viernes, noviembre 14, 2008

Artículos: Gómez Mont, las señales de Calderón




Así viene la síntesis de artículos:

Las señales

Reforma, p. 11/ Opinión
Ezra Shabot
Con el nombramiento de Femando Gómez Mont al frente de la Secretaría de Gobernación, Felipe Calderón envía distintos mensajes a los diferentes sectores de la clase política mexicana. Un par de semanas previas a la tragedia en la que fallecería el titular de esa dependencia se rumoreaba sobre los posibles cambios en el equipo presidencial y principalmente sobre lo que algunos consideraban como el momento adecuado para una reorganización del gabinete con motivo del segundo año de gobierno. El destino movió las fichas en una forma inesperada Más allá de si el eventual relevo de Mouriño era o no un elemento real a considerar, su fallecimiento provocó el cambio en la Secretaría, y con ello el envío de nuevas señales a todos los participantes.

Problemas de radar

El Universal, p. 23/Primera
Esteban Moctezuma Barragán
La pregunta que surgió al momento de conocer la noticia fue: ¿Y México? ¿Los demócratas son más cercanos a nuestro país o la historia nos demuestra un mejor trato republicano? Parece que en muchas áreas de nuestra sociedad se sigue pensando como si estuviéramos en la primaria y nos cambiaran al maestro titular. ¿Cómo nos va a ir? Un estudiante maduro sabe que le va a ir bien frente a cualquier titular o maestro que le pongan. Así deberíamos pensar como nación. Durante la campaña electoral, México no apareció en el radar político de Obama. Esto no es solamente porque existan temas más importantes y papas más calientes. Es, también, porque nosotros no les hemos presentado a nuestros vecinos un proyecto de relación atractivo en sí mismo.

Dilema presidencial

La Jornada, p. 24/Opinión
Jorge Camil
En enero de 2008, al regresar de vacaciones de fin de año, me encontré con una carta fechada el día de mi cumpleaños, que coincide con las fiestas decembrinas. El texto, escueto, educado, esmeradamente correcto, decía: “apreciable señor Camil, permítame felicitarle y enviarle un caluroso abrazo con motivo de su cumpleaños. Hago votos por su ventura personal y la de los suyos”. Se entregó en mi despacho por mensajero y la recibió mi secretaria; venía en papel con membrete de la Oficina de la Presidencia y estaba firmada por el licenciado Juan Camilo Mouriño Terrazo, jefe de la Oficina de la Presidencia. Las especulaciones entre familiares y amigos no se hicieron esperar: no conocía al licenciado Mouriño, ni tenía nexos con la administración del presidente Calderón; jamás visité a quien poco después sería un joven ministro, y nunca fui miembro de comisión alguna, empresa, organismo o grupo de interés que tuviera asuntos con el secretario de Gobernación.


En picada

La Jornada, p. 25/Opinión
Luis Javier Garrido
El país no está ya en la posibilidad de soportar las políticas de un gobierno como el actual ante las dimensiones de la crisis nacional agravada ahora por la recesión internacional que se avizora catastrófica, y los últimos acontecimientos no hacen más que ahondar la preocupación nacional. 1. La designación del litigante Femando Gómez Mont, un hombre ajeno al grupo de Calderón, como titular de la Secretaría de Gobernación en sustitución del empresario Juan Camilo Mouriño, trágicamente desaparecido, abre un nuevo escenario en la vida política del país, pues confirma el serio desbarajuste que existe en el gobierno de fado como consecuencia de la ineptitud del grupo gobernante y de las tensiones derivadas de la disputa por el poder entre las diversas facciones de la derecha, abriéndose así un escenario aún más incierto para los mexicanos que anuncia mayor intolerancia del poder.


El perfil del secretario de Gobernación

Excélsior, p. 24/Primera-Opinión
Francisco Martín Moreno
El secretario de Gobernación debe contar, elementalmente, con experiencia política, ser un intérprete sagaz de las radiografías practicadas a sus interlocutores para poder descifrar ágilmente las intenciones de quienes lo rodean y, de esta suerte, estar en posibilidad de adelantarse a los acontecimientos, mismos que debe producir sin constituirse en víctima de ellos. Debe aceptar, además, que la historia es la verdadera maestra de la política. ¿A dónde va un secretario de Gobernación que ignora la historia de México, desconoce el sistema de respuestas de sus semejantes y carece de conocimientos para operar el tablero en donde se encuentran los instrumentos de control de una gestión eficaz? Como bien decía Proudhon: “La última palabra de la política es la fuerza”.


PRD, en su hora

Milenio Diario, p. 18/Opinión
Pablo Gómez
La crisis interna del PRD no va a Tribunal Electoral. Es más, es cuestionable que tal órgano de justicia se permita proclamar triunfador de una elección interna impugnada por todos los participantes y sin haberse tomado la molestia de hacer el nuevo cómputo completo. Ya habrá, sin embargo, mucho tiempo para volver a discutir los límites de la justicia electoral y la validez del derecho de asociación política. Mientras tanto, el PRD está, por primera vez en su historia, en un riesgo real de ruptura orgánica. Las causas son de carácter político, aunque la forma de expresión ha sido la de una riña entre dos candidatos a presidir lo que al final puede ser algo completamente diferente del partido materia de la disputa. Además, ser presidente del PRD no significa ser líder de ese partido.

Una carta para Jesús Ortega y Alejandro Encinas

Milenio Diario, p. 19/Opinión
Epigmenio Ibarra
Hoy, y ante el último despropósito del Tribunal Federal Electoral, cuando éste, siguiendo sus costumbres y en el colmo de la consagración del “haiga sido como haiga sido” como norma de nuestra democracia, da por buena otra elección preñada de irregularidades, me dirijo a ustedes, protagonistas centrales del lamentable espectáculo que fueron los comicios internos de su partido, para pedirles, para exigirles a ambos un último y radical esfuerzo: deben ambos hacer todo lo que esté a su alcance, es la hora de la imaginación y la decencia, para salvar, los dos y más allá de sus intereses personales y de sus compromisos políticos y clientelares, lo que queda, lo que han dejado en pie, de una fuerza política cuya tarea sería encarnar la esperanza de un pueblo. Es la hora de una izquierda creativa y democrática, capaz de desprenderse de viejos paradigmas ideológicos y de los dogmas que la mantienen anclada en el pasado.

Barack H. Obama y Kioto

El Universal, p. 23/Primera
José Sarukhán
El triunfo de Barack Obama en las elecciones de EU representó tanto una ráfaga de aire fresco como también lo que parece ser el despertar de grupos sociales que, por diversas razones, no habían sido políticamente activos o se habían (auto) reprimido de participar electoralmente de manera organizada. Me refiero en especial a los jóvenes y a las minorías étnicas. Hay una grata luz al final del túnel. No obstante, un peligro ronda desde ahora la gestión del presidente electo. Se trata de las expectativas enormes que, después de un paseo de ocho años de EU por el medioevo, su triunfo genera para sus ciudadanos y para quienes observamos de lejos el acontecer de ese país. Una de esas expectativas es en relación con el calentamiento global.

¿Quién es, en realidad, Barack Obama?

Excélsior, p. 25/Primera-Opinión
José Elías Romero Apis
Después de las elecciones del 4 de noviembre vienen tres interrogantes de las que depende nuestro cálculo sobre el desempeño de Barack Obama. La primera consiste en saber quién, verdaderamente, ganó la elección. Porque si la perdió McCain, entonces me queda en claro que ganó Obama y eso le dará un bono de liderazgo y confianza de algo así como dos años para aplicarse a su programa, sin estrépitos y sin precipitaciones. Pero si el que perdió no fue McCain sino Bush, entonces Obama no ha ganado nada más que una responsabilidad sin el blindaje verdadero. Los estadunidenses se sentirán satisfechos de su voto de castigo y complacidos a partir del día de la entrega del poder, el 20 de enero. En este caso el bono de Obama terminará el 21 y, para el 22, ya le estarán exigiendo resultados.

¡Ah, Chihuahua!

El Universal, p. 22/Primera
Jorge Montaño
Recientemente el CNET, organismo que agrupa empresarios vinculados con el turismo, realizó su sesión anual en la que participó Bill Clinton con un discurso de estadista mundial, sin las preocupaciones de quien toma decisiones cotidianas. Ese no era el tono del mandatario electo que recibió al presidente Salinas en Austin dos semanas antes de su toma de posesión. Entonces exudaba aldeanismo sureño y se expresaba con inseguridad sobre temas internacionales. Sin embargo, su emblemático pragmatismo lo llevó a aceptar argumentos sobre los beneficios mutuos del TLCAN y, no obstante el compromiso con sus aliados sindicales de rechazar su aprobación por el Congreso, sus gestiones permitieron que se convirtiera en ley. Usó la misma partitura de conveniencia para obtener los recursos del préstamo de rescate, que para su tranquilidad se pagaron antes del vencimiento.


República de impunidad; república scelerís

La Jornada, p. 25/Opinión
Víctor M. Quintana S.
Primero fueron las mujeres asesinadas, quedaron impunes. Luego fueron los sicarios, pero como eran tales, las ejecuciones quedaron impunes, pues “se estaban matando entre ellos”. Ahora somos todos los que habitamos en el estado de Chihuahua, sobre todo en Ciudad Juárez los que en cualquier momento podemos ser extorsionados, vejados, secuestrados y ejecutados a resultas de la impunidad que se instaló en estas tierras norteñas desde hace varios lustros. No es para menos. En las últimas semanas los delitos vinculados tanto al crimen organizado como a la delincuencia común y corriente han crecido de manera exponencial en Chihuahua. Las extorsiones comenzaron afectando a los dueños de bares, centros nocturnos y restaurantes. Quienes no cedieron a las demandas de los delincuentes vieron incendiados sus negocios. Siguieron los propietarios de lotes de autos, de lotes de chatarra -yonkes, como se les conoce por acá- y locatarios de los mercados de abastos.


Cambio chico, gran mejora

Reforma, p. 11/Opinión
Manuel J. Jáuregui
Sabido es que quien mira por la grupa posee visión perfecta Esto es, los acontecimientos pasados están plenamente dimensionados, mientras que los que están por venir se esconden tras el velo de nuestras expectativas o prejuicios. Dicho esto diremos que goza de visión perfecta el Senador Gustavo Enrique Madero Muñoz, al proponer un cambio legislativo que debe considerarse una contribución muy POSITIVA e importante para nuestro bienestar económico futuro, si bien no hace nada por resarcir los enormes daños ya sufridos. Propone el Senador albiazul por Chihuahua, estado hoy lastimosamente estrujado por la extrema delincuencia, que se modifique el Artículo 104 de la Ley de Mercado de Valores para obligar a las emisoras a que divulguen la posición que tienen en instrumentos financieros DERIVADOS, así como las contingencias que representan éstos en la situación financiera de la emisora

G-20

Milenio Diario, p. 18/Opinión
Marco Provencio
No importa tanto si las recientes están siendo odiosas o no. Lo relevante es que son sobre todo incorrectas. A la equivocada visión de equiparar la recesión actual con la Gran Depresión del 29, ahora se añade la expectativa de que la reunión de mañana del G-20 resulte en el equivalente de 2008 a la reunión de Bretton Woods en 1944, de la que surgió la actual arquitectura financiera internacional. Que no haya ilusos para que después no haya desilusionados. Por seis razones, la reunión de mañana será, en el mejor de los casos, un inicio incierto sobre los resultados factibles de lo que debe ser un proceso intenso de contactos al más alto nivel político en el futuro cercano. Su propósito debe ser, claramente, enfrentar de manera conjunta una crisis global. En el peor de los casos, se puede tratar de una salida en falso que dificulte llegar a decisiones comunes sobre cómo enfrentar una crisis de proporciones impredecibles.

Lo que Ugalde vivió

El Financiero, p. 32/Internacional
Juan Antonio García Villa
Recientemente fue publicado el libro Así lo viví, escrito por Luis Carlos Ugalde, en el que narra ampliamente su experiencia como consejero presidente del IFE de noviembre de 2003 a mediados de diciembre de 2007, cuando renunció antes de ser removido por así haberlo dispuesto -para decirlo de manera elegante- la reforma electoral de 2007. Acerca de este libro ya se han publicado en la prensa escrita numerosas reseñas y comentarios. Quienes se han ocupado de él han aludido al proceso que el propio autor cuenta de cómo fue designado para presidir el IFE; a su “pecado original” -así lo llama- de no haber recibido la aprobación de las tres principales fuerzas políticas, algo que no estuvo en sus manos; a las presiones -cobro de facturas- de que fue objeto por parte de quienes lo promovieron para el cargo; y a diversos incidentes que tuvo con gente de la izquierda, molesta por su derrota -que no esperaban- el 2 de julio de 2006.

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