La moda, no cabe duda, cada vez más tiende a la simplicidad.
Ya no sólo se ve muy chic un seno de mujer mañosamente expuesto al aire, como quien no quiere la cosa, o sutilmente cubierto por una gasa tranparente.
No. Ahora hay quienes promueven como símbolo de máxima elegancia, un minimalismo llevado al extremo, es decir: no llevar nada encima.
Un elegante restaurant de Nueva York, al menos, permite a sus clientes sentarse a la mesa, no ya sin corbata, sino incluso sin calcetines, ni calzones, sin vestido, o sin pantalones. Sin nada, pues.
Los clientes, como este de la foto, pueden con toda tranquilidad utilizar el loby, para dejar ahí a guardar no sólo el abrigo y el sombrero, sino todo lo demás.
Las fotos demuestran que los comensales, por más que enseñen las lonjas y otras imperfecciones epidérmicas, no lucen por ello menos elegantes.
Se permiten, claro, algunos adornos, como aretes o "brazaletes digitales" preferentemente de piel negra con vivos rojos, para destacar algunos encantos.
Eso sí, en el restaurant de Manhattan, el menú no incluye sopa caliente, no sea que a algún cliente le caiga el caldo hirviendo en salva sea la parte.
Para mayores detalles, en este enlace está la nota.