Así viene la síntesis de atículos:
¿Para cuándo?
Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Jorge G. Castañeda
La semana pasada informamos en este espacio de la celebración en diciembre de 2008 de un seminario semisecreto en México sobre seguridad y narcotráfico. De ese cónclave, el ex zar de las drogas y ex jefe del Comando Sur de EU, el general en retiro McCaffrey, extrajo una serie de conclusiones alarmistas sobre la situación en México, que reflejan lo que poco después afirmaría el National Drug Threat Assessment del Departamento de Justicia, así como los reportajes en medios de comunicación estadounidenses. El Comando de Fuerzas Conjuntas de EU afirma en su capítulo sobre Estados débiles o en vías de fracaso: “En términos de los peores escenarios para las Fuerzas Conjuntas, e incluso para el mundo entero, México y Pakistán deben ser objeto de consideración como dos grandes e importantes Estados susceptibles de un repentino y rápido colapso”. México no es un Estado fallido, pero según el propio gobierno de Calderón encierra en su territorio zonas, ciudades e instituciones fallidas. México no es Pakistán, pero Pakistán no era Pakistán hace algunos años.
Opiniones y decisiones
Reforma, p. 12/Primera - Opinión
Luis F. Aguilar
Hemos llegado a un punto en que los opinadores públicos han dicho prácticamente todo lo que se debe decir sobre la crisis económica y la recesión, la seguridad pública y la guerra al crimen, la corrupción, la energía, los servicios públicos, la reforma electoral... Cualquier ley, política, programa o dependencia de gobierno ha sido objeto de opinión crítica o favorable de miles de opinadores. Sin embargo, no se observa que influyan en modo significativo en las decisiones de los políticos. La opinión pública no llega a convertirse en política pública y cuando logra colarse al cuarto de decisiones de palacio seguramente ha sido o será filtrada y normalizada por los asesores y los mandos medios de los dirigentes del gobierno. Las opiniones son sólo referencias opcionales para las decisiones de los políticos. Su máxima influencia ocurre no en el terreno de las políticas, sino cuando sus escritos o voces ponen al descubierto conductas de corrupción o ilegalidad de los gobernantes y provocan un escándalo que golpea su reputación social y aspiraciones.
El espíritu de 'Casablanca'
El Universal, p. 17/Opinión
Jorge Chabat
No es difícil imaginar al presidente mexicano, Felipe Calderón, y al presidente electo estadounidense, Barack Obama, caminando en medio del frío de Washington, enfundados ambos en negras gabardinas, en una escena que recuerde el final de la película Casablanca: Calderón diciéndole a Obama “Creo que este es el inicio de una larga amistad”. Lo cierto es que no sabemos si la amistad del filme se mantuvo con el paso de los años, pero esta escena se ha visto ya en varias ocasiones cuando hay un nuevo presidente en EU. Con la visita de Calderón a Washington resurge el espíritu de la película Casablanca: ahora sí México va a contar con un buen amigo en la Casa Blanca, valga la redundancia, y la relación va a ser miel sobre hojuelas. Y ciertamente la gran cordialidad mostrada por Obama hacia Calderón podría dar pie a tal especulación. La entrevista Calderón-Obama es sin duda algo que celebrar para el gobierno mexicano. Esta reunión hará que México esté en el radar de Obama, pero esperar grandes cambios en la relación bilateral es ilusorio.
Doble desafío para Obama
La Jornada, p. 21/Economía
Alejandro Nadal
El 22 de diciembre pasado se rompió el muro de contención de desechos de la planta termoeléctrica Kingston, en el valle del río Emory. El muro era viejo y la presión de la montaña de residuos que se fueron acumulando desde que se inauguró la planta (en 1950) resultó insoportable. En el depósito había miles de millones de toneladas de ceniza de carbón humedecida, un lodo mezclado con la escoria de metales pesados y materiales tóxicos. Al romperse el muro, más de cuatro mil millones de litros de lodo se desparramaron hasta cubrir un millón trescientos mil metros cuadrados. Las pruebas para arsénico arrojaron niveles 300 veces más elevados que los permitidos en agua potable. Por la topografía porosa en la zona, el desastre amenaza los acuíferos subterráneos. (…) El gravísimo problema de desempleo será atacado de frente por programas parecidos a los que crearon la corporación pública que opera la planta de Kingston. Es de esperar que los recursos se canalicen hacia cosas como energías renovables y recuperación de suelos y acuíferos. Pero no es evidente que parte de la fuerza de trabajo puede orientarse hacia ese tipo de proyectos.
México ante Estados Unidos
Milenio Diario, p. PP-13/Opinión
Héctor Tajonar
A una semana de su toma de posesión como el presidente número 44 de EU, la principal preocupación de Barack Obama es cómo comunicar al pueblo norteamericano la gravedad de la situación que enfrenta su país, al tiempo de crear un sentido de urgencia a fin de que el Congreso actúe con rapidez, pero sin transmitir un pesimismo que pudiera afectar a los mercados financieros o borrar el sentimiento de esperanza producido por su elección. Para preparar su discurso de toma de posesión, Obama ha estado leyendo a Lincoln y Roosevelt, aunque sabe que ya no le bastará la oratoria, por lo que parece resuelto a actuar con decisión y rapidez. La agenda internacional del próximo presidente estadunidense se ha complicado aun más con la terrible situación en la franja de Gaza. En esas difíciles circunstancias, Obama decidió reunirse con Felipe Calderón. Sin sobrestimar las repercusiones concretas que pueda tener un encuentro de esa naturaleza, puede decirse que las expectativas se cumplieron con creces.
Visitando Cuba
El Universal, p. 17/Opinión
Ricardo Pascoe Pierce
Después de su reunión con Obama, Calderón tendrá la ocasión de visitar Cuba, a invitación expresa de Raúl Castro. La visita tendrá una significación especial: recomponer la relación triangular entre Washington-México-La Habana, rota ésta por la frivolidad política del sexenio anterior. No hay indicios de que Obama hubiera exigido a Calderón reunirse con los disidentes en su viaje a Cuba, como sí lo hubiera hecho Bush. Pero existe el peligro de que presiones internas pudieran darse en el caso de la visita de Calderón a Cuba. Tanto sectores del PAN, vinculados a la ultraderecha internacional, como funcionarios de la SRE, pudieran prestarse a ser el ariete para complicar la visita del presidente Calderón a Cuba. En este momento histórico, el diálogo es el camino para atender las diferencias que puedan existir entre estados y no la confrontación. El viaje a Cuba es para terminar de curar heridas y no para volver a distorsionar la comunicación con su gobierno. Es hora de iniciar un nuevo capítulo entre México y Cuba.
Nueva relación
Milenio Diario, p. 12/Opinión
Juan Ignacio Zavala
El encuentro de Calderón con Barack Obama bien puede ser el augurio de una nueva relación entre ambos países. México no tiene relación bilateral más importante que la del vecino del norte. Por el tamaño de su economía, por la cercanía, por nuestros paisanos en aquellas tierras, por nuestros productos, por nuestra mano de obra, por el turismo, por muchos y variados temas la relación vital de los mexicanos es con los estadunidenses. El nuevo presidente norteamericano es de la misma generación que el mexicano (Obama nació en agosto de 1961 y Calderón en agosto de 1962); ambos estudiaron leyes, y los dos, ya sea en carrera o posgrado estuvieron en Harvard. Ambos ganaron la elección interna de su partido cuando nadie creía que eso fuera a suceder y no sólo eso: contra todo pronóstico, ganaron la elección constitucional. Aunado a esto hay que tomar en cuenta la situación internacional. Hoy como nunca ambos países comparten la misma situación económica. La crisis mundial obliga a la cooperación y más aun entre vecinos.
Honestamente no es así
El Universal, p. 17/Opinión
Mauricio Merino
Es verdad que en México no se está masacrando a la población civil, pero es falso que en las calles se viva un ambiente de paz y tranquilidad. Ambas afirmaciones las hizo el presidente Calderón al instruir al cuerpo diplomático a divulgar una buena imagen del país en el extranjero. Les ordenó decir que México no tiene un Estado fallido y que estamos lejos del caos. “Honestamente no es así”, añadió el Presidente. Si para algunos gobernar es seleccionar y solucionar los problemas públicos, para el gobierno de la República parece que lo fundamental es más bien persuadir: convencer a propios y extraños de la buena marcha de las políticas emprendidas desde Los Pinos. En esa lógica, gobernar equivaldría a decidir y comunicar: a decir una y otra vez que las cosas están bien y que los problemas más apremiantes de México son, acaso, el costo temporal que debe pagarse por haber tomado las decisiones correctas. No estoy diciendo que el Presidente mienta de manera deliberada. Por el contrario, lo grave es que parece convencido de su propia verdad.
Carnicería en Gaza
El Universal, p. 17/Opinión
Eugenio Anguiano
Cerca de 900 muertos, al menos 368 mujeres y niños, más de 3 mil 100 heridos y cañonazos contra una escuela de Naciones Unidas, con el pretexto luego reconocido oficialmente por Tel Aviv como falso de que desde allí se disparaban cohetes contra Israel, son algunos indicadores de la matanza de civiles que la actual ofensiva militar israelí contra la franja de Gaza ha causado en poco más de dos semanas. Lo peor es que en Israel la mayoría considera “justa” la virulencia de los ataques aéreos y de artillería, y rechaza la idea de que la reacción de su gobierno haya sido desproporcionada. Desde el triunfo electoral de Hamas en 2006, el gobierno israelí ha impuesto un bloqueo crecientemente férreo contra la población de Gaza. No obstante las críticas, el gobierno israelí amenaza con continuar su ofensiva, que ya utiliza reservistas, hasta lograr su “objetivo”. Si su propósito es la destrucción de Hamas y la rendición de los palestinos, será difícil que lo logre, ello a pesar de la carnicería actual de civiles. A la larga, esto puede resultar muy costoso para Israel.
Congreso mundial de las familias (católicas)
La Jornada, p. 18/Opinión
Carlos Martínez García
De entrada el sexto Encuentro Mundial de las Familias, que hoy se inaugura, empieza como un cónclave de baja intensidad por el hecho de que el renuente a viajar Benedicto XVI sólo participará en la actividad vía satélite. Eso sí, las bendiciones que envíe por el sistema electrónico tendrán la misma validez que si las hubiese impartido en vivo y desde el lugar del encuentro. Una mirada al programa del sexto encuentro muestra que en él tiene importante lugar la reiteración de la idea de que las leyes de los países deben reflejar los valores de la Iglesia católica. Uno de los lugares comunes a exaltar en la magna reunión por celebrarse en México será la supuesta fortaleza de las familias mexicanas, las cuales deben su solidez a su cercanía con las enseñanzas eclesiásticas. En la medida que se alejan de esas enseñanzas, dejándose engañar por “doctrinas disolventes”, son presas fáciles de ideologías depredadoras. La verdad es que esa solidez enarbolada está muy lejos nuestra realidad.
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