Llegó la hora: los candidatos velan sus armas y los hackers sus discos duros

La Hora Cósmica

Por Cosme Haces

Ya están en la meta. Velan las armas. El domingo arrancan.
Finalmente, si no hay sorpresas de última hora, serán tres mujeres y un hombre, los que realmente cuentan en la disputa para la gubernatura de Puebla; la mini gubernatura.
Antonio Gali por la alianza PAN-PANAL-etc, Blanca Alcalá por el PRI, Roxana Luna por el PRD, y Ana Teresa Aranda como independiente.

Para el panista, la precampaña fue un paseo, un día de campo sin raspones, todos los ataques no fueron contra él, sino contra su patrocinador.
Para las mujeres, en cambio, fue un calvario.
Blanca Alcalá no vió la suya desde el arranque. Tropiezo tras tropiezo hicieron tambalear incluso su candidatura. Tuvo contradicciones entre el mensaje y la realidad; deslealtades en el equipo; imposiciones de colaboradores y errores de principiante, que hicieron dudar a los observadores maliciosos si no era cómplice en una pelea arreglada.

Pelea limpia

Roxana Luna logró imponerse con dificultades en su propio partido. Sus principales adversarios salieron de las mismas filas del PRD, ataviados con camisetas azules. Le desconocieron los estatutos del partido; le retiraron las prestaciones; le cuestionaron la elección interna. Llegó finalmente al punto de arranque, magullada, pero llegó.
Ana Teresa Aranda batalló desde el principio con la maraña legal de las candidaturas independientes que fue desenredando poco a poco en tribunales. Sufrió un grave accidente que no la amilanó, al contrario, le sirvió de impulso para posicionarse. Entró en batalla frontal con las autoridades electorales locales que le fueron poniendo un obstáculo tras otro. Logró y rebasó las firmas requeridas. Se ganó finalmente su derecho a competir.
El domingo arrancan y la demanda de los ciudadanos es que den una pelea limpia.
Y aquí surge la duda, porque indudablemente, también están velando las armas los mapaches.
Los operadores que no se tocan el corazón para hacer ganar a toda costa a su candidato.
Ayer mismo se rebeló el modus operandi de la mapachería más avanzada: la cibernética, con las confesiones del hacker Andrés Sepúlveda que aseguró haber operado para la campaña de Enrique Peña Nieto.

Tras los monitores

Se trata de activistas en la más completa oscuridad, expertos en guerra sucia, con la misión de hacer ganar al candidato que les paga, a toda costa, y suprimir a los adversarios políticos con los más sofisticados trucos de la tecnología.
Espían a los competidores, manipulan redes sociales, lanzan ataques de desinformación con masivas cuentas falsas; logran acceso a los teléfonos celulares y las computadoras de cualquier persona incluyendo a los candidatos; deshabilitan páginas web; inoculan virus maliciosos y violan datos personales.
¿Estarán ya aquí en Puebla, frente a sus monitores, listos para lanzar fango?
Puede que sí.
Hoy, candidatos y operadores velan sus armas.
Que gane el mejor, no el más tramposo.
Es la demanda.

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