sábado, abril 02, 2005

Las lágrimas no llegan al río

Sérá que es sábado. Será que la agonía del papa acapara la atención pública. O será que la suerte de López Obrador ya les valió gorro.
El caso es que tras la aprobación del desafuero del gobernante del Distrito Federal no se ha producico el baño de lágrimas que se esperaba en los medios de comunicación.
Tampoco la catarata de predicciones catastrofistas.
Y desde luego, menos, el desbordamiento de las protetas callejeras.
El peje se queda solo hablando en la loma, de su compló.
En Reforma, la columna de F. Bartolomé le recomienda a López Obrador que se busque un buen abogado:

AHORA sí aunque no quiera, Andrés Manuel López Obrador va a tener que
seguir el consejo de todos los que le recomendaron ir buscando a un buen
abogado
.
Y ES que no cabe duda de que el todavía jefe de Gobierno capitalino
tiene que prepararse para enfrentar el proceso por el desacato a un amparo, una vez que se concrete el desafuero.
PORQUE desde ayer quedó evidenciado que, si en la sección instructora AMLO perdió por 3 a 1, no habrá mucho problema para que en el Pleno se consiga la mayoría simple que se requiere para dejarlo sin la cobija protectora de su cargo.
O SEA que si al Peje de Gobierno le falló la táctica política para detener su posible juicio, lo que le toca es ir armando una estrategia legal para defenderse.
DE hecho, nomás para aclarar paradas, justo es recordar que el eventual triunfo del desafuero no significa que a AMLO le espere la cárcel en automático, como le sucedió a su amigo y ex colaborador René Bejarano.
EN el caso del tabasqueño, la autoridad todavía tiene que decidir si
proceden los cargos, armar el caso ante autoridad competente y entonces empezar a litigarlo, con la posibilidad de que AMLO presente pruebas de su alegada inocencia.