Aventura de poder: el Arzobispo de Puebla le mete mano a la mini gubernatura

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante apunta que para nadie es un secreto que Víctor Sánchez Espinoza tiene un corazoncito priista. El arzobispo simpatiza más con el PRI que con el morenovallismo, y a partir de esa definición, se ha permitido jugar un papel político de cabildeo secreto con muchos de los grupos morenovallefóbicos. Pero no hay que borrar el hecho de que el hombre fuerte de la Iglesia Católica en Puebla se ha acercado muchísimo a los malquerientes del gobernador.

El meollo del asunto

Monseñor Víctor Sánchez es una herencia del calamitoso Ratzinger, quien lo designó en 2009 como Arzobispo de Puebla. Poco pudo hacer en 2010 para ayudar al partido de sus querencias, pero más asentado, seis años después puede querer volcar a una institución espiritual en una aventura de poder, esas de las que tanto criticó el padre Francisco en la reunión en la Catedral Metropolitana con todo el Episcopado.

Aquí la columna

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