martes, marzo 17, 2009

Comentocracia: Seguridad, ¿sin prisa?

Caricatura de Naranjo en El Universal

Así viene la síntesis de artículos:

¿Sin prisa?

El Universal, p. 27/Primera-Opinión
Germán Martínez Cázares
La seguridad es el resultado de los esfuerzos que los distintos miembros de una sociedad realizan para estar seguros. Esto no es una redundancia, sino la certeza de que nuestra seguridad depende de todos. Todos somos responsables de procurárnosla. La seguridad es, entonces, como señalan los expertos en la materia, síntesis de la vida social. Lo anterior no elude el hecho de que el Estado es el primer responsable. Es quien tiene la encomienda de promover, organizar y articular con eficacia el esfuerzo de los otros actores sociales para dar seguridad. El Estado, responsablemente, debe cumplir su obligación, hacer su tarea, y todos los demás hacer la nuestra. Ante la crisis que hoy enfrenta la seguridad en México -la cual sólo se explica como resultado de largas décadas de incapacidad gubernamental-, el presidente Felipe Calderón asumió desde el primer día de su mandato un compromiso personal y político para enfrentarla con determinación, inteligencia y valentía.

Matices

Reforma, p. 12/Primera - Opinión
Federico Reyes Heroles
¿Tiene el Estado mexicano control sobre cada rincón del territorio nacional? No. Un planteamiento radical recibe una respuesta obligada por la lógica. ¿Tiene Estados Unidos control sobre cada rincón de su extenso territorio? Tampoco. Basta con recordar que desde hace décadas su frontera sur es cruzada por cientos de miles de inmigrantes. Si hubieran tenido control sobre cada rincón del territorio los pilotos que perpetraron los atentados de 11 de septiembre no hubieran encontrado los sitios para su entrenamiento básico y no hubieran podido matar a miles de personas en los corazones de Nueva York o Washington e irse contra el Pentágono, edificio insignia del Ejército mejor equipado y más poderoso que ha visto la humanidad.


¿Por qué sobrevive el PRI?

El Universal, p. 26/Primera-Opinión
Alberto Olivera
La supervivencia del PRI después de una transición democrática aparentemente exitosa plantea problemas de interpretación y retos políticos. El caso del PRI es único; ni siquiera en Europa del este se ha producido un proceso de derrota de un partido autoritario que luego vuelva al poder sin haber pasado por un cambio sustantivo. ¿Cómo entender esta persistencia? ¿Es posible construir una democracia con el protagonismo del sujeto político del régimen autoritario? La anomalía histórica que plantea la supervivencia del PRI se explica por múltiples factores. El primero es lo incompleta de la transición democrática mexicana. Si bien el monopolio del poder en manos del presidente se rompió en 1997 y el PRI perdió la Presidencia en el 2000, las reglas del poder se mantuvieron incólumes. No ha habido cambios constitucionales relevantes, no hay nuevas políticas públicas ni instituciones que modifiquen las prácticas hegemónicas. No se destituyó al viejo régimen. (…)

Raúl Jardón: Travesía a Ítaca

La Jornada, p. 19/Opinión
Luis Hernández Navarro
Las elecciones internas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) realizadas el pasado domingo fueron un cochinero. Nada nuevo. Muchos de los aspirantes a alguna diputación repartieron miles de despensas y utilizaron programas sociales para comprar votos, acarrearon simpatizantes a las urnas y pagaron salario a miles de activistas para que hicieran campaña en su favor. No siempre fueron así las cosas. Hubo una época en que la izquierda partidaria socialista participó en los comicios desplegando un ejército de entusiastas voluntarios, recolectando recursos para la propaganda y la movilización de los candidatos, y tratando de convencer a los ciudadanos de sufragar por ellos con ideas.

Un debate necesario

El Universal, p. 27/Primera-Opinión
Alberto Aziz Nassif
Desde hace varios meses se ha dado un extraño intercambio entre México y Estados Unidos en materia de seguridad y crimen organizado. Los vecinos del norte lanzan afirmaciones críticas sobre nuestro país o simples afirmaciones catastróficas, y aquí se desatan discusiones nacionales. La fuente puede ser un funcionario o una revista, pero el efecto interno es completamente desmesurado. En noviembre pasado, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos publicó un informe, Joint operating environment, en el que se establece que hay dos estados que podrían sufrir un rápido colapso, México y Paquistán (p. 40). Unas semanas después, la revista Forbes, que hoy ha vuelto a generar una reacción adversa del gobierno mexicano por ubicar a El Chapo Guzmán en su lista anual de millonarios, publicó un texto sobre México como un Estado fallido. ¿Periodismo o provocaciones? (…)


La lista de Kroll

Milenio Diario, p. 14/Opinión
Roberta Garza
Todos sabemos que El Chapo tiene dinero. Una cantidad obscena de dinero, probablemente más del que cualquier magnate puede imaginar en el mejor sueño de opio especulativo. No es posible, entonces, cuestionar su sitio en la lista de Forbes de los más ricos del mundo porque, sin duda, allí es donde debe estar. Claro que, si realmente esa revista buscara señalar a los más acaudalados, junto al Chapo debían incluirse a sus lugartenientes y competidores en México y en el mundo. y a muchas otras linduras tales como Kim Jong-il, el original copetito coreano que tiene a su población permanentemente entre el terror y la hambruna; a Ornar AlBashid, el sudanés que ha metido a su país en un baño de sangre sin final a la vista, y al rey Abdalá de Arabia Saudita, sitio donde las mujeres siguen siendo consideradas mercancía: en suma, a la mafia en pleno, a los caciques regenteadores de los estados petroleros entre Rusia y Medio Oriente y a casi todos los dictadores de repúblicas bananeras aún en funciones.

Fraude a la ley

Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Jorge Alcocer V.
La instrumentación del modelo de acceso a TV y radio por los partidos y las autoridades electorales ha quedado a merced de dos empresas televisoras. En efecto, la discusión, decisiones y juicios hasta hoy vividos en torno a la conducta de Televisa y TV Azteca, en los primeros días de las precampañas, tuvo como fundamento la convicción de que ambas, en colusión, incurrieron en conductas atípicas, violatorias de la ley, al haber empaquetado la difusión de los spots, en segmentos continuos de hasta 6 minutos; colocar una cortinilla al inicio de cada bloque y suspender su difusión durante la transmisión de eventos deportivos.

Las canas de Obama

Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Jorge Ramos Ávalos
En medio de la crisis económica mundial podría resulta banal y superfluo hablar de las nuevas canas del presidente Barack Obama. Sin embargo, si pensamos que esas canas pudieran ser producto de la crisis, entonces la cosa cambia. Canas y crisis van juntas. Los principales periódicos y noticieros de Estados Unidos le han dedicado mucho espacio al rizado y corto cabello del nuevo Presidente. La peliaguda noticia es que en sólo dos meses en la Casa Blanca Obama ha encanecido visiblemente. No noté esas canas en las cuatro veces que vi de cerca a Obama el año pasado en entrevistas y debates. Otros tampoco las notaron. Por eso las sospechas de que se las pintaba. Pero su peluquero en Chicago durante 17 años, Zariff, salió presuroso a desmentir a los que acusaban al mandatario de abusar del colorante artificial. Él no se pinta las canas, dijo Zariff.


México y EU: la guerra del “otro”

Milenio Diario, p. 15/Opinión
Ricardo Monreal Ávila
E1TLC abrió una década de relativa amistad y entendimiento entre México y Estados Unidos (1994-2003). Sin embargo, dos guerras sucesivas han terminando por contaminar la relación y abrir más la brecha del desencuentro y la distancia entre ambos países: la guerra en Irak iniciada por EU y a la que no quiso sumarse México, y la guerra contra las drogas declarada por el gobierno de México en su territorio y a la que no quiere apoyar Estados Unidos, sino manejarla directamente. El TLC, a pesar de sus enormes asimetrías y costos para el mercado interno mexicano, obligó a la comprensión de los problemas y padecimientos del “otro”, que se convirtieron en problemas y padecimientos “nuestros”. Mal que bien dejamos de ser “vecinos distantes” para convertimos en algo parecido a socios y amigos cercanos.

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