Reporta La Jornada que de acuerdo con el expediente sobre la “privación ilegal de la libertad de Diego Fernández de Cevallos”, los inspectores indagan la posibilidad de que los secuestradores hayan estudiado de tiempo atrás los movimientos del abogado.
Inclusive, cuentan con indicios de que los plagiarios sabían perfectamente que en alguna parte del cuerpo traía un chip de localización satelital, similar a los que llevan empresarios y personajes públicos de alto nivel en el país.
Con esos pequeños artefactos, que son del tamaño de un grano de arroz, los satélites pueden ubicar a la persona que lo lleva, sobre todo en caso de plagio.
Es así que empresas privadas dedicadas a la seguridad los monitorean a cualquier hora.
Las fuentes consultadas precisaron que el chip fue colocado a Fernández de Cevallos cuando se desempeñó como senador, el sexenio pasado. Después de que concluyó su encargo como legislador federal, lo mantuvo.
El chip se implanta bajo la piel
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