Les volvió a pasar lo que en Tláhuac, con los linchados
A la hora de la verdad, andaban en otras cosas. Otra vez.
Pablo Hiriart publicó el lunes en Excélsior, en su columna Vida Nacional, un análisis que pone al descubierto la ineficiencia con que el Gobierno del Distrito Federal enfrenta la crisis por le apidemia de influenza porcina.
Esta es su columna:
Por Pablo Hiriart
Con algunos actos propagandísticos, el Gobierno del Distrito Federal busca recuperarse de la insólita, peligrosa e inexplicable frivolidad con que inicialmente tomó el tema de la epidemia de gripe porcina que golpea fundamentalmente a la capital del país.
El gabinete de Ebrard nos ha mostrado, otra vez, que no pasa ninguna prueba seria.
En la mañana del viernes, el secretario de Educación del DF no sabía que las clases estaban suspendidas.
No se lo había comunicado Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno.
Y el viernes mismo el secretario de Salud capitalino salió a los medios a informar que ya tenían un millón de vacunas contra la gripe porcina, a disposición de la población.
Sin embargo, esa vacuna no servía para hacer frente a la epidemia.
Él estuvo en la reunión con las autoridades federales donde se dijo que la vacuna tradicional no era efectiva contra esta cepa de influenza.
Para salvar un poco la imagen, el secretario de Salud del DF corrigió horas más tarde e informó que “por recomendación de la Organización Mundial de la Salud” no era aconsejable aplicar la vacuna que él dijo que había que aplicarse.
Bueno, ¿en qué está el gabinete de Marcelo Ebrard?
¿En qué anda el jefe de Gobierno capitalino?
Da la impresión de que les volvió a pasar lo que en Tláhuac, con los linchados, y en el News Divine, con los muertos por asfixia: las cosas importantes las toman a la ligera, pues dedican más tiempo a la frivolidad y a la imagen.
Mientras la epidemia crecía y los miembros del gabinete capitalino estaban en la luna, destacados empresarios recibían llamadas de personas cercanísimas al jefe de Gobierno con un mensaje altamente glamoroso:
—Nos tienes que acompañar; ya está hecha tu reservación en el Mandarin.
El Mandarin es uno de los hoteles más lujosos de Nueva York, y del mundo, y el objeto de la invitación es que acompañen a Marcelo Ebrard a recibir un premio como un muy buen alcalde a fines de mes.
Bueno, volvamos a la epidemia y a los funcionarios capitalinos.
A las 7:45 de la mañana del viernes, Carlos Puig, en su noticiario radiofónico, habló con el secretario de Educación del DF: Axel Didriksson, a quien le preguntó: “¿Qué sabes; qué está sucediendo en las escuelas de la Ciudad de México?”
El funcionario comenzó una explicación sobre el fenómeno bullyng, que es la violencia, acoso e intimidación entre compañeros de salón o de plantel.
Puig lo interrumpió para aclararle que no iba por ahí su pregunta, sino que se refería al anuncio del paro de clases y qué escuelas estarían cerradas.
Luego de un breve silencio, se desarrolló el siguiente diálogo.
—Esteeee, no tengo información, contestó el secretario.
—¿No tienes información si están cerradas las escuelas como lo informó la Secretaría de Salud ayer?, insistió Puig.
—No, desafortunadamente estoy en un evento académico (sic) —dijo el secretario a manera de respuesta.
Sorprendido, Puig le informó que la SSA había hecho ese anuncio por la epidemia de influenza. “¿No te lo comunicaron?”
Didriksson contestó que por el momento no.
—¿El gobierno federal no se comunicó contigo?
El funcionario comenzó a hilvanar una respuesta sobre la descentralización educativa, hasta que el conductor lo cortó y apuntó hacia el gobierno federal por no informar de la medida al secretario de Educación del DF.
Bueno, el caso es que en la reunión donde se acordó la suspensión de clases, el jueves por la noche, estaba presente el secretario de Salud del DF, Armando Ahued.
Es el mismo funcionario que anunció el viernes en la mañana un programa urgente de aplicación de un millón de vacunas a los capitalinos.
Después el Gobierno del DF tuvo que desdecirse y echó mano de una supuesta recomendación de la OMS para no usar esas vacunas, que ya habían sido descartadas por el secretario de Salud, Ángel Córdova Villalobos.
En fin, así está parado el gabinete de Ebrard para enfrentar una contingencia.
A la hora de la verdad, andaban en otras cosas. Otra vez.
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