Reporta el corresponsal de El País en México Jan Martínez Ahrens:
Los delirios de grandeza de El Chapo eran bien conocidos por los psicólogos penitenciarios. Acomplejado, frío y calculador, a Joaquín Guzmán Loera nunca le importó matar para lograr sus fines. Lo que no podían imaginar los especialistas forenses es que su ambición llegase hasta al punto de querer patentar su propio nombre. El Chapo.
Una marca que una de sus hijas, Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar, ha logrado registrar ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. La autorización, un esperpento más en un país humillado por las continuas burlas a la justicia del capo, permite a la familia del líder del cártel de Sinaloa beneficiarse de la venta de relojes, sombrillas, joyas y hasta adornos de navidad con el sello del criminal.
Los delirios de grandeza de El Chapo eran bien conocidos por los psicólogos penitenciarios. Acomplejado, frío y calculador, a Joaquín Guzmán Loera nunca le importó matar para lograr sus fines. Lo que no podían imaginar los especialistas forenses es que su ambición llegase hasta al punto de querer patentar su propio nombre. El Chapo.
Una marca que una de sus hijas, Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar, ha logrado registrar ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. La autorización, un esperpento más en un país humillado por las continuas burlas a la justicia del capo, permite a la familia del líder del cártel de Sinaloa beneficiarse de la venta de relojes, sombrillas, joyas y hasta adornos de navidad con el sello del criminal.
La consecución del registro ha sido tortuosa. La esposa y la hija presentaron entre 2011 y 2014 al menos 24 solicitudes. Los escritos recogían todas las variantes posibles del famoso alias: El Chapito, Don Chapo, El Chapo Guzmán, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera.
La autorización permite a la hija del narcotraficante, y por ende a él mismo, comercializar bajo esa rúbrica un amplio surtido de productos: joyería y bisutería, relojes, cronómetros, juguetes, paraguas, sombrillas, baúles, maletas, cuero y hasta adornos de navidad y artículos de gimnasia.
La autorización permite a la hija del narcotraficante, y por ende a él mismo, comercializar bajo esa rúbrica un amplio surtido de productos: joyería y bisutería, relojes, cronómetros, juguetes, paraguas, sombrillas, baúles, maletas, cuero y hasta adornos de navidad y artículos de gimnasia.