La aparición del narcotraficante mexicano Joaquín El Chapo Guzmán entre los hombres más ricos del mundo, puso sobre el tapete de la actualidad, la dimensión económica del narcotráfico:
El narcotráfico es la séptima potencia económica del mundo. Dispone de ejércitos propios, su sistema de distribución y venta es tan eficaz como el de la Coca-Cola y trae en jaque a países como México, Colombia y los Estados Unidos. Los taliban viven del opio y sus derivados. Obama se dispone a enviar tropas (tropas, digo, no retenes de policías) a la frontera mexicana para poner coto a la ley de la jungla impuesta allí, a tiro sucio, por los señores de la droga. La guerra contra ese gobierno en la sombra ha generado ya más muertes que las de la última conflagración mundial.
Esto lo escribe Fernando Sánchez Dragó en el periódico El Mundo, de Madrid, y lo tomo del Blog 24/7 que aparece en Periodista Digital:
Sé cómo salir de la crisis. No hablo en broma. ¿Bastarían 125.000 millones de euros para restañar las heridas del sistema financiero? ¿Y si multiplicáramos esa cifra por cinco? ¿Saldríamos de apuros? Pues bien: ésa es la cantidad que el erario del planeta recaudaría si sus responsables legalizaran las drogas y se reservaran durante un lustro el monopolio de las mismas".Fernando Sánchez Dragó insiste --The Economist dedicó su portada de la semana pasada y una docena de páginas a explicar por qué editorialmente apoyan desde siempre este enfoque-- en la necesidad de legalizar las drogas. En este caso, para salir de la crisis...
Según escribe Dragó en El Mundo, "es una lucha insensata, perdida a priori, a posteriori y por los siglos de los siglos. La gente se droga, se ha drogado siempre y siempre se drogará.La Comisión Europea publicó hace una semana su informe oficial sobre la evolución del mercado de los estupefacientes en los últimos diez años. Las cifras que manejo proceden de ese informe, pero se quedan cortas. Hay quien eleva la facturación de tan formidable negocio a la hiperbólica cantidad de 700.000 millones de dólares al año".
Multipliquemos esa fruslería por cinco, como hicimos antes, y sumémosle el costo de la guerra contra el narcotráfico y de las medidas sanitarias (sida, adulteraciones, sobredosis) y policiales generadas por la prohibición. El 75% de los delitos que actualmente se cometen en España guarda relación directa o indirecta con el mercado de la droga. Casi la mitad de las personas nacidas en los países ricos -imagínense los otros- ha probado el cannabis por lo menos una vez en la vida. En Holanda se optó por legalizar la droga hace más de 30 años. No ha sucedido nada. Nada malo, quiero decir, porque los beneficios de tan valerosa decisión están a la vista de todos.
Y concluye Dragó su columna en el diario de Pedrojota Ramírez:
Si quienes nos gobiernan hiciesen lo que digo, la crisis se resolvería en un amén, sobrarían montañas de dinero para atender a otros problemas y, de paso, respetaríamos el libre albedrío. Basta de hipocresía. Recuperemos la cordura. Legalicemos las drogas. Elevémoslas a monopolio de Estado durante una temporada. Salgamos de la crisis. ¿Hace?.
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