Héctor Aguilar Camín, en su columna Día con día, de Milenio, reflexiona que vistos desde el interior de su fe, los cristeros representan un momento único de la historia religiosa, son un recordatorio cabal, en pleno siglo 20, de la llana entrega de la vida por la fe atribuida a los primeros cristianos.
La suspensión de los sacramentos, antes que la persecución política, echó a estos campesinos del occidente y el norte de México a la rebelión. En muchos sentidos buscaban más la muerte que la victoria, pues la muerte era para ellos una señal de salvación, la prueba de que eran del plan de Dios para el advenimiento de su reino.
Concluye Jean Meyer: "El pueblo, aislado de la fuente sacramental, se daba el sacramento global del sacrificio cruento".
Si el espectáculo descrito por Meyer es conmovedor para un lector laico como yo, entiendo que sea un imán irresistible para los creyentes y para los ojos atentos de Roma.
Aquí la columna
La suspensión de los sacramentos, antes que la persecución política, echó a estos campesinos del occidente y el norte de México a la rebelión. En muchos sentidos buscaban más la muerte que la victoria, pues la muerte era para ellos una señal de salvación, la prueba de que eran del plan de Dios para el advenimiento de su reino.
El meollo del asunto
Concluye Jean Meyer: "El pueblo, aislado de la fuente sacramental, se daba el sacramento global del sacrificio cruento".
Si el espectáculo descrito por Meyer es conmovedor para un lector laico como yo, entiendo que sea un imán irresistible para los creyentes y para los ojos atentos de Roma.
Aquí la columna
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