El tema nuevo de debate es el ejército por la decisión de López Obrador de no desalojar el Zócalo para el desfile del 16 de septiembre.
Joaquín López Dóriga, en Milenio, da una pista de los estilos perredistas de provocar: es posible que haya una decisión de levantar el plantón para el desfile, pero no descarta escenas como la de Tiananmen en China con un ciudadano tratando de detener un tanque con los brazos en cruz.
En el fondo, dicen otros analistas, López Obrador debe medir si se mete con el ejército porque una escena de esta naturaleza sería una provocación y una ruptura.
Sobre el tema, Jorge Fernández Menéndez, en Excelsior, señala que la conductas de López Obrador frente a la ceremonia del Grito y al desfile militar son provocaciones.
“Son las de López Obrador provocaciones graves que desprestigian y comprometen a las autoridades locales (que AMLO ve como patrimonio suyo) y al perredismo (al que simplemente ignora). No consulta sus decisiones con nadie.
No le importa si el gobierno de Encinas se derrumba, si su partido se está desangrando, si los futuros legisladores están hablando de acuerdos mientras él apuesta por la vía insurreccional y la provocación.
El problema es que se está quedando cada vez más solo y eso le permite, a una imaginación muy fértil y sin ataduras con la realidad, alejarse cada vez más de ella”.
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miércoles, agosto 16, 2006
Zócalo - Tiananmen
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