La Hora Cósmica
Por Cosme Haces
Los astros ya están alineados en el PRI
La nominación de Blanca Alcalá como candidata del PRI a la mini gubernatura se da por segura.
Es cuestión de horas, dicen los enterados.
Y los medios locales tratan el asunto no como una conjetura, sino como un hecho incontrovertible.
Un hecho que se hizo manfiesto, en el ritual del informe de gobierno De Rafael Moreno Valle, que como todo informe que se precie, se convirtió en pasarela de políticos, unos para ver, otros para que los vean y los más para sondear el horizonte en busca de señales.
Y en este caso las señales fueron muy claras.
A la aún senadora Blanca Alcalá le armaron una escolta de personalidades, nacionales y locales, de primer nivel y porqué no, de cazadores de méritos de niveles no tan altos, para llegar al recinto de la ceremonia, si no como una reina, sí como princesa; como para que no quedara ya duda de que ella era la elegida.
La secretaria Rosario Robles, representante del Presidente Peña Nieto; la totalidad de delegados federales en Puebla; legisladores federales y locales, la hicieron de chambelanes de la agraciada.
El coscorrón
Y como cereza del pastel, para ratificar los signos, el secretario de gobernación Miguel Angel Osorio Chong, desayunó con ella y la llevó de acompañante en todos los actos públicos que realizó en Puebla.
Pero como en todo ritual priísta de destape, no faltó quien quisiera adelantarse, quien viera el asunto tan claro, quien tuviera señales anticipadas de los alto, quien con vocación de precursor, adelantara una cargada prematura, que por poco le resulta fallida.
El diputado Víctor Manuel Giorgana, había adelantado en unos días un destape por iniciativa propia en el distrito 12, que se salía de los tiempos previstos en el cronograma priísta.
Fue en La Margarita y por poco le sale el tiro por la culata.
No resultó un asunto grave, y al parecer, según relatan medios locales, el apresurado legislador, sólo mereció un coscorrón.
Se lo dió el delegado del CEN Rogelio Cerda, quien enfrió la calentura del priísmo poblano al que exhortó a respetar los tiempos y no manifestarse a favor de alguien prematuramente.
El sumiso
La incógnita ese día del informe, era la reacción del otro aspirante, Enrique Dóger, que se hizo el desaparecido y no se sumó a la cargada.
Especulaciones fueron y vinieron. ¿encabezaría el ex rector una rebelión? ¿Se iría a otro partido? ¿aceptaría la designación de Blanca?
Se le criticó a la senadora y a la dirigencia del PRI, que no hubiera realizado una buena operación cicatriz, para limar asperezas con otros aspirantes.
Faltó delicadeza, apuntaron algunos.
Pero a final de cuentas, la sangre no llegó al río. vaya, ni siquiera hubo sangre, ni rebeldía, ni mucho menos fuga partidista.
Enrique Dóger acató lo inevitable, hizo pública su disciplina y se exhibió en un restaurante donde previa convocatoria a la prensa, platicó con Blanca Alcalá, se dieron la mano, sonrieron como buenos amigos, para que quedara constancia en las fotografías e hicieron las declaraciones de rigor:
El partido está listo para tener la primera gobernadora, dijo Dóger.
El partido todavía no define al candidato, replicó Blanca.
Hay unidad en el PRI, fue la conclusión.
Y... colorín colorado.