Inseguridad desatada: el precio que pagan los poblanos por la guerra del huachicol

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, de Cambio, señala que si no es un asalto al transporte público, es un operativo para detener a los sicarios que ejecutaron al Comisario de la Policía Federal en Veracruz, o el homicidio de Meztli Sarabia en las oficinas de la UPVA 28 de Octubre, o la cacería de ‘El Quino’ en Chipilo, jefe del CJNG, donde vivía con su novia desde hace cinco años y ordenaba, desde ahí sin ser molestado por nadie, todo tipo de atrocidades en la entidad vecina.
La Guerra en el Triángulo Rojo, de esta forma, sería el origen de la crisis de seguridad pública en Puebla.

El meollo del asunto

Concentrar tantos elementos en la zona, de forma lógica, dejó desprotegidas otras. 

Zonas donde los delincuentes ‘han sentado sus reales’ ante la ausencia de los cuerpos de seguridad. El problema es que la guerra en la zona está lejos de ganarse, aun con el apoyo de militares y la Marina.

El precio que todos los poblanos pagamos por la guerra en el Triángulo Rojo es que nuestras calles, colonias y municipios quedaron desguarnecidos para que ‘raterillos’ de todo tipo las ocupen, poniendo en peligro nuestra vida y patrimonio. 

Policías estatales, militares y marinos resguardan los ductos que Pemex no puede ni quiere proteger de su propia corrupción interna. Mientras tanto, ¿quién nos protege a los poblanos?

Aquí la columna

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