miércoles, mayo 19, 2010

Agarraron a Diego Fernández de Cevallos por la espalda; se resistió, pero no pudo sacar su pistola


El periódico Reforma publica este día una reconstrucción sobre la desaparición de Diego Fernández de Cevallos:

Diego Fernández de Cevallos se resistió a la primer persona que lo sujetó por la espalda, cuando acababa de guardarse las llaves de su camioneta Cadillac Escalade EXT (Pick Up), color arena.
Eran, aproximadamente, las 22:50 horas. Regresaba a su finca "La Cabaña", Municipio de Pedro Escobedo, después de un día de convivencia con amigos, revisión de asuntos domésticos en sus fincas y el cobro de 100 mil pesos por una diligencia desconocida.
La vereda de ingreso a "La Cabaña" es "boca de lobo" por la noche. Diego entró con su camioneta por el único acceso sin puerta, apagó el carro, bajó, y apenas cerró la puerta cuando una persona lo atacó por la espalda.

El político se resistió.

Forcejeó. Volaron sus tijeras para estilizar su barba, un peine y una pluma que traía en el bolsillo de su camisa café clara. No tuvo tiempo de desenfundar la pistola Pietro Beretta calibre .380 que cargaba asida a su cinturón.
Las diligencias ministeriales de la indagatoria SC/31/2010 incluyen esta reconstrucción y algunos de los declarantes, consultados por REFORMA, así lo corroboraron.
Conforme las pesquisas, el vehículo no tiene un sólo disparo y en su carrocería no fue hallado ningún rastro dactilar ni del ex candidato presidencial ni de los sospechosos.
Tras el forcejeo en el que luego intervinieron otros individuos hasta someterlo, Diego fue llevado por algunos metros hacia el exterior de la finca.
En el tepetate arenoso de la zona de entrada había marcadas tres o cuatro huellas que todavía se alcanzaron a distinguir por los peritos e investigadores, de los mocasines charros del ex senador y huellas del pie descalzo de uno de sus captores. La autoridad estableció que calza del 7 y medio. "También había un chorrito de sangre que cuando lo vimos pensamos que no eran ni 200 mililitros, y un metro adelante de la camioneta estaba un botón de la camisa del licenciado Diego, pero a esa distancia es donde se pierden sus huellas en el suelo; eso hace suponer que desde allí lo cargaron y se lo llevaron.
"Le apagaron en ese momento el celular y el radio Nextel, que trae GPS, pero en un caso como éste, la PGR sólo puede detectar el último punto geográfico donde estuvo encendido el aparato", relató una de las personas conocedoras del caso.

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