Enumerado las tres tentaciones que degradan el cristiano- la riqueza, la vanidad y el orgullo- el Pontífice destacó que la inclinación de buscar la riqueza a toda costa despoja a los más marginados de sus propios bienes.
"La riqueza, adueñándonos de bienes que han sido dados para todos y utilizándolos tan sólo para mí o 'para los míos'", dijo el Papa.
"Esa riqueza que es el pan con sabor a dolor, amargura, a sufrimiento. En una familia o en una sociedad corrupta es el pan que se le da de comer a los propios hijos", añadió.
++++++
SUSCRÍBETE gratis al Boletín de la Hora Cósmica. Recibirás de lunes a viernes a primera hora la información más destacada PICA AQUÏ
++++++
No hay comentarios.:
Publicar un comentario