Vaya primero esta caricatura de Francisco Calderón, que no necesita mayor explicación.
Y en seguida, una apocalíptica predicción: se aproxima la noche de los cuchillos largos.
Se levanta la veda para la cacería de brujas.
Se frotan las manos ante el inminente ajuste de cuentas.
Se engrasan las metralletas para la nueva Matanza de San Valentín.
Y se engorda la lista negra.
Todo esto a propósito del supuesto enfrentamiento entre Felipe Calderón y Manuel Espino.
Marcela Gómez Zalce es quien revela la intriga, A Puerta Cerrada, desde las páginas de Milenio:
El círculo íntimo de Felipe, léase como el Gymboree, se ha encargado de andar moviendo las aguas y enviando ocurrentes señales para que Espino se vaya al nabo... con escala en una embajada.
El mismo círculo ha elaborado una lista negra de empresarios, comunicadores, políticos, etcétera... para cobrarles facturitas por no haber atiborrado de porras a su jefecito durante el pasado y muy polémico proceso electoral.
La Gómez Zalce hace referencia a una reciente entrevista de Manuel Espino, que encendió loa ánimos de quienes amarran navajas y están ansiosos por iniciar una sesión de zapes contra el dirigente panista:
En resumen y en castellano (hopefully everybody with brains isreading this) el plan maestro, qué 20-30 ni qué nada, de Felipe Calderón de querer "limpiar el partido" en clarísima alusión a darle flit a Espino Barrientos, demuestra -por millonésima vez- que Calderón añora y desea tener a su partido subordinado y que solamente sus chicharrones son los que truenan. Well, hate to be the enemy of fun.
La columnista hace un recuento de la contienda interna por la presidencia del PAN, y concluye que Espino ganó y Felipe se enchiló...
Lo demás, es lo de menos. Las canonjías para los felipistas que habitaban Acción Nacional se fueron directo al nabo... sin escalas.
Calderón salió victorioso de una contienda interna donde no era el favorito y con trabajo, a ras de tierra, con Margarita Zavala (su mejor activo) y donde nadie le apostaba un centavo ganó la candidatura.
Espino, Fox y ese PAN que Felipe "quiere limpiar", querido lector, se la jugaron con todo antes, durante y después del cochinero del 2 de julio (aunque vociferen 100 ilustres mexicanos).
La Gómez Zalce luce indignada en su columna. Afirma que Calderón, mareado en su ladrillo de 10 cm, le apuesta a la confrontación.
Se pregunta:
¿Cómo creerle ese original ánimo, whatever, de sumar esfuerzos en bien del país si en su casa afila los cuchillos para decapitar -tan de moda hoy en día- a quienes no se comportan como sus súbditos, peones o... peleles?
Y sentencia que están ebrios y de plácemes en 2030 cuando 2006 es un colosal desmadre...
Pero no es esta la única pugna que ven los gabinetólogos estre día.
El Universal consigna Bajo Reserva que la posibilidad de ocupar la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Social se ha convertido en un suculento bocado para los panistas de bandos opuestos: los ultraderechistas, los del Yunque , que siguen la línea del dirigente Manuel Espino , y los moderados, los calderonistas, que apoyan al presidente electo.
Como cabezas de la disputa podemos ubicar al senador Ramón Muñoz , otrora superasesor del presidente Vicente Fox , y al gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña . La batalla por la Sedesol está a todo lo que da, de acuerdo con datos obtenidos por este espacio.
Una batallita más es la que Darío Celis reporta en Reforma entre Agustín Carstens y Luis Téllez por la secretaría de Hacienda:
Luis Téllez había preparado una estrategia para ser Secretario de Hacienda en el gabinete de Felipe Calderón.
Comenzó a convocar a exfuncionarios del sector público a quienes les pidió que aceptaran pacientemente el llamado que él mismo les haría para ocupar espacios en esa dependencia. También instrumentó una estrategia para cuestionar públicamente a Agustín Cartens e impedir su arribo. Pero Calderón optó por Cartens y Téllez sólo se quedó con el deseo.
Según Darío, ahora Téllez está viendo cómo se cuela en el gabinete.
De hecho, y de acuerdo al reporte de Maricarmen Cortés en la columna Desde la Mesa de Remates, una vez descubierta la incógnita de quién será el nuevo Secretario de Hacienda, la "gabinetitis" se ha concentrado en quienes serán los titulares de las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores, Economía y Educación, donde como en el caso de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), hay muchos tiradores.
Los suspirantes se pueden dividir en tres rubros: los azules, que son impulsados por los panistas; los de casa, que son los que ya trabajan hoy en el equipo de Felipe Calderón y lo han acompañado desde la campaña; y los de afuera, que lo mismo abarca a priístas actuales, a exfuncionarios de gobierno del PRI y a miembros de la sociedad civil.
Pone como ejemplo el caso de Relaciones Exteriores donde a su juicio, la candidata azul es Tere Madero, embajadora de México en Canadá.
Entre los candidatos tricolores se manejan varios nombres, pero el más fuerte es Luis Téllez, actual director de Carlyle en México, exsecretario de Energía y de Agricultura y excoordinador de gabinete de Ernesto Zedillo, aunque su principal obstáculo es que muchos priístas le cuestionan no sólo su zedillismo, sino su abierto apoyo a Calderón durante la campaña.
Entre los suspirantes de afuera, el que liderea es Andrés Rosenthal, quien es todo un veterano en el servicio exterior.
Mientras, los candidatos de casa más fuertes son Josefina Vázquez Mota, coordinadora política de Felipe y, desde luego, Arturo Sarukhán, el coordinador de Asuntos Internacionales del equipo de Transición y quien no sólo organizó la exitosa gira de Felipe en América del Sur, sino quien tiene hoy la sartén por el mango porque es el coordinador de la propuesta de política exterior que incluyó Calderón entre sus cinco temas principales del 2030
Donde también se reporta una buena lista de aspirantres es para la Semarnat: Mauricio Flores tiene los detalles en su Gente detrás del dinero:
Le reporté esta semana que Ernesto Enkerlin se perfila para la Secretaría del Medio Ambiente.
Más no va solo. Calderón se lo propuso a Julia Carabias, quien ocupó el cargo con Ernesto Zedillo, pero ahora busca llevar Conagua; así que Carabias propuso a los siguientes gallos: al ex rector José Sarukhán, a Enrique Provencio, hoy al frente de la dirección de desarrollo social del DF con Alejandro Encinas, y Antonio Azuela que llevó la Profepa.
Anote también a Gabriel Quadri entre los aspirantes.
Mauricio Flores, por cierto, tiene detalles de la cena que sostuvo Calderón con los gallones del dinero:
El miércoles por la noche el presidente electo y su equipo se reunió con un numeroso grupo de big shots y sus parejas en un salón privado de Polanco. En la mesa de honor estuvieron, se dice, María Asunción Aramburuzabala, Elmer Franco, Enrique Coppel, Alfredo Achar y Carlos Slim Helú.
También escucharon el mensaje de agradecimiento de Calderón, Emilio Azcárraga, Claudio X. González, Gastón Azcárrga, Federico Sada y Alberto Bailleres, entre otros quienes expresaron su beneplácito por el arribo de Agustín Carstens a la SHCP.
Alberto Aguilar en su columna de Reforma consigna también entre los asistentes, en la mesa de honor, a Carlos Slim, Alfredo Achar, María Asunción Aramburuzabala, Alberto Baillieres, Gastón Azcárraga.
Dice que otros departieron en mesas por separado con Agustín Carstens, Javier Lozano, Juan Camilo Mouriño y Josefina Vázquez Mota.
A propósito de Josefina, fue ella quien invitó a integrarse al equipo calderonista a Jorge Alcocer, ségún afirma Salvador García Soto en su Serpientes y Escaleras:
Jorge Alcocer llegó al equipo de Felipe Calderón invitado por Josefina Vázquez Mota, lo que echa por tierra la idea de que el nombramiento del labastidista sea un golpe para la coordinadora política del equipo de transición.
Aunque sus enemigos internos quisieran ver eliminada a Josefina en la carrera por Gobernación, la realidad es que Vázquez Mota sigue encabezando la lista para esa posición, y la designación de Jorge Alcocer apunta más bien a que será un subsecretario de Bucareli.
El nombramiento de Alcocer da pie a Yuriria Sierra para explicar en Excélsior su teoría de la reorganización de Los Pinos, y considera que con ello Calderón lanza varios mensajes:
Queda más o menos claro que el futuro presidente piensa colocar personajes con mucho expertise y experiencia en cada tema.
Con el anuncio (¿dosificado?) de que Agustín Carstens será el próximo secretario de Hacienda, y ahora Jorge Alcocer el presente (y quizá futuro) enlace con el Congreso, Calderón adelanta que el suyo no será un gabinete improvisado o definido en las cuatro paredes de un tanque de "caza-cabezas" (mejor conocidos como head hunters).
Su gabinete, y su staff en Los Pinos, serán integrados, ambos, por expertos en cada tema.
Por ejemplo, Alcocer también fue subsecretario en Gobernación y director de la revista Voz y Voto: si algo es claro para tirios y troyanos es que conoce los temas electorales y legislativos.
Seguramente, Calderón (quien administra a cuenta gotas los "destapes") irá mostrando a más personajes con perfiles similares: conocimiento probado por temas de administración pública.
Tanto en el gabinete como en la supersecretaría presidencial que despachará muy cerca del presidente.
El organigrama de la Casa Blanca tiene un perfil temático oficina de seguridad, oficina de política doméstica, oficina de administración y presupuesto, consejo de política económica, etcétera.
Es, pues, absolutamente probable que veamos a Los Pinos convertido en una oficina ejecutiva que coordine todos los temas de política y de política pública del gobierno federal.
Aquí estarán mexicanizadas las prioridades, pero veremos, como se anuncia hoy, tal vez un consejo de presupuesto y política económica, otro enlace con la sociedad civil y una oficina de comunicación, entre otras.
Es probable, pues, que al menos en un primer momento Felipe nombre a varias "cabezas" en la que será su ala oeste, lo que le permitirá, además, amortiguar las rivalidades entre su propio equipo de trabajo.
Yuriria cree que con estas medidas, Calderón hace también frente a los cocolazos y la grilla interna en su equipo:
Como sucede en cada equipo entrante (o de transición, según la moda democrática), los cocolazos pueden ponerse de a peso y terminar por dañar al propio Presidente electo.
Así, pues, todo parece indicar que Calderón prefiere repartir el pastel equitativamente entre quienes han estado con él, en la campaña interna y en la presidencial, antes que fomentar la antropofagia transicional.
Así, intentará obtener lo mejor de todos y cada uno de ellos, sin poner en riesgo (o lo menos que se pueda) la unidad y el trabajo cohesionado de su equipo inmediato.
Algo así como "administrar la grilla interna" que resulta inevitable en la antesala de una sucesión presidencial.
Del Partido Comunista al próximo gobierno panista Alcocer ha sido un tránsfuga de partidos e idologías.
Jorge Fernández Menéndez recuerda este peregrinar en Excélsior:
Alcocer parece ser una buena opción en ese sentido es un político de centroizquierda, sólido en su formación profesional y con alguna experiencia en el gobierno y mucha en la oposición, con amplio conocimiento de temas electorales y respetado en el medio político, periodístico y académico.
Conocida la designación, se ha puesto el acento en la pasada relación de Jorge con el equipo de Francisco Labastida, con quien fue subsecretario y luego un activo participante de su estructura de campaña.
Pero habría que recordar otros antecedentes de Alcocer que pueden ser más útiles en su nueva responsabilidad. Primero, su larga trayectoria en el Partido Comunista y luego en el FDN y el PRD, del que fue el responsable de política electoral hasta que renunció al mismo, luego de que el entonces naciente Partido de la Revolución Democrática decidiera no apoyar la reforma electoral que en el 90 habían negociado (en representación del PRD) el propio Alcocer y Porfirio Muñoz Ledo, con el gobierno de Salinas.
Fue una etapa de radicalización del PRD (sin embargo, menos virulenta que la actual) que llevó a la salida de varios de sus dirigentes prestigiados (incluyendo a José Woldenberg y Gilberto Rincón Gallardo, entre muchos otros) y que lo llevó al peor resultado electoral de su historia en 1991, luego de la extraordinaria campaña de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988.
Es el mismo camino que están recorriendo, con mayor rapidez e intensidad, ahora.
En ese sentido, Alcocer ha mantenido buena relación con muchos hombres y mujeres de izquierda, pero sabemos que en el PRD, en este tipo de situaciones, son mayores los rencores políticos que la fraternidad pasada y fue desde el perredismo donde mayor oposición hubo, por ejemplo, para que Jorge llegara al IFE en la pasada reestructuración de ese organismo.
No sería Alcocer el único ex perredista en incorporarse al equipo de Calderón, de confirmarse la predicción de Salvador García Soto.
El autor de Serpientes y Escaleras, ve al mismísimo Cuauhtémoc Cárdenas trabajando para Felipe.
Y lo haría, ni más, ni menos que desde la mismísima torre de Pemex:
A Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el fundador y líder moral del PRD, lo tienen en la lista del gabinete calderonista, no sólo como opción para director de Pemex, sino como posible secretario de Energía que, por su nombre, trayectoria y perfil, le daría al próximo Presidente la posibilidad real de llevar a cabo una reforma para abrir el sector energético a la inversión privada sin que significara una privatización.
Los acercamientos de Felipe Calderón con Cárdenas, durante la campaña y después del 2 de julio corroboran que el perredista no es ajeno a la intención del Presidente electo de formar un "gobierno de coalición".
De hecho, desde que Calderón inauguró el discurso de un gobierno plural, la figura del ingeniero ya estaba en la mira del próximo gabinete.
Apenas un día después de que el Tribunal Electoral Federal lo declarara Presidente electo, Calderón envió una propuesta a las cúpulas del PRD y a los operadores cercanos de Andrés Manuel López Obrador.
Dos secretarías de Estado y la Dirección General de Pemex eran las posiciones que Felipe ofrecía al PRD si aceptaba formar un "gobierno de coalición".
Las dos secretarías, dijeron los mensajeros de Calderón, las podía elegir la dirigencia perredista y nombrar a quienes ellos decidieran, pero la dirección de Petróleos Mexicanos, condicionaba, era específicamente para Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Casualidad o coincidencia, escribe García Soto, pero ayer Cuauhtémoc Cárdenas publicó un amplio desplegado en diarios de circulación nacional que tituló "Agenda energética nacional".
Y reflexiona el columnista:
Con un personaje como Cuauhtémoc es difícil creer en las casualidades.
Y aunque hay otros nombres que se manejan para Pemex, desde los panistas Fernando Canales Clariond, Carlos Medina Plascencia, hasta el zedillista Luis Téllez y el actual director de la CFE, Arturo Elías Ayub, la coincidencia de propuestas y de momentos entre Cárdenas y Calderón hace pensar que en el gabinete habrá sorpresas.
Y con esto se comprueba que la lista negra sólo funciona para los de casa.