martes, agosto 16, 2016

Mientras en Audi se celebrará la inauguración, en Volkswagen se lamentaría una huelga

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, de Cambio, apunta que a toda costa, el Consejo Directivo de VW quiere que la base obrera de la planta comparta las pérdidas económicas por el desplome de ventas en Estados Unidos provocado por el Dieselgate, cuando quedan 48 horas para que dé inicio la huelga si no hay acuerdo con el sindicato.
El 30 de septiembre, oficialmente, se abre la planta Audi en San José Chiapa con la presencia del Consejo Directivo VW y el presidente Enrique Peña Nieto, quien manejará la primera camioneta Q5, el modelo que esperan permita a la trasnacional alemana remontar sus ventas en Estados Unidos.


El meollo del asunto

Es inimaginable que mientras haya fiesta en la planta Audi por su apertura, en la de Volkswagen todo sea tristeza por una huelga que afectará a los 9 mil trabajadores directos y más de 50 mil indirectos.
No es sencilla la decisión. Los obreros de Volkswagen no tomaron la decisión de trucar los motores para vender más coches, ni cobraron los jugosos bonos de los ejecutivos responsables del Dieselgate.
Pero a la hora de repartir las pérdidas, ellos deben cargar con salarios congelados durante tres años, el periodo en el que se calcula podrían volver a crecer las ventas de la trasnacional en Estados Unidos.

Aquí la columna

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