viernes, octubre 17, 2008


Un grillete digital para cada mexicano

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La mala noticia es que la privacidad a la que tenemos derecho todos los ciudadanos podría ser vulnerada en cualquier momento mediante el uso inapropiado de esa información.
El o los chips se convertirían en modernos “grilletes digitales” que mal empleados podrían limitar los derechos y las libertades de los mexicanos.
Pero la pésima noticia es que esa información estaría a unos días de terminar en manos del hombre más poderoso de México, Carlos Slim.
Esta pesadilla se describe con todo detalle en Reporte Indigo la publicación electrónica que dirige el periodista Ramón Alberto Garza, en su edición de este viernes.
Ramón Alberto Garza afirma que Carlos Slim está por consumar su sueño de controlar la seguridad en México

Esta es su introducción al reportaje:

Por Ramón Alberto Garza
Imagine que a su automóvil le colocan un dispositivo electrónico, conocido popularmente como chip, con el que pueden tener un control de todos sus desplazamientos.

Piense que ese mismo chip puede ser instalado en licencias de conducir, tarjetas de crédito, de elector, credenciales de seguridad social e incluso en pasaportes y visas.
Con la información que generen esos dispositivos, alguien podrá conocer dónde está usted, en qué gasta su dinero, cuándo va al médico, de qué está enfermo –por las medicinas que compra– e, incluso, cuándo entra y sale del país.

Ahora considere el negocio que significa producir unos 35 millones de chips para todos los automóviles mexicanos y por lo menos unos 100 millones para una tarjeta o credencial de cada mexicano.

Evalúe ahora que cada chip le brindará la opción de hacer pagos de estacionamientos y peajes. Hasta podría convertirse en un monedero electrónico.

Un apetitoso bocado para cualquier banco.

La buena noticia que nos pretenden vender es que existirá más control de los automóviles. Y ello tendería a reducir el robo de vehículos y facilitaría la ubicación de personajes que operan con el crimen organizado.

La mala noticia es que la privacidad a la que tenemos derecho todos los ciudadanos podría ser vulnerada en cualquier momento mediante el uso inapropiado de esa información.

El o los chips se convertirían en modernos “grilletes digitales” que mal empleados podrían limitar los derechos y las libertades de los mexicanos.

Pero la pésima noticia es que esa información estaría a unos días de terminar en manos del hombre más poderoso de México, Carlos Slim.

No conforme con haberse adueñado ya de la Plataforma México, por la que pronto transitarán todos los datos de seguridad pública del país, ahora se apresta a controlar un monopolio más: el de la información que genera cada mexicano.

Eso está a punto de suceder si la Secretaría de Seguridad Pública, dominada por los intereses de Carlos Slim, asigna a una empresa propiedad de otro amigo y consejero del Ingeniero, José Kuri Harfush –el principal respaldo económico de la campaña de Felipe Calderón– un contrato para ser el único proveedor de 35 millones de chips para el Registro Público Vehicular.

Una empresa que sin cumplir los requerimientos para entrar a la licitación, se presenta asociada con otra compañía, propiedad de Samuel Weinberg, un empresario de equipos de tecnología que en 1998 se vio envuelto en un sonado caso de espionaje político en México.

Para las empresas de Carlos Slim, esta asignación es estratégica, ya que cierra el círculo de los negocios y de la información.

De los negocios, porque además de proveer los millones y millones de chips, tendría todo a su favor para convertir a su banco, Inbursa, en el beneficiario de los cobros electrónicos que se pudieran hacer a través de ese dispositivo.
Eso incluiría seguros, peajes, pago a estacionamientos y cuanta operación pudiera ser autorizada para hacerse con ese dispositivo digital.

De la información, porque al vincular el chip con operaciones bancarias de Inbursa, Slim podría hacerse de la base de datos nacional más completa, lo que le permitiría explotar mejor sus tecnologías de telecomunicaciones, sobre todo las llamadas de “última milla”.

De hecho, ésta no sería la primera vez que Slim se hiciera del control de chips. Sus empresas ya dominan los dispositivos electrónicos que operan en las carreteras de cuota de Caminos y Puentes Federales (Capufe), así como las tarjetas que el gobierno reparte para el subsidio del diésel en el campo.

A esto se suman los millones de tarjetas del Seguro Popular.

Pero el chip del Registro Público Vehicular es el más valioso.

Y es que unido al control que Carlos Slim ejerce sobre la Plataforma México (Reporte Índigo 101), convertiría a este empresario en el amo y señor de los datos en México. Sería el nuevo monopolio de la información que generamos todos los mexicanos.

Aquí la investigación de Reporte Índigo

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