Así viene la síntesis de artículos:
La pura neta sobre Puri Carpinteyro
Reforma, p. 10/Primera - Opinión
Jorge Castañeda(…)
Comparto las opiniones vertidas en estas páginas por diversos colegas sobre la naturaleza indebida de las invasiones a la privacidad de Luis Téllez y otros funcionarios de la SCT, Cofetel y en otros ámbitos.
Los escándalos recientes en SCT debieron centrarse sobre el fondo y no sobre las grabaciones, filtraciones e indiscreciones.
En ocasiones preferiría que los colegas fueran tan vigorosos en la defensa de la privacidad de todos y en todo momento, no sólo de algunos y a veces.
Pero eso es lo de menos. Lo de más es que detrás de este embrollo que ha dejado muchas bajas en el camino, subyace una disyuntiva, sin fácil solución.
De acuerdo con una versión del diferendo entre Téllez y Carpinteyro, versión que me hace sentido y que quisiera fuera cierta, así sucedieron las cosas. Desde que Purificación fue nombrada subsecretaria, en septiembre de 2008, se abocó, a su entender cumpliendo las instrucciones del presidente Calderón, a negociar un paquete de acuerdos con el Grupo Carso que destrabaran litigios pendientes. Detalles más detalles menos -y confieso mi impericia en el tema por lo que acepto la posibilidad de confundir unas cosas con otras- esto es lo que estaba en juego.
Primero, se trataba de lograr que Carso, en este caso Telmex, aceptara un nuevo reglamento de interconexión que no sólo redujera las tarifas que le cobra a terceros, sino que también modificara las modalidades de prioridades, acceso, etcétera. Se ha estimado que esto costaría 500 millones de dólares al año a Telmex, y se sabe que la empresa se ha amparado contra los intentos de imponerle este reglamento. Carpinteyro buscaba, según esta versión, que Telmex aceptara el nuevo reglamento por las buenas, a sabiendas que no es su costumbre, y que los pleitos podían ser agrios y eternos. De ser cierto que Telmex ya había aceptado este punto, se trataba de una concesión trascendente.
Segundo, a cambio de lo anterior, se buscaba dar satisfacción a Carso en una exigencia, que algunos suponen caprichosa, a saber: que se incluyera en la Ley de Inversión Extranjera una cláusula de reciprocidad que buscara obligar a otros países (entiéndase España) a dar las mismas condiciones de acceso a su mercado a empresas como las de Carso, como las que México da a empresas de otros países (entiéndase Telefónica). Los estrategas de Carso consideran, aparentemente, que esto o bien abriría el camino a Europa, o bien dificultaría la ampliación de la red celular de Telefónica en México y su penetración en el mercado de líneas fijas. Más allá de que tengan o no razón y puedan o no competir en España, parece pertinente el razonamiento. De ser cierto que la Cámara y el Senado ya habían aceptado este punto, se trataba de una concesión al ingeniero Slim en algo que le resulta entrañable.
Tercero, y éste es el quid del asunto, a cambio del primer punto, y sin dar demasiada importancia al segundo, el gobierno se habría comprometido a modificar el título de concesión de Telmex para autorizarle la convergencia, o el llamado triple play. Esto ya lo pueden hacer Televisa y Azteca si así lo desean, pero no Telmex porque el título de concesión que data de los noventa obviamente no lo contemplaba, pues la idea misma era inexistente en aquella época.El paquete era bueno para Carso, y según fuentes allegadas a Carpinteyro, para el gobierno y para México. Pero no para Televisa.
¿Por qué? Porque la amenaza, por hipotética que fuera, de tener que enfrentar la competencia, con recursos prácticamente infinitos, de Carso en la TV resulta intolerable para el monopolio de Chapultepec que hizo lo imposible para que el acuerdo no prosperara: desde presiones y ataques personales a unos y a otras, hasta cabildeos más ortodoxos, compromisos y promesas menos confesables.¿Por qué bueno para México?
Me permito esgrimir los argumentos de altos funcionarios de la Cofeco, que no son precisamente empáticos con Telmex o Telcel, y que sin embargo en esta ocasión se inclinan a su favor. Se ha repetido hasta la saciedad que mientras no exista una tercera cadena de televisión nacional y abierta, o su equivalente en cobertura geográfica y demográfica, no disminuirá el poder de las televisoras, ni dejarán de ser instrumentos de presión y pelea personal o empresarial de sus dueños o ejecutivos.
Televisa pudo parar la llegada de NBC y su socio, el finado Isaac Saba, a finales del sexenio de Fox y principios del de Calderón. Después de ese desencuentro -y en las circunstancias actuales del país y su imagen en el mundo- parece difícil encontrar al guapo (extranjero) que se anime enfrentarse a Televisa. En los hechos, la única competencia en el sector televisivo provendrá de un grupo mexicano, y el único mexicano con las bolsas llenas y los pantalones bien amarrados se llama Carlos Slim.
Que meterse a la televisión fortalezca sus finanzas, le haga ganar peldaños en la lista de Forbes, o refuerce su dominancia en el sector de telecomunicaciones, es altamente probable. Pero en política, casi siempre hay que escoger entre dos males. Y más competencia en la televisión es muy preferible a más poder y dinero para el hombre más rico y poderoso de México. Carpinteyro optó por la competencia; Téllez y Calderón por el apoyo electoral de Televisa.
Chismes aparte, y dejando por ahora de lado asuntos que pudieran contradecir esta versión (como la anuencia de Téllez para renovar las concesiones a Joaquín Vargas -actual aliado de Slim- en una banda especialmente apetecible), todo parece indicar que va ganando Televisa y va perdiendo Carso. La guerra no ha terminado y habría que conocer con detalle y de viva voz las versiones de Téllez y de Purificación, pero sobre todo la decisión final de Felipe Calderón, si la hay.
Van a ver
Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Froylán M. López Narváez
(…) el secretario de Economía, Gerardo Ruiz, hizo saber, en entrevista de prensa, que el gobierno legalizado de México podrá tomar represalias, porque el nuevo gobierno yanki ha incumplido con el Tratado de Libre Comercio. (…) Con celeridad inusual, el secretario de Economía abiertamente divulgó que se ejecutarán medidas para “la adopción de la suspensión de beneficios por parte de México contra Estados Unidos (de América) por el incumplimiento de ese país de sus compromisos en materia de transporte del TLC. (…) Como el golpazo está dado, y no se reparará hasta sabrá Dios cuándo, en esta semana se precisarán las represalias contra 90 productos agrícolas e industriales de 40 estados de la Unión Americana.
El mensaje de Obama
Excélsior, p. 22/Primera
Carlos Ornelas
El presidente de Estados Unidos es el hombre más poderoso del planeta, pero no tiene autoridad -poder tampoco- para imponer su visión sobre una reforma educativa, dada la descentralización de su sistema escolar, la soberanía real de los estados y las diferencias políticas entre demócratas y republicanos. (…) Como todo político, el presidente Obama elogió al pueblo, rememoró las cosas buenas, los lugares de excelencia e innovación científica, el lustre de sus universidades y el linaje del sueño americano. (…)
El presidente Obama no sólo tiene que cabildear con políticos, sino también pedir apoyo a organizaciones civiles, ofrecer recompensas para las mayorías y tratar de ganarse el favor de los actores más importantes del sistema: los docentes.
Es el empleo, ¡caramba!
El Universal, p. 24/Primera-Opinión
Ciro Murayama
En su campaña electoral de 1992, William Clinton llevó el núcleo del debate político estadounidense a la situación de la economía doméstica. Aquella famosa consigna de “¡Es la economía, estúpido!” eclipsó la victoria militar del presidente Bush padre en la primera guerra del Golfo y regresó a los demócratas a la Casa Blanca. (…) Los datos son contundentes: la depresión ha arrastrado a 4.4 millones de puestos de trabajo en Estados Unidos desde diciembre de 2007, y 600 mil en los últimos tres meses (…) Además, los individuos que pierden su empleo tienen más dificultades que en cualquier momento previo para recuperarlo o hallar otro.
Diplomacia y narcotráfico
Milenio Diario, p. 15/Opinión
Héctor Tajonar
(…) En la historia de la relación bilateral entre México y Estados Unidos abundan los ejemplos del realismo diplomático aplicado por la república imperial sobre su vecino del sur, durante casi dos siglos, lo que ha significado la imposición de sus intereses económicos y políticos inmediatos, por encima de cualquier otra consideración. (…) La congruencia que ha mostrado el presidente Obama entre valores éticos y práctica política representa una oportunidad para enfrentar con un verdadero espíritu de colaboración el problema del narcotráfico. (…) los cárteles mexicanos representan la mayor amenaza en materia de crimen organizado en Estados Unidos, porque controlan el tráfico de drogas en al menos 230 ciudades de ese país y se están fortaleciendo en otras.
Más serenidad y reflexión
El Financiero, p. 27/Opinión
Eduardo Goycoolea Nocetti
Una extraña y contradictoria sensación provocan algunas de las medidas que ha tomado el presidente Felipe Calderón. Son correctas en esencia, pero tienen pocos efectos positivos y no satisfacen a la enorme mayoría de los actores políticos. (…) Impecable, por ejemplo, fue su decisión de combatir al crimen organizado, en lo que la mayoría de los mexicanos lo apoyamos. Pero a dos años de iniciada esta guerra, los resultados no muestran avances significativos. (…) Apuesta electoral insensata, en su calidad de jefe de partido y jefe de campaña de Acción Nacional, el presidente Felipe Calderón arriesga futuros acuerdos por nimias ventajas (…)
El flautista y las ratas (cuento para adultos)
El Universal, p. 25/Primera-Opinión
Alejandro Gertz Manero
(…) si nuestros próceres hubieran ampliado sus horizontes culturales, se habrían enterado de que a fines del siglo XIII la población medieval de Hamelín sufrió una plaga implacable de ratas, que estaba acabando con la seguridad, el empleo y los ahorros de esa comunidad (cualquier semejanza con la vida actual es pura coincidencia), cuando súbitamente apareció un flautista misterioso que le ofreció a la gente del lugar una audaz “oferta política” que era irrechazable, porque el hombre aquel sí “sabía cómo deshacerse de las ratas”. (…) Las ratas de cuatro patas, enloquecidas por aquellas melodías sugerentes y sensuales, empezaron a danzar alegremente siguiendo al flautista hacia un despeñadero, que ni los globalizadores liberales más delirantes del Dow Jones o del Nasdaq hubieran imaginado;
PRI con lo mismo
Milenio Diario, p. 14/Opinión
Juan Ignacio Zavala
En Nuevo León se ha llevado a cabo una alianza entre hermanos: el PRI y el PT. En efecto, para sorpresa de muchos, el priismo que se jacta de haberse modernizado y de estar a altura de los retos del mundo globalizado, se ha unido en su campaña más relevante del año, nada más y nada menos que con el partido cuyo personaje central es el ex priista Andrés Manuel López Obrador. (…) Esta alianza deja también en claro que los priistas son incapaces de modernizarse. (…) De esta manera designaron a su candidato, que como comenté en un artículo anterior, se trata de una persona joven: Rodrigo Medina. (…) En años pasados, y al calor de las contiendas se decía que AMLO era un priista y que eso no se olvidaba.
Los autónomos
Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Sergio Aguayo Quezada
San Luis Potosí es paradigma de una esquizofrenia que infecta la política mexicana. Cuando imperaba el autoritarismo, Salvador Nava Martínez hizo brillar las virtudes de la autonomía apoyado por partidos que, al llegar al poder, ven con desconfianza a los independientes. (…) En su cruzada, Nava fue respaldado por los partidos opositores. En 1991 fue candidato a gobernador por una coalición que incluía al PAN y al PRD; y a San Luis Potosí llegaron a hacer campaña por el “médico de pueblo”, como le decían algunos por su sencillez de trato, Vicente Fox y Cuauhtémoc Cárdenas, Diego Fernández de Cevallos y Porfirio Muñoz Ledo, entre muchos otros. (…) Es una posición espinosa porque son como equilibristas: se relacionan con el poder... para contener sus excesos.
El cambio: desde abajo
La Jornada, p. 18/Opinión
Luis Linares Zapata
La alternancia en el Ejecutivo federal en 2000 dio como fruto una mediocre continuidad tanto del modelo de gobierno priísta como de su correlato: la conducción económica neoliberal. Sólo se le aderezó una paletada de tontería e ignorancia que Fox y sus gerentes aportaron. (…) No les ha sido suficiente. El cómodo grupo de presión que controla, manda y se sirve de cuanta institución se ha creado en la República decidió contrariar el sentimiento y la voluntad popular una vez más (2006). (…) Ahora, encuentran que el señor Calderón ya no les es funcional a sus voraces apetitos. Él y sus acompañantes en la administración han dado tangibles pruebas de su ineficiencia, torpeza y nula visión de futuro.
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