jueves, enero 05, 2017

El país se incendia y Peña Nieto atiza el fuego de una sociedad indignada y enerdecida

Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, de El Universal, afirma que en el cuarto día de protestas por los aumentos a los precios de las gasolinas, la respuesta del presidente Enrique Peña Nieto, lejos de tranquilizar y serenar los ánimos de una sociedad indignada y enardecida contra la corrupción y contra sus políticas de gobierno, pareció atizar el fuego de las movilizaciones sociales en todo el país. 
Y es que el mensaje de Peña Nieto, a su regreso de vacaciones, pareció completamente improvisado y carente no sólo de una explicación clara y convincente, sino también de sensibilidad ante la ira y el enorme impacto que el “gasolinazo” está teniendo en los precios y en el ánimo de los mexicanos. 


El meollo del asunto

De hecho, mientras decía que la decisión de su gobierno era “dolorosa, pero responsable” y “difícil de tomar”, el Presidente se daba tiempo para mostrarse contento y sonriente por el regreso de su amigo y consejero Luis Videgaray, a quien colmaba de abrazos y palmadas en la espalda, al mismo tiempo que les deseaba “feliz año” a los enardecidos mexicanos.
Peña no parecía entender, ni por su discurso ni por su comunicación corporal, la gravedad de las movilizaciones históricas que se están registrando prácticamente en toda la República. No supo o al menos no lo registró en sus palabras, que la molestia y la ira que se asoma en estas protestas civiles ya rebasó incluso el tema del aumento de las gasolinas.
 ¿Acaso nadie le ha dicho al Presidente que además de gritar “¡no al gasolinazo!”, en las calles también resuena al mismo tiempo el grito de “!fuera Peña!”?

Aquí la columna
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