La Hora Cósmica
Por Cosme Haces
Dicho y hecho.
Hace dos días, La Hora Cósmica comentaba que Mario Marín le había endilgado a Blanca Alcalá una herencia envenenada:
Un problemón del que muy difícilmente se podrá deshacer: el caso de Lydia Cacho.
Porque Lydia Cacho, no es sólo ella, es toda una red de comunicadores, oenegés y activistas de redes sociales con una enorme capacidad de ruido mediático.
Van a traer a Blanca asoleada durante toda la campaña.
Como trajeron a Marín en su momento.
Hoy esta advertencia es una realidad: Lydia Cacho y su red ya están operando.
De la noche a la mañana la feminista irrumpió como un factor de peso en la campaña electoral por la gubernatura de Puebla, a juzgar por la importancia que este día le dan los medios locales:
Arturo Rueda, por ejemplo, en su columna de Cambio, da por comprobado que la periodista Lydia Cacho tiene preparados misiles de largo alcance que serán disparados con apoyo de Carmen Aristegui desde su sitio, pera desprestigiar a Blanca Alcalá ante los simpatizantes de izquierda.
Y Enrique Núñez, en Intolerancia, afirma que Lydia Cacho emprendió una guerra mediática contra el PRI, y en particular contra la aspirante a la gubernatura Blanca Alcalá.
Los detalles
Considera que la periodista, lleva agua a su molino en un nuevo episodio de protagonismo que resulta francamente sospechoso:
Porque la señora Cacho guardó un silencio sepulcral ante los hechos que ocurren en Puebla en contra de muchas mujeres que no tienen la fama ni el dinero y mucho menos un medio para salir de prisión en menos de 48 horas, como fue su caso.
Los detalles los aporta Selene Ríos que la entrevistó en México para el programa #JuegoDeTroles.
“Estoy escribiendo un texto que publicaré esta semana con Aristegui explicando toda la red de servidores públicos que participaron en el ocultamiento y en la protección no sólo del gobernador, sino de todos los servidores públicos, entre ellos está Blanca Alcalá”, le dijo.
La tesis de Lydia Cacho es que Blanca Alcalá fue una de las operadoras que solicitó la destitución de trabajadores del Instituto Poblano de la Mujer que la apoyaron tras ser trasladada desde Cancún, Quintana Roo a Puebla.
Para el columnista Enrique Núñez, la reaparición de Lydia Cacho tiene un marcado interés político, sobre todo si se considera que en este sexenio se olvidó de Puebla y que vuelve justo en un momento electoral en que el morenovallismo busca mermar la imagen de la abanderada tricolor.
El extraño retorno de Lydia Cacho cumple claramente con los intereses del Señor de los Cerros.
Bipolar
En medio de este ruído mediático Alejandro Mondragón, en Status, aporta una clave: que los grandes temas de escándalo en la campaña electoral se operarán en la radio nacional y Reforma.
Efectivamente, es ahí donde Lydia Cacho tiene su fuerte, a través de sus vínculos familiares y de Carmen Aristegui.
Y en este escenario político mediático, vuelve a aparecer la figura de Javier Lozano Alarcón, el vocero de la campaña de Antonio Gali, a quien el columnista de La Jornada de Oriente, Fermín Alejandro García atribuye un comportamiento bipolar:
Lozano está jugando el papel de vocero del PAN –para el actual proceso electoral– y de inquisidor público de Blanca Alcalá, pero hasta hace unos meses hubo mucha disposición del senador panista de reunirse con la priista para supuestamente aconsejarla sobre su campaña electoral.
La temática de ataques de la campaña del PAN contra el PRI será crear la idea de que “Blanca Alcalá es igual a Mario Marín”, señala.
Pero advierte que no sería raro que Lozano en Puebla actúe como una rabioso anti priista y anti marinista, que sea vocero del PAN y del abanderado albiazul Antonio Gali Fayad, y en el Distrito Federal siga siendo informante de Marín, del PRI y hasta quizá de Blanca Alcalá.
Los columnistas poblanos, pues, están revelando toda una telaraña de intrigas que ya enturbian el ambiente electoral.
Y eso que la contienda apenas está empezando.
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