martes, enero 20, 2009

Comentocracia: el día de Obama


Así viene la síntesis de medios:

Grandeza

Reforma, p. 12/Primera - Opinión
Federico Reyes Heroles
El tema es viejo. Lleva luengas barbas y sin embargo siempre nos sorprende. ¿Por qué algunos seres humanos con la adversidad se vuelven gigantes y otros se empequeñecen y pasan al desván de la historia? ¿Qué llevan dentro, de qué materia están hechos, por qué los retos descomunales no los arredran, al contrario, los nutren? El día de hoy Barack Obama asume la Presidencia de EU. La gran potencia de Occidente se tambalea por una de las mayores crisis económicas de que se tenga memoria. Obama es ya símbolo de que el cambio es posible. Su antecesor no podría ser más distinto en origen: familia muy rica y poderosa del mainstream estadounidense. De nuevo el hombre frente a su destino. Los ojos del mundo buscan ese extra que podría convertirlo en gigante. El mundo le exige que no sea un Presidente más, que asuma el liderazgo, que llene el vacío. Gobernar con principios es el reto. Lo etéreo se vuelve concreto. Barack Obama tiene todo para ser un gigante. Veremos si el imperio todavía permite algo así.

El cambio manifiesto

La Jornada, p. 16/Opinión
Marco Rascón
El final de la era Bush no será menos imperio, pero quizás sea el fin del tiempo de la mediocridad. No hay cambio en la idea del “destino manifiesto”, pero sí cambios que cambiarán el mundo. En México también está por suceder un cambio manifiesto en la correlación de las fuerzas políticas. Hasta julio de este año, la izquierda electoral representada en el Congreso tendrá 35%, casi 20% por encima del PRI, la fuerza del viejo régimen, que ahora se prepara para convertirse en la primera fuerza del Poder Legislativo. Hoy, ante el peligro de perder todo, queda una rendija por la que se puede intentar la recomposición. Son miles los que han abandonado el tren de la expectativa, no por la dureza de la lucha, que siempre ha sido así, sino por el desperdicio de fuerzas ganadas en las urnas. No basta reconstruir el ánimo ante el fin de la mediocridad; se requiere un programa de objetivos claros que convoque y convenza de que se busca tener legisladores no como base financiera de grupos y comentes, sino para sustentar cambios y dar contenido a la convocatoria del contenido.

44

Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Jorge Alcocer V.
Hoy, en punto de las 12:00 horas (tiempo del Este) Barack Hussein Obama rendirá juramento como el presidente número 44 de EU, lo hará ante el presidente de la Suprema Corte de Justicia, con la mano sobre el ejemplar de la Biblia que para el mismo fin utilizó Abraham Lincoln. En cada país, gobernantes y especialistas han deliberado sobre su propia agenda frente a Barack Obama; se trata, en la mayoría de los casos, de listados que asemejan las cartas a los Reyes Magos. Sólo que todas juntas empequeñecen frente a la magnitud de los retos internos que el nuevo presidente de EU deberá enfrentar a partir de hoy. La crisis económica ocupará la agenda y pensamiento del nuevo inquilino del Salón Oval en Washington. La esperanza que Obama ha buscado sembrar tiene que ver, en primer lugar, con los sentimientos presentes en su propia sociedad y nación, que a los agobios de la absurda y costosa guerra en Iraq suma, desde hace meses, el temor y la incertidumbre ante la pérdida de empleos…

La economía mundial que enfrentará Obama

El Financiero, p. 19/Opinión
Benito Solís Mendoza
Hoy tomará posesión de la presidencia del país más poderoso del mundo una persona que parecía inconcebible que lo pudiera hacer sólo hace un par de años: un relativamente joven e inexperto abogado, mulato, con un nombre árabe (Barack Hussein Obama) y originalmente de religión musulmana. Obama tienen limitada experiencia gubernamental, ya que sólo ha sido legislador en el Congreso local de Illinois, trató de ser diputado federal, contienda que perdió para posteriormente ganar el escaño de senador. La economía mundial y la de su país son muy diferentes de como estaban al inicio de su campaña presidencial. Mientras que al principio de 2007 se tenía un auge económico en los principales países del mundo, se generaban empleos y se reducía la pobreza mundial de una manera drástica, hoy la situación es la opuesta. El nuevo gobierno de EU deberá corregir una serie de desequilibrios, para lograr recuperar la inversión privada, el consumo y el crecimiento económico. Esperemos que Obama pueda convencer a la población de que se requiere avanzar en este camino, aunque sea doloroso en el corto plazo.

Mensaje a Obama

Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Jorge Ramos Ávalos
Es difícil poner en perspectiva la euforia que está causando, en EU y en el resto del mundo, el inicio de la Presidencia de Barack Obama. Dos cosas la explican: una terrible crisis económica mundial y la personalidad de un hombre, muy joven, que nos asegura que el futuro será mejor. La promesa de Barack es casi religiosa. Más que caudillo, Obama se nos presenta como un salvador. Y, la verdad, será imposible que satisfaga todas las expectativas que han sido puestas sobre él. Pero eso viene después. Ahora es el momento de la fiesta, del cambio, de echar a volar los papalotes y las esperanzas. No deja de ser increíble que Barack Obama vive en una casa que fue construida, en parte, por esclavos afroamericanos hace más de 200 años. Ésta es, para mí, la señal más clara de progreso. La toma de posesión de Obama me recuerda la alegría de millones de mexicanos cuando perdió el PRI la Presidencia en 2000. El Zócalo de la capital era un grito. Con Barack está pasando algo parecido aunque, a diferencia de Fox, las expectativas se extienden a todo el mundo.

México y la democracia de las élites

El Universal, p. 25/Primera-Opinión
Jorge Buendía
La democracia exige competencia partidista pero no demanda que los partidos seleccionen a sus candidatos de manera democrática. Es más, la democracia como régimen político puede coexistir sin problemas con la autocracia al interior de las organizaciones. Una elección entre dos caciques, y veremos ejemplos de ello, puede ser verdaderamente disputada. Lo que define a la democracia es la competencia entre partidos políticos y no lo que ocurre al interior de ellos. Los partidos, como lo señaló Robert Michels en su análisis de la socialdemocracia alemana, son organizaciones oligárquicas.

La ruptura en el Partido del Trabajo

La Jornada, p. 15/Opinión
Luis Hernández Navarro
Finalmente se consumó la ruptura del PT. Una parte muy importante de su militancia y de sus dirigentes históricos en Durango abandonaron ese instituto político para incorporarse al PRD. No se fueron solos. El pasado domingo los siguieron destacamentos del estado de México, Zacatecas y Veracruz, así como pequeños núcleos de militantes de entidades como Aguascalientes, Oaxaca, San Luis Potosí y Coahuila. No es una escisión pequeña. La ruptura no la provocaron diferencias programáticas, sino pugnas por el poder. Quienes se quedan dentro del rojinegro acusan a los que se van de estar contra López Obrador y de tener una alianza con Nueva Izquierda. Quienes hoy abandonan el PT se van en el peor momento. Marchan derecho al pantano. La ruptura del Partido del Trabajo hará aún más complicado armar el rompecabezas de la izquierda institucional de cara a las próximas elecciones. La escisión muestra el nivel de descomposición de la izquierda partidaria en nuestro país y el absurdo de un sistema de partidos que monopoliza la representación política ciudadana.

Fallido

El Universal, p. 25/Primera-Opinión
Germán Martínez Cázares
Aunque el concepto tiene su fuente en algunos analistas extranjeros, algunos opositores domésticos al gobierno del presidente Calderón y aficionados a la opinión política están hablando de México como un “Estado fallido”. ¿Qué es un “Estado fallido? Un “Estado fallido” sería incapaz de usar la policía, tener recursos y poder cobrar impuestos. Debemos preguntarnos si todas esas plumas, analistas u opinadores del “Estado fallido” estadounidenses, pero sobre todo nacionales, ¿están “previendo” con rigor y honestidad intelectual un fallo del Estado o, simplemente, están “deseando”, desde una posición de partido, el fracaso del gobierno del presidente Calderón? No es la primera vez que en México se hace sentir al gobierno de Calderón que todo está a punto de desmoronarse entre las manos. Lo soñaron y quizá lo siguen fantaseando varios de los adversarios del Partido Acción Nacional.

Las familias: Echeverría y Calderón

La Jornada, p. 15/Opinión
Magdalena Gómez
Tratándose de la distancia entre el poder y la sociedad, encontramos que en relación con las familias poco importa el signo del partido político del gobernante en turno. En este sentido ofrezco las referencias de Luis Echeverría Álvarez después de las matanzas de estudiantes en 1968 y 1971, en plena década de la guerra sucia, y las del presidente católico que hoy ocupa la silla presidencial y a quien poco le importa que ostente la representación de un Estado laico. Después de todo proviene de la corriente contraria y ajena a lo que significó en nuestra historia del siglo XIX la lucha por alcanzar la separación de la Iglesia y el Estado. Sobran los comentarios en torno a la similitud de los discursos Echeverría-Calderón, que, haciendo abstracción de las políticas de Estado que han generado las inconformidades sociales, criminalizan a los opositores a las mismas o a quienes no encuentran garantía de sus derechos: se trata de un simple retrato de familia, sí, pero de la clase política.

El foxismo de Felipe Calderón

Milenio Diario, p. 12/Opinión
Roberto Blancarte
La Presidencia de Felipe Calderón se parece cada vez más a la de Vicente Fox, por lo menos en materia religiosa, si no es que en visión política. Lo que comenzó como una Presidencia conservadora, pero laica, al parecer se está convirtiendo en una gestión cada vez más católica y muy ambigua respecto a la distinción entre público y privado, entre Estado e iglesias y entre política y religión. Así, paulatina y quizá inexorablemente, el gobierno del presidente Calderón, que en principio pretendía distanciarse del de su antecesor, cada vez da más señales de inclinarse hacia la derecha y apoyarse en el conservadurismo confesional. Al grado de que la diferencia con la ultraderecha y el integrismo parece no existir o limitarse a algunos desacuerdos personales.

1988, 20 años después

El Universal, p. 25/Primera-Opinión
Alberto Aziz Nassif
Los momentos críticos de nuestra historia reciente regresan a la escena pública como noticia y polémica. Eso es lo que ha sucedió a raíz del libro de Martha Anaya, 1988: El año que calló el sistema. Una parte de la historia del país está todavía llena de silencios que necesitan ser ventilados. El tiempo y la distancia permiten abrir de nuevo esos expedientes que se han guardado relativamente en secreto, porque una parte de lo que sucedió en ese año ya se conoce. En 1988, un grupo de académicos nos dimos a la tarea de hacer un análisis de lo que había pasado con esa elección. (…) El actual debate no ha sido directamente sobre el fraude electoral de 1988, salvo la versión justificatoria de Salinas, sino principalmente sobre los arreglos políticos que generó esa complicada elección. Como la reunión en que el PRI y el PAN acordaron el primer intercambio clientelar: una agenda legislativa a cambio de apoyo político con la calificación de la elección, lo que Miguel Ángel Granados Chapa llamó el nacimiento del PRIAN.

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