Lo que muchos políticos, magistrados, periodistas e intelectuales no han conseguido en 15 años lo puede lograr ahora una rubia de 42 años, ojos verdes y formas sinuosas: acabar con Silvio Berlusconi.
Se llama Patrizia D'Addario, es una prostituta de lujo de la localidad de Bari (en el sur de Italia) y desde hace 10 días tiene contra las cuerdas al primer ministro italiano, según reporta en El Mundo, Irene Hernández Velasco, desde Roma.
Relata que hasta la semana pasada era una perfecta desconocida. La típica chica de provincias que se marchó de casa con 14 años, enamorada de un rufián y soñando con alcanzar la fama, y que acabó metida en el mundo de la prostitución. Primero obligada, luego por decisión propia.
Una existencia, la suya, repleta de dificultades: madre soltera, con un hermano muerto de sobredosis, un padre que cometió suicido, un novio al que denunció por malos tratos y por obligarla a vender su cuerpo, una amiga salvajemente asesinada en 2007.
Pero la vida de Patrizia D' Addario dio un giro radical el 15 de octubre pasado, cuando, a través de un empresario de Bari llamado Gianpaolo Tarantini -que ahora está siendo investigado por un posible delito de inducción a la prostitución- conoció a Silvio Berlusconi.
El reportaje, AQUI
Se llama Patrizia D'Addario, es una prostituta de lujo de la localidad de Bari (en el sur de Italia) y desde hace 10 días tiene contra las cuerdas al primer ministro italiano, según reporta en El Mundo, Irene Hernández Velasco, desde Roma.
Relata que hasta la semana pasada era una perfecta desconocida. La típica chica de provincias que se marchó de casa con 14 años, enamorada de un rufián y soñando con alcanzar la fama, y que acabó metida en el mundo de la prostitución. Primero obligada, luego por decisión propia.
Una existencia, la suya, repleta de dificultades: madre soltera, con un hermano muerto de sobredosis, un padre que cometió suicido, un novio al que denunció por malos tratos y por obligarla a vender su cuerpo, una amiga salvajemente asesinada en 2007.
Pero la vida de Patrizia D' Addario dio un giro radical el 15 de octubre pasado, cuando, a través de un empresario de Bari llamado Gianpaolo Tarantini -que ahora está siendo investigado por un posible delito de inducción a la prostitución- conoció a Silvio Berlusconi.
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