se había fijado tanto en ellos. La epidemia del virus porcino ha cambiado los hábitos de la capital. La transformación más evidente son los rectángulos de tela en las caras de la población, que aportan tonalidad celeste a una ciudad donde el cielo es mero polvo. Los que no son guapos, por lo menos se han vuelto misteriosos. Enfrentamos la catástrofe unificados por una prenda. No siempre es fácil decir “nosotros”. ¿Qué representa la palabra?, ¿qué clase de identidad convoca? Una tribu adicta a la compañía atraviesa el infierno del aislamiento y la falta de aglomeraciones. ¿Quiénes somos? Los del rostro con una tela azul.
Mitos y realidades de la epidemia
El Universal, p. 20/Primera
Alfredo Ponce de León
La epidemia de influenza porcina ha generado muchas inquietudes. Hemos vivido, padecido, los efectos de esta emergencia (…) ¿Nos están diciendo la verdad? Si este germen es tan letal, ¿estaremos protegidos con sólo utilizar un cubrebocas y lavarnos las manos? Estas preguntas han sido formuladas muchas veces en los últimos días, tanto públicamente como en privado, y muchas veces gana la ignorancia sobre la razón. La capacidad de diseminación de un microorganismo depende de muchos factores, unos intrínsecos al germen, otros que dependen del ambiente, del clima, de la humedad relativa y, desde luego, del hospedero y sus condiciones de vida y estado de salud previo. Es decir, son muchos los factores que favorecen o retrasan esta capacidad de diseminación. Y aunque parezca difícil de creer, los seres humanos y sus instituciones son en general capaces de limitar el enfrentamiento con estos gérmenes (…)
Lo que falta
Reforma, p. 12/Primera
Manuel J. Jáuregui
Somos partidarios, fanáticos incluso, de que nuestros funcionarios públicos hablen con la verdad y eviten pronunciar esos rollos que insultan la inteligencia colectiva. Pero, al mismo tiempo, somos también partidarios de que los funcionarios públicos, así como pintan con crudeza la realidad, ofrezcan soluciones claras, palpables y concretas. Mucho agradecemos que, en conferencia de prensa, el Secretario de Hacienda, Agustín Carstens, haya reconocido que la epidemia de la influenza, recién rebautizada A H1N1, nos pega en lo económico y que puede impactar negativamente nuestro crecimiento de 0.3 a 0.5 por ciento del PIB. Realista y creíble fue, como debe ser.
La vida y sus contrastes
Reforma, p. 13/Primera
Paz Fernández Cueto
Todos estamos consternados ante la amenaza de epidemia del virus A H1N1. De pronto y sin previo aviso, la fragilidad de la vida se hizo patente ubicándonos con precisión en nuestros propios límites, al poner en evidencia la precariedad de la existencia, el valor de una sola vida humana, su fragilidad, la necesidad de conservarla, lo vulnerable de nuestra condición y lo importante de preservar la salud individual y colectiva que en última instancia no depende en forma absoluta de nosotros. Palabras como pestes, epidemias o plagas nos sonaban arcaicas, historias que pertenecían a la Edad Media, calamidades que han azotado a la humanidad de las que no tenemos memoria, desgracias que padecieron hace siglos nuestros antepasados durante la conquista o en épocas de La Colonia cuando ni por asomo habíamos alcanzado el apabullante desarrollo científico que hemos logrado en la actualidad.
A(H1/N1): pobreza y globalización
Milenio Diario, p. 18/Opinión
Pablo Gómez
La zona metropolitana de la cuenca de México se parece a la ciudad monacal que fue en el siglo XVII. No hay casi nada qué hacer más que trabajar, rezar y pasear por los jardines. La causa de hoy es A (H1/N1), mutado y remutado, trasladado de humanos a cerdos, con alguna intervención de pollos, y vuelto a humanos para crear muerte y miedo. ¿Por qué muere gente de gripa? Ésta es la pregunta pertinente, a diferencia de ¿por qué muere de influenza porcina, ahora renombrada como humana? Ha sido evidente en estos días que en México hay decesos y que casi no los hay en Estados Unidos (un solo caso hasta ahora en la frontera). No sabemos cuántos han muerto de influenza porcina, pero sabemos cuántos han muerto de influenza cualquiera. Por más nueva que sea la A (H1/N1), no deja de ser una gripa. Muertos de cualquier manera, tenemos demasiados muertos y eso no lo explican las autoridades de salud.
Colaborador Invitado / Cuatro aspectos de la Influenza
Reforma, p. 11/Primera
Fernando Cano Valle
La Organización Mundial de la Salud verificó de mayo de 2002 a marzo de 2005, 760 epidemias en 138 países. Hoy sabemos que Brasil tiene un brote epidémico de Fiebre Amarilla en dos estados cuando menos y tuvo 248 mil casos de Dengue durante 2008. Argentina, en las provincias del Norte, presenta una grave epidemia de Dengue (Denv. 1,2,3,4); 2 mil casos en los últimos dos meses. Perú tiene 5 mil casos. Paraguay y Bolivia han confirmado casos de Dengue Hemorrágico con alta mortalidad. En Irán 11 mil casos de Cólera y Tailandia tiene Influenza Aviar H5N1. Australia tiene actualmente Dengue y 7 mil casos de Tosferina con fallecimiento de niños en una enfermedad prevenible por vacunación.
Silenciar el dolor
Excélsior, p. 23/Primera
Clara Scherer
Parece una nueva oportunidad para aprender lecciones acerca de nuestras capacidades: no dominamos ni conquistamos a “la naturaleza”; nuestra seguridad en la vida la trastorna tanto el crimen organizado como un beso a nuestro gran amor. Las instituciones de salud en México son capaces de organizarse y caminar unidas ante una emergencia; pero no son igualmente efectivas en la atención a lo cotidiano. La sociedad mexicana, como cualquier otra, aprende a golpes de epidemias, cambiando costumbres ancestrales a favor de la higiene y la urbanidad. Como siempre, hay pros y contras en cualquier situación. (…)
Lo bueno en lo malo
El Universal, p. 21/Primera
Macario Schettino
Para Macario Schettino el terreno político es en donde afortunadamente los partidos han estado razonablemente en paz, sin tratar de aprovechar la situación. Claro, salvo el Partido Verde, que ahora llama a los hogares ofreciendo algo de información sobre la influenza, y una tarjeta para un viaje en ambulancia al año. Poco a poco aparecerá el uso político de la emergencia, criticando la falta o el exceso, la lentitud o la premura, pero así es ese mercado, y los votantes tendrán que decidir en quiénes confían. Para cuando estemos de regreso a algo parecido a la normalidad, hay un par de asuntos que habrá que discutir. Primero, valdrá la pena regresar también al tema de la legalidad en nuestro país. Ejercen medicina personas que' no tienen los conocimientos, se pueden adquirir medicinas sin receta, existen establecimientos totalmente irregulares que se hacen llamar clínicas y sanatorios. No sé si ya podamos entender cómo la irregularidad nos cuesta a todos, y nos decidamos a aplicar la ley, a; todos y todo el tiempo. (…)
Las guerras bacteriológicas
Excélsior, p. 23/Primera
José Elías Romero Apis
La emergencia epidémica nos avisa que somos muy frágiles ante, por lo menos, once guerras que no hemos previsto ni enfrentado ni ganado. No me refiero a la batalla contratos virus, sino contra nuestra naturaleza patógena, la cual hace que nosotros mismos seamos quienes inoculemos, contaminemos e infectemos a nuestros cuerpos sociales. En primer lugar, la guerra de la sicosis. Todo ese pavor, justificado o no, que se ha apoderado de la población y no sabemos si hasta del gobierno. La que se alimenta con aquellas medidas que provocan la sensación de un estado de guerra catas trófica. El cierre de escuelas, restaurantes, cines y oficinas públicas. La emisión de acuerdos innecesarios e inservibles. Hasta la imagen de los estadios vacíos resulta depresiva para muchos. Recordemos que en la vida todo es juego, menos el fútbol.
Secuestro electoral
El Universal, p. 21/Primera
Porfirio Muñoz Ledo
En opinión de Porfirio Muñoz Ledo sorprende el silencio cuando no la complicidad del Congreso ante esta “dictadura sanitaria”. Remedo de la militarización del país y la declaración de guerra al crimen organizado. En su colaboración para El Universal, Muñoz Ledo indica que esta vez Calderón no se vistió de médico, como entonces lo hizo de general, pero tal vez se disfrace -antes de las elecciones-para anunciar que ha derrotado el mal. Asombra más la declaración del propio Ejecutivo en el sentido de que el país carece de los medios técnicos “capaces de identificar el diagnóstico, el tratamiento y la estrategia preventiva”, pero que en 72 horas los tendría, plazo que se ha prolongado indefinidamente. Como en tiempos de la Revolución: “Primero disparas y luego averiguas”.
Colaborador invitado/La última burbuja en reventar
Reforma, p. 4/Negocios
Willian Pesek
La gripe porcina representa el estallido de otra burbuja más. La más reciente esperanza en desinflarse tiene que ver con la capacidad del mundo para sobrellevar el riesgo ocasional de una pandemia. Lo hicimos con el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en 2003 y la gripe aviar en 2005. Eso fue antes de la gripe porcina y la declaración de la Organización Mundial de la Salud de que no era contenible.
Ahora la pregunta es si esta enfermedad se transformará en un desastre internacional que arrase los mercados. (…)
México preside el Consejo de Seguridad de la ONU
El Universal, p. 20/Primera
Jorge Montaño
El peor momento en la historia de Naciones Unidas ocurrió en los gobiernos de Bush hijo. Los neoconservadores irrumpieron cual talibanes obsesionados con acabar el terrorismo islámico. El unilateralismo, disfrazado de “multilateralismo a la carta”, desgastó la confianza internacional en el sistema. (…)
Cubrebocas
Reforma, p. 13/Primera
Juan Villoro
Nadie se había fijado en los ojos de Lorena hasta que se puso un cubrebocas. La frase es exagerada: nadie se había fijado tanto en ellos. La epidemia del virus porcino ha cambiado los hábitos de la capital. La transformación más evidente son los rectángulos de tela en las caras de la población, que aportan tonalidad celeste a una ciudad donde el cielo es mero polvo. Los que no son guapos, por lo menos se han vuelto misteriosos. Enfrentamos la catástrofe unificados por una prenda. No siempre es fácil decir “nosotros”. ¿Qué representa la palabra?, ¿qué clase de identidad convoca? Una tribu adicta a la compañía atraviesa el infierno del aislamiento y la falta de aglomeraciones. ¿Quiénes somos? Los del rostro con una tela azul.
Mitos y realidades de la epidemia
El Universal, p. 20/Primera
Alfredo Ponce de León
La epidemia de influenza porcina ha generado muchas inquietudes. Hemos vivido, padecido, los efectos de esta emergencia (…) ¿Nos están diciendo la verdad? Si este germen es tan letal, ¿estaremos protegidos con sólo utilizar un cubrebocas y lavarnos las manos? Estas preguntas han sido formuladas muchas veces en los últimos días, tanto públicamente como en privado, y muchas veces gana la ignorancia sobre la razón. La capacidad de diseminación de un microorganismo depende de muchos factores, unos intrínsecos al germen, otros que dependen del ambiente, del clima, de la humedad relativa y, desde luego, del hospedero y sus condiciones de vida y estado de salud previo. Es decir, son muchos los factores que favorecen o retrasan esta capacidad de diseminación. Y aunque parezca difícil de creer, los seres humanos y sus instituciones son en general capaces de limitar el enfrentamiento con estos gérmenes (…)
Lo que falta
Reforma, p. 12/Primera
Manuel J. Jáuregui
Somos partidarios, fanáticos incluso, de que nuestros funcionarios públicos hablen con la verdad y eviten pronunciar esos rollos que insultan la inteligencia colectiva. Pero, al mismo tiempo, somos también partidarios de que los funcionarios públicos, así como pintan con crudeza la realidad, ofrezcan soluciones claras, palpables y concretas. Mucho agradecemos que, en conferencia de prensa, el Secretario de Hacienda, Agustín Carstens, haya reconocido que la epidemia de la influenza, recién rebautizada A H1N1, nos pega en lo económico y que puede impactar negativamente nuestro crecimiento de 0.3 a 0.5 por ciento del PIB. Realista y creíble fue, como debe ser.
La vida y sus contrastes
Reforma, p. 13/Primera
Paz Fernández Cueto
Todos estamos consternados ante la amenaza de epidemia del virus A H1N1. De pronto y sin previo aviso, la fragilidad de la vida se hizo patente ubicándonos con precisión en nuestros propios límites, al poner en evidencia la precariedad de la existencia, el valor de una sola vida humana, su fragilidad, la necesidad de conservarla, lo vulnerable de nuestra condición y lo importante de preservar la salud individual y colectiva que en última instancia no depende en forma absoluta de nosotros. Palabras como pestes, epidemias o plagas nos sonaban arcaicas, historias que pertenecían a la Edad Media, calamidades que han azotado a la humanidad de las que no tenemos memoria, desgracias que padecieron hace siglos nuestros antepasados durante la conquista o en épocas de La Colonia cuando ni por asomo habíamos alcanzado el apabullante desarrollo científico que hemos logrado en la actualidad.
A(H1/N1): pobreza y globalización
Milenio Diario, p. 18/Opinión
Pablo Gómez
La zona metropolitana de la cuenca de México se parece a la ciudad monacal que fue en el siglo XVII. No hay casi nada qué hacer más que trabajar, rezar y pasear por los jardines. La causa de hoy es A (H1/N1), mutado y remutado, trasladado de humanos a cerdos, con alguna intervención de pollos, y vuelto a humanos para crear muerte y miedo. ¿Por qué muere gente de gripa? Ésta es la pregunta pertinente, a diferencia de ¿por qué muere de influenza porcina, ahora renombrada como humana? Ha sido evidente en estos días que en México hay decesos y que casi no los hay en Estados Unidos (un solo caso hasta ahora en la frontera). No sabemos cuántos han muerto de influenza porcina, pero sabemos cuántos han muerto de influenza cualquiera. Por más nueva que sea la A (H1/N1), no deja de ser una gripa. Muertos de cualquier manera, tenemos demasiados muertos y eso no lo explican las autoridades de salud.
Colaborador Invitado / Cuatro aspectos de la Influenza
Reforma, p. 11/Primera
Fernando Cano Valle
La Organización Mundial de la Salud verificó de mayo de 2002 a marzo de 2005, 760 epidemias en 138 países. Hoy sabemos que Brasil tiene un brote epidémico de Fiebre Amarilla en dos estados cuando menos y tuvo 248 mil casos de Dengue durante 2008. Argentina, en las provincias del Norte, presenta una grave epidemia de Dengue (Denv. 1,2,3,4); 2 mil casos en los últimos dos meses. Perú tiene 5 mil casos. Paraguay y Bolivia han confirmado casos de Dengue Hemorrágico con alta mortalidad. En Irán 11 mil casos de Cólera y Tailandia tiene Influenza Aviar H5N1. Australia tiene actualmente Dengue y 7 mil casos de Tosferina con fallecimiento de niños en una enfermedad prevenible por vacunación.
Silenciar el dolor
Excélsior, p. 23/Primera
Clara Scherer
Parece una nueva oportunidad para aprender lecciones acerca de nuestras capacidades: no dominamos ni conquistamos a “la naturaleza”; nuestra seguridad en la vida la trastorna tanto el crimen organizado como un beso a nuestro gran amor. Las instituciones de salud en México son capaces de organizarse y caminar unidas ante una emergencia; pero no son igualmente efectivas en la atención a lo cotidiano. La sociedad mexicana, como cualquier otra, aprende a golpes de epidemias, cambiando costumbres ancestrales a favor de la higiene y la urbanidad. Como siempre, hay pros y contras en cualquier situación. (…)
Lo bueno en lo malo
El Universal, p. 21/Primera
Macario Schettino
Para Macario Schettino el terreno político es en donde afortunadamente los partidos han estado razonablemente en paz, sin tratar de aprovechar la situación. Claro, salvo el Partido Verde, que ahora llama a los hogares ofreciendo algo de información sobre la influenza, y una tarjeta para un viaje en ambulancia al año. Poco a poco aparecerá el uso político de la emergencia, criticando la falta o el exceso, la lentitud o la premura, pero así es ese mercado, y los votantes tendrán que decidir en quiénes confían. Para cuando estemos de regreso a algo parecido a la normalidad, hay un par de asuntos que habrá que discutir. Primero, valdrá la pena regresar también al tema de la legalidad en nuestro país. Ejercen medicina personas que' no tienen los conocimientos, se pueden adquirir medicinas sin receta, existen establecimientos totalmente irregulares que se hacen llamar clínicas y sanatorios. No sé si ya podamos entender cómo la irregularidad nos cuesta a todos, y nos decidamos a aplicar la ley, a; todos y todo el tiempo. (…)
Las guerras bacteriológicas
Excélsior, p. 23/Primera
José Elías Romero Apis
La emergencia epidémica nos avisa que somos muy frágiles ante, por lo menos, once guerras que no hemos previsto ni enfrentado ni ganado. No me refiero a la batalla contratos virus, sino contra nuestra naturaleza patógena, la cual hace que nosotros mismos seamos quienes inoculemos, contaminemos e infectemos a nuestros cuerpos sociales. En primer lugar, la guerra de la sicosis. Todo ese pavor, justificado o no, que se ha apoderado de la población y no sabemos si hasta del gobierno. La que se alimenta con aquellas medidas que provocan la sensación de un estado de guerra catas trófica. El cierre de escuelas, restaurantes, cines y oficinas públicas. La emisión de acuerdos innecesarios e inservibles. Hasta la imagen de los estadios vacíos resulta depresiva para muchos. Recordemos que en la vida todo es juego, menos el fútbol.
Secuestro electoral
El Universal, p. 21/Primera
Porfirio Muñoz Ledo
En opinión de Porfirio Muñoz Ledo sorprende el silencio cuando no la complicidad del Congreso ante esta “dictadura sanitaria”. Remedo de la militarización del país y la declaración de guerra al crimen organizado. En su colaboración para El Universal, Muñoz Ledo indica que esta vez Calderón no se vistió de médico, como entonces lo hizo de general, pero tal vez se disfrace -antes de las elecciones-para anunciar que ha derrotado el mal. Asombra más la declaración del propio Ejecutivo en el sentido de que el país carece de los medios técnicos “capaces de identificar el diagnóstico, el tratamiento y la estrategia preventiva”, pero que en 72 horas los tendría, plazo que se ha prolongado indefinidamente. Como en tiempos de la Revolución: “Primero disparas y luego averiguas”.
Colaborador invitado/La última burbuja en reventar
Reforma, p. 4/Negocios
Willian Pesek
La gripe porcina representa el estallido de otra burbuja más. La más reciente esperanza en desinflarse tiene que ver con la capacidad del mundo para sobrellevar el riesgo ocasional de una pandemia. Lo hicimos con el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en 2003 y la gripe aviar en 2005. Eso fue antes de la gripe porcina y la declaración de la Organización Mundial de la Salud de que no era contenible.
Ahora la pregunta es si esta enfermedad se transformará en un desastre internacional que arrase los mercados. (…)
México preside el Consejo de Seguridad de la ONU
El Universal, p. 20/Primera
Jorge Montaño
El peor momento en la historia de Naciones Unidas ocurrió en los gobiernos de Bush hijo. Los neoconservadores irrumpieron cual talibanes obsesionados con acabar el terrorismo islámico. El unilateralismo, disfrazado de “multilateralismo a la carta”, desgastó la confianza internacional en el sistema. (…)
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