Así viene la síntesis de columnas:
El panismo Late en el Distrito Federal
La Crónica de Hoy, p. 19/Estados
Mariana Gómez del Campo
El próximo 1 de febrero inicia una nueva etapa en la vida del Partido Acción Nacional en el Distrito Federal. Desde 2007, el actual Comité Directivo Regional buscó transformar los esquemas tradicionales del quehacer público, pugnando por un gobierno transparente, honesto, justo y equitativo, que no solamente se defina como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo (…)
Alianzas, ¿algo más que prgmatismo?
El Universal, p. 21/Primera
Alberto Aziz Nassif
En el México actual la política partidista muestra señales evidentes de agotamiento. La dinámica partidocrática ha alejado a los ciudadanos de la política y ha tirado el apoyo y la satisfacción con la democracia a niveles muy bajos. Hace unos años se pensó que la vía electoral y los partidos podían ser los medios para acceder a una democracia. Ahora se sabe que esta ruta está plagada de obstáculos, intereses y que el pragmatismo ha contaminado por completo las posibilidades de consolidar nuestra vulnerada democracia (…)
Alianzas
El Universal, p. 21/Primera
Helioflores
El PRI no es el enemigo común del PRD y del PAN en todo el país. Pero hay entidades donde el PRI local -apoyado por grupos duros a nivel nacional- se resiste aún a practicar como partido y gobierno los mínimos estándares de vida democrática, de legalidad y de respeto a los derechos humanos, y por lo tanto es adversario no sólo del PAN y PRD, sino también de parte del propio PRI. De las 11 entidades en que se renovará la gubernatura este año, Oaxaca e Hidalgo son prototípicos de ese atraso bajo una estela caciquil de ya varias décadas. Son penosas excepciones al estado de derecho donde campea la impunidad frente a los muertos, los desaparecidos, los torturados. Con huellas de una corrupción sin límites, desfilan juntos en el peor de los mundos: la simulación política (…)
Definamos bien el problema
Reforma, p. 13/Primera-Opinión
Luis Carlos Ugalde
México está extraviado. No sabe qué hacer con su futuro político. Vemos los síntomas de una enfermedad (profundo desencanto ciudadano, malos gobiernos, corrupción) pero no atinamos a detectar el nombre de la enfermedad. Sin un diagnóstico de la enfermedad, no habrá medicina para salir del atolladero en que estamos. Si cada cabeza tiene una radiografía distinta, nunca habrá una medicina apropiada. Un segmento anacrónico de la clase política culpa al “presidencialismo” de ser la causa del mal gobierno (…) Otros culpan al sistema electoral que impide formar mayorías legislativas contundentes. Algunos piensan que el presidente mexicano es “débil” frente a un Congreso activo, populista e irresponsable (…) El problema de fondo no se llama ni presidencialismo ni falta de mayorías legislativas ni partidocracia. La enfermedad que corroe al sistema es la impunidad política, eso es, un sistema de irresponsabilidad donde nadie paga las consecuencias de sus actos (…)
Cómo leer nuestras alianzas
Milenio Diario, p. 14/Opinión
Roberta Garza
(…) En 2000 el voto no se emitió conforme a filias políticas tradicionales sino para sacar al PRI de Los Pinos: gente que quizá no hubiera optado por el de las botas sacrificó su ideología o su costumbre política en aras de una democracia que Ernesto Zedillo coronó con la entrega de la Presidencia a la oposición. Aún se recuerda la rabieta de Manuel Bartlett, quien ahora dice desgañitarse por la dignidad de un pueblo que siempre ha usado de tapete. El asunto es que, entonces, México olvidó sus diferencias ideológicas para matar al dinosaurio, y lo logró, independientemente de la luego cuestionable gestión de Fox. Hoy las alianzas pretendidas entre nuestras pretendidas izquierdas y derechas no buscan sacar al PRI del poder sino evitar que regrese (…) El asunto aquí es que no basta con impedir que el PRI llegue a los puestos de poder porque, si éstos los gana una alianza ornitorrinco, ¿qué demonios va a hacer con ellos?
Las coaliciones electorales
Excélsior, p. 19/Primera: Nacional
Ricardo Pascoe Perce
Resulta sorprendente el nivel de rispidez del debate en torno a la posibilidad de que PAN y PRD pudieran aliarse en pocos estados (Oaxaca, Puebla, Hidalgo y Durango, sin excluir del todo a Veracruz) para competir por las respectivas gubernaturas este año. El PRI se ha descosido en adjetivaciones, así como un importante número de columnistas y editorialistas de todos los medios, además de funcionarios federales. Pero desde 1985 ha habido acercamientos y han acordado coaliciones electorales, como lo rememora Pascal Beltrán del Río en su columna del domingo 24. La más reciente fue en Chihuahua, en las elecciones para gobernador, hace cinco años (…)
Dos defensas, dos
El Universal, p. 21/Primera
César Nava
En el marco del debate público en torno a la reciente aprobación de las reformas al Código Civil del Distrito Federal por las que se permitió la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo, así como la adopción de niñas y niños por estas parejas, Acción Nacional ha hecho dos defensas fundamentales: la primera, la defensa de la democracia en el Distrito Federal; la segunda, la defensa de los derechos de los niños. En primer lugar, defendemos la democracia de la capital del país. Es cierto que la principal regla de toda democracia es la de las mayorías: en los parlamentos, tienen la representatividad que deriva del voto ciudadano (…)
Recuperemos la confianza ciudadana
Excélsior, p. 19/Primera: Nacional
Armando Salinas Torre
El régimen político requiere una reforma que fortalezca su legitimidad y funcionalidad. Independientemente de que la amplia gama de temas que se encuentran en la agenda nacional impide concentrar los esfuerzos para abordarlos y, en su caso, impulsar la transformación que requiere cada uno de ellos, intentaremos un acercamiento a la reforma política, por ser el tema que en estos días cobra mayor relevancia en el seno del Congreso de la Unión (…)
La africanización de México
Milenio Diario, p. 15/Opinión
Ricardo Monreal Ávila
El país al que más quieren parecerse los mexicanos (31 de cada 100) es Estados Unidos, seguido a la distancia de China y Canadá (6 y 5 de cada 100, respectivamente) (Nexos, Consulta Mitofsky, enero 2010). Si bien el porcentaje más alto en este estudio es de quienes respondieron que querían parecerse a “ninguno” (34 de cada 100), sin precisar el motivo de este ninguneo (¿nacionalismo trasnochado, ignorancia o desinterés?), es claro el modelo aspiracional de casi una tercera parte de la población mexicana. Son mexicanos predominantemente varones, entre 30 y 49 años de edad, con estudios de educación media, nivel socioeconómico medio y alto, asentados en el norte del país y con una tendencia a identificarse políticamente con el PRI y, como segunda opción, con el PAN. El tercio de mexicanos que tiene a Estados Unidos como modelo, ¿no cree en su país? (…) Somos parte del 34 por ciento de la población que aún creemos que México debe ser simplemente uno, México, y por eso respondemos que debe parecerse a “ninguno” (…)
Subdesarrollo e ingobernabilidad
El Universal, p. 21/Primera
Francisco Rojas
Los sismos son fenómenos naturales impredecibles y nadie pudo pronosticar el que devastó Haití; lo que sí hubiera podido hacerse era reducir sus efectos y la pérdida de vidas a través de la prevención. Pero ese país carece de los recursos económicos, técnicos e institucionales mínimos para emprender estas tareas. (…) El terremoto convirtió en ruinas las endebles construcciones de ese país, segó una enorme cantidad de vidas, dejó a muchas más sin techo y sin sus pobres pertenencias y enlutó a esa pequeña nación y al mundo. Sin embargo, la tragedia dio una dimensión estremecedora a problemas que, a fuerza de ser repetidos, pierden significación (…) El subdesarrollo y la ingobernabilidad magnificaron las secuelas del sismo en Haití. En México, debemos revalorar el sentido humano del crecimiento económico, la generación de empleos, la equidad social, la defensa de los recursos naturales, la fortaleza del Estado democrático en los hechos y no en el discurso, la gobernabilidad (…)
La reconstrucción haitiana
La Jornada, p. 16/Opinión
Marco Rascón
Visto con las herramientas que se forjaron tras el sismo mexicano de 1985, en Haití es cada vez más clara la formación y rebase de una sociedad civil que emerge de los escombros como única opción real para la reconstrucción de fondo (…) Pareciera que sus esfuerzos son deliberados para acallar todo protagonismo e interlocución de esa sociedad civil que se forma y adivina desde lejos, como, la única vía de reconstrucción desde abajo y desde los Intereses del pueblo de Haití. En otro contexto, México siguió ese mismo patrón y debate a partir de la reconstrucción y entre las organizaciones de damnificados: establecer los canales de ayuda que permitieran la organización social desde abajo, desde los barrios y vecindades; definir el carácter integral de la reconstrucción defendiendo una visión de la ciudad incluyente y participativa (…) La ciudad de México pasó de la tragedia al optimismo, a las expectativas de mejoramiento y de cambio. La reconstrucción es en sí misma una palanca para el desarrollo que podrá ser en favor de minorías oligárquicas o para construir para la mayoría de los haitianos su soberanía política.
El hombre: un ser político
La Jornada, p. 17/Opinión
Néstor de Buen
Hoy la palabra de moda es “pesimismo”. El drama de Haití lo ha reforzado, pero también el hecho de que en Chile, nada menos, que en la patria de Salvador Allende, haya recuperado el poder la derecha. Claro está que la raíz fundamental de ese sentimiento negativo no tenemos que buscarla lejos (…) Esa misma derecha chilena la tenemos montada en México, de manera formal, desde hace nueve años, pero de manera real desde el gobierno de Manuel Ávila Camacho (…) El problema es que las expectativas políticas de nuestro país no pueden ser más negativas. Afortunadamente el PAN, que lo ha hecho muy mal (…) no tiene la menor esperanza de volver al poder. En cambio el PRI, gobernado por una mujer brillante, tiene todo a su favor, salvo, tal vez, los precandidatos visibles (…) El PRD no ha podido superar la enorme crisis de la renovación de su directiva (…) No hay que olvidar que México es, en lo esencial, un país conservador. Sus izquierdas históricas: Cárdenas y Lombardo Toledano de manera especial, no lograron superar esa carga (…)
¿Un plan Marshall para Haití?
El Financiero, p. 25/Internacional
Benito Solís Mendoza
Haití fue arrasado por un terremoto el 12 de enero. La peor situación ocurrió en la capital, Puerto Príncipe, pero otras zonas importantes del país también fueron devastadas, como la zona turística. Aunque el movimiento sísmico de 7.0 grados fue menor a los ocurridos en México (que fue de 8.1 en la escala de Richter), en Chile y en varias naciones asiáticas, sucedió en una isla en donde normalmente no hay temblores, por lo que las construcciones, instalaciones y habitantes no estaban preparados para enfrentar este tipo de desastre natural (…)
El panismo Late en el Distrito Federal
La Crónica de Hoy, p. 19/Estados
Mariana Gómez del Campo
El próximo 1 de febrero inicia una nueva etapa en la vida del Partido Acción Nacional en el Distrito Federal. Desde 2007, el actual Comité Directivo Regional buscó transformar los esquemas tradicionales del quehacer público, pugnando por un gobierno transparente, honesto, justo y equitativo, que no solamente se defina como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo (…)
Alianzas, ¿algo más que prgmatismo?
El Universal, p. 21/Primera
Alberto Aziz Nassif
En el México actual la política partidista muestra señales evidentes de agotamiento. La dinámica partidocrática ha alejado a los ciudadanos de la política y ha tirado el apoyo y la satisfacción con la democracia a niveles muy bajos. Hace unos años se pensó que la vía electoral y los partidos podían ser los medios para acceder a una democracia. Ahora se sabe que esta ruta está plagada de obstáculos, intereses y que el pragmatismo ha contaminado por completo las posibilidades de consolidar nuestra vulnerada democracia (…)
Alianzas
El Universal, p. 21/Primera
Helioflores
El PRI no es el enemigo común del PRD y del PAN en todo el país. Pero hay entidades donde el PRI local -apoyado por grupos duros a nivel nacional- se resiste aún a practicar como partido y gobierno los mínimos estándares de vida democrática, de legalidad y de respeto a los derechos humanos, y por lo tanto es adversario no sólo del PAN y PRD, sino también de parte del propio PRI. De las 11 entidades en que se renovará la gubernatura este año, Oaxaca e Hidalgo son prototípicos de ese atraso bajo una estela caciquil de ya varias décadas. Son penosas excepciones al estado de derecho donde campea la impunidad frente a los muertos, los desaparecidos, los torturados. Con huellas de una corrupción sin límites, desfilan juntos en el peor de los mundos: la simulación política (…)
Definamos bien el problema
Reforma, p. 13/Primera-Opinión
Luis Carlos Ugalde
México está extraviado. No sabe qué hacer con su futuro político. Vemos los síntomas de una enfermedad (profundo desencanto ciudadano, malos gobiernos, corrupción) pero no atinamos a detectar el nombre de la enfermedad. Sin un diagnóstico de la enfermedad, no habrá medicina para salir del atolladero en que estamos. Si cada cabeza tiene una radiografía distinta, nunca habrá una medicina apropiada. Un segmento anacrónico de la clase política culpa al “presidencialismo” de ser la causa del mal gobierno (…) Otros culpan al sistema electoral que impide formar mayorías legislativas contundentes. Algunos piensan que el presidente mexicano es “débil” frente a un Congreso activo, populista e irresponsable (…) El problema de fondo no se llama ni presidencialismo ni falta de mayorías legislativas ni partidocracia. La enfermedad que corroe al sistema es la impunidad política, eso es, un sistema de irresponsabilidad donde nadie paga las consecuencias de sus actos (…)
Cómo leer nuestras alianzas
Milenio Diario, p. 14/Opinión
Roberta Garza
(…) En 2000 el voto no se emitió conforme a filias políticas tradicionales sino para sacar al PRI de Los Pinos: gente que quizá no hubiera optado por el de las botas sacrificó su ideología o su costumbre política en aras de una democracia que Ernesto Zedillo coronó con la entrega de la Presidencia a la oposición. Aún se recuerda la rabieta de Manuel Bartlett, quien ahora dice desgañitarse por la dignidad de un pueblo que siempre ha usado de tapete. El asunto es que, entonces, México olvidó sus diferencias ideológicas para matar al dinosaurio, y lo logró, independientemente de la luego cuestionable gestión de Fox. Hoy las alianzas pretendidas entre nuestras pretendidas izquierdas y derechas no buscan sacar al PRI del poder sino evitar que regrese (…) El asunto aquí es que no basta con impedir que el PRI llegue a los puestos de poder porque, si éstos los gana una alianza ornitorrinco, ¿qué demonios va a hacer con ellos?
Las coaliciones electorales
Excélsior, p. 19/Primera: Nacional
Ricardo Pascoe Perce
Resulta sorprendente el nivel de rispidez del debate en torno a la posibilidad de que PAN y PRD pudieran aliarse en pocos estados (Oaxaca, Puebla, Hidalgo y Durango, sin excluir del todo a Veracruz) para competir por las respectivas gubernaturas este año. El PRI se ha descosido en adjetivaciones, así como un importante número de columnistas y editorialistas de todos los medios, además de funcionarios federales. Pero desde 1985 ha habido acercamientos y han acordado coaliciones electorales, como lo rememora Pascal Beltrán del Río en su columna del domingo 24. La más reciente fue en Chihuahua, en las elecciones para gobernador, hace cinco años (…)
Dos defensas, dos
El Universal, p. 21/Primera
César Nava
En el marco del debate público en torno a la reciente aprobación de las reformas al Código Civil del Distrito Federal por las que se permitió la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo, así como la adopción de niñas y niños por estas parejas, Acción Nacional ha hecho dos defensas fundamentales: la primera, la defensa de la democracia en el Distrito Federal; la segunda, la defensa de los derechos de los niños. En primer lugar, defendemos la democracia de la capital del país. Es cierto que la principal regla de toda democracia es la de las mayorías: en los parlamentos, tienen la representatividad que deriva del voto ciudadano (…)
Recuperemos la confianza ciudadana
Excélsior, p. 19/Primera: Nacional
Armando Salinas Torre
El régimen político requiere una reforma que fortalezca su legitimidad y funcionalidad. Independientemente de que la amplia gama de temas que se encuentran en la agenda nacional impide concentrar los esfuerzos para abordarlos y, en su caso, impulsar la transformación que requiere cada uno de ellos, intentaremos un acercamiento a la reforma política, por ser el tema que en estos días cobra mayor relevancia en el seno del Congreso de la Unión (…)
La africanización de México
Milenio Diario, p. 15/Opinión
Ricardo Monreal Ávila
El país al que más quieren parecerse los mexicanos (31 de cada 100) es Estados Unidos, seguido a la distancia de China y Canadá (6 y 5 de cada 100, respectivamente) (Nexos, Consulta Mitofsky, enero 2010). Si bien el porcentaje más alto en este estudio es de quienes respondieron que querían parecerse a “ninguno” (34 de cada 100), sin precisar el motivo de este ninguneo (¿nacionalismo trasnochado, ignorancia o desinterés?), es claro el modelo aspiracional de casi una tercera parte de la población mexicana. Son mexicanos predominantemente varones, entre 30 y 49 años de edad, con estudios de educación media, nivel socioeconómico medio y alto, asentados en el norte del país y con una tendencia a identificarse políticamente con el PRI y, como segunda opción, con el PAN. El tercio de mexicanos que tiene a Estados Unidos como modelo, ¿no cree en su país? (…) Somos parte del 34 por ciento de la población que aún creemos que México debe ser simplemente uno, México, y por eso respondemos que debe parecerse a “ninguno” (…)
Subdesarrollo e ingobernabilidad
El Universal, p. 21/Primera
Francisco Rojas
Los sismos son fenómenos naturales impredecibles y nadie pudo pronosticar el que devastó Haití; lo que sí hubiera podido hacerse era reducir sus efectos y la pérdida de vidas a través de la prevención. Pero ese país carece de los recursos económicos, técnicos e institucionales mínimos para emprender estas tareas. (…) El terremoto convirtió en ruinas las endebles construcciones de ese país, segó una enorme cantidad de vidas, dejó a muchas más sin techo y sin sus pobres pertenencias y enlutó a esa pequeña nación y al mundo. Sin embargo, la tragedia dio una dimensión estremecedora a problemas que, a fuerza de ser repetidos, pierden significación (…) El subdesarrollo y la ingobernabilidad magnificaron las secuelas del sismo en Haití. En México, debemos revalorar el sentido humano del crecimiento económico, la generación de empleos, la equidad social, la defensa de los recursos naturales, la fortaleza del Estado democrático en los hechos y no en el discurso, la gobernabilidad (…)
La reconstrucción haitiana
La Jornada, p. 16/Opinión
Marco Rascón
Visto con las herramientas que se forjaron tras el sismo mexicano de 1985, en Haití es cada vez más clara la formación y rebase de una sociedad civil que emerge de los escombros como única opción real para la reconstrucción de fondo (…) Pareciera que sus esfuerzos son deliberados para acallar todo protagonismo e interlocución de esa sociedad civil que se forma y adivina desde lejos, como, la única vía de reconstrucción desde abajo y desde los Intereses del pueblo de Haití. En otro contexto, México siguió ese mismo patrón y debate a partir de la reconstrucción y entre las organizaciones de damnificados: establecer los canales de ayuda que permitieran la organización social desde abajo, desde los barrios y vecindades; definir el carácter integral de la reconstrucción defendiendo una visión de la ciudad incluyente y participativa (…) La ciudad de México pasó de la tragedia al optimismo, a las expectativas de mejoramiento y de cambio. La reconstrucción es en sí misma una palanca para el desarrollo que podrá ser en favor de minorías oligárquicas o para construir para la mayoría de los haitianos su soberanía política.
El hombre: un ser político
La Jornada, p. 17/Opinión
Néstor de Buen
Hoy la palabra de moda es “pesimismo”. El drama de Haití lo ha reforzado, pero también el hecho de que en Chile, nada menos, que en la patria de Salvador Allende, haya recuperado el poder la derecha. Claro está que la raíz fundamental de ese sentimiento negativo no tenemos que buscarla lejos (…) Esa misma derecha chilena la tenemos montada en México, de manera formal, desde hace nueve años, pero de manera real desde el gobierno de Manuel Ávila Camacho (…) El problema es que las expectativas políticas de nuestro país no pueden ser más negativas. Afortunadamente el PAN, que lo ha hecho muy mal (…) no tiene la menor esperanza de volver al poder. En cambio el PRI, gobernado por una mujer brillante, tiene todo a su favor, salvo, tal vez, los precandidatos visibles (…) El PRD no ha podido superar la enorme crisis de la renovación de su directiva (…) No hay que olvidar que México es, en lo esencial, un país conservador. Sus izquierdas históricas: Cárdenas y Lombardo Toledano de manera especial, no lograron superar esa carga (…)
¿Un plan Marshall para Haití?
El Financiero, p. 25/Internacional
Benito Solís Mendoza
Haití fue arrasado por un terremoto el 12 de enero. La peor situación ocurrió en la capital, Puerto Príncipe, pero otras zonas importantes del país también fueron devastadas, como la zona turística. Aunque el movimiento sísmico de 7.0 grados fue menor a los ocurridos en México (que fue de 8.1 en la escala de Richter), en Chile y en varias naciones asiáticas, sucedió en una isla en donde normalmente no hay temblores, por lo que las construcciones, instalaciones y habitantes no estaban preparados para enfrentar este tipo de desastre natural (…)
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