Ahora resulta que los gallones que se disputan un lugar de preferencia en el gabinete de Felipe Calderón, cuando mucho lograrían un contrato de sólo un trienio.
¿Les convendría a quienes tienen puestos ejecutivos de primer nivel en el sector privado o en organismos internacionales dejar sus cargos y aceptar posiblemente un sueldo inferior por trabajar en el gobierno tan sólo tres añitos?
Esta es el menos la situación que plantea Ricardo Alemán en su columna de El Universal:
Entre los cercanos al presidente electo crece la especie de que el de Felipe Calderón no será un gobierno de seis años, de un sexenio clásico, sino que en la práctica habrá dos gobiernos, de tres años cada uno. Y no, no se trata de un juego de palabras o de una obviedad. Ocurre que se explora la posibilidad de que el contrato a los miembros del gabinete del nuevo gobierno se haga por tres años y a partir de objetivos a alcanzar en ese tiempo.
Y explica:
En efecto, para muchos pudiera resultar un despropósito, si no es que una propuesta descabellada.
Pero a la luz de las experiencias de gobiernos priístas, de las lecciones del gobierno de Fox, y de la nueva realidad mexicana, el asunto cambia de manera radical.
Vale recordar que hace seis años, Vicente Fox contrató a los integrantes de su gabinete bajo la premisa de que serían empleados "por seis años". El mensaje que se pretendió enviar fue el de una dualidad de fortaleza y lealtad.
Es decir, que según Fox, había elegido a lo mejor para su gabinete y que se trataba de hombres cuya lealtad no estaba a discusión. Al final del sexenio, 90% de "los hombres del Presidente" ya lo habían abandonado, mientras que la nave naufragaba a la deriva.
Explica Alemán que para el segundo trimestres habría una nueva contratación.
Pues aunque sea por tres añitos, la pugna no cesa entre los allegados al Presidente Electo.
El Universal lo consigna en su columna Bajo Reserva:
Los Golpes bajos al interior del equipo de transición del presidente electo no paran. Los encontronazos se dan entre los colaboradores de Juan Camilo Mouriño y Josefina Vázquez Mota . Usted recuerda que la semana pasada se fueron a comer a un restaurante del sur del DF, muy concurrido por la clase política, para enviar el mensaje de "aquí no hay problemas; todos unidos con Felipe Calderón ".
Pero, según Bajo Reserva, la operación para restañar las heridas no fructificó del todo:
El fuego amigo persiste entre sus operadores. Unos a otros se acusan de filtrar información a la prensa, principalmente de los planes del mandatario electo en relación con eventuales alianzas con otros partidos políticos.
Calderón está decidido a poner orden en casa: la semana entrante puede haber cambios en el primer círculo, de acuerdo con los datos recabados por este espacio.
Al que también ya le llueven golpes, es al flamante vocero calderonista.
Salvador García Soto le da un llegue en la columna Serpientes y Escaleras a propósito del vieje de Felipe Calderón por latinoamérica:
Muchos elogian al "equipo de jóvenes" que rodean al presidente electo Felipe Calderón . Y sin duda es encomiable que el panista de 44 años se rodee de un equipo joven e impulse un cambio generacional en la política y el gobierno.Y precisa en columnista:
Pero de poco sirve la juventud si las prácticas y los vicios son los mismos de los viejos políticos. Y lo decimos por el encargado de la comunicación de Calderón .
Ya en la campaña varios reporteros que cubrían al candidato del PAN se quejaron de presiones y actos de censura de Max Cortázar , a quien acusaban incluso de "pedir las cabezas" de reporteros críticos o incómodos.
Ahora, en la gira internacional que realiza Felipe Calderón , el vocero del Presidente electo volvió a solicitarle a algunos reporteros que no pasaran a México la protesta de campesinos e indígenas de Honduras que, entre otras demandas locales, repudiaban la presencia del mandatario electo mexicano. "Échame la mano, no pases eso", pedía el joven Max , que más bien sonaba como los viejos y mañosos jefes de prensa.
Otro columnista que envía un mensaje cifrado es David Páramo, desde Excélsior:
Quienes impulsan la posibilidad de que Agustín Carstens sea secretario de Hacienda han comprendido que la grilla que ejercían iba en contra de un hombre, quien no sólo está muy bien calificado sino que es una opción real para el puesto.
Afirma que entendieron que para Felipe Calderón y los suyos el estilo no es el de las viejas formas políticas en las que sí funcionaban este tipo de actitudes.
Para integrar el gabinete, el proceso se está dando más en función del proyecto nacional y no tanto en la actitud de las personas en estos días en los que todo mundo parece que quiere moverse para salir en la foto.
Y en fin, hasta para la sucesión en Notimex, hay quien recurre al empujoncito de los amigos.
Darío Celis reporta desde su columna Tiempo de Negocios, de Reforma:
La Secretaría de Gobernación, que lleva Carlos Abascal Carranza, cabildea con el senado la designación del nuevo director de Notimex, que podría entrar en funciones a partir de noviembre próximo.
Al viejo edificio de Xicotencatl llegó una terna de periodistas que pelean la posición que hoy tiene Aurelio Bueno. Los coordinadores Manlio Fabio Beltrones, Carlos Navarrete y Santiago Creel, deberán fijar una postura en breve.
Abascal impulsa a Enrique Aranda, mientras que Martha Sahagún hace lo propio con Sergio Uzeta. Quien no tiene padrino político, pero se ve como el más viable por su independencia y trayectoria es Alejandro Ramos, actual director de El Financiero.
¿Enterados?