En el último año de gestión de Andrés Manuel López Obrador, el gobierno del Distrito Federal gastó 73.6 millones de pesos en publicitar su imagen. En medios electrónicos, la empresa Televisa fue la que obtuvo la mayor parte de esos recursos: 34.5 millones de pesos, es decir el 46.8 por ciento del total. En medios radiofónicos, la Agencia Detrás de la Noticia se mantuvo como la más beneficiada, pues recibió 3.5 millones de pesos; mientras que en prensa escrita el periódico La Jornada acaparó el mayor monto recursos: 5.7 millones de pesos.
Estos datos se desprenden del listado oficial de contratos en medios de comunicación, correspondiente a los años 2004 y 2005, entregado a Crónica por el gobierno del Distrito Federal, tras una petición de información, explica el diario.
Y precisa:
En este documento oficial se observa que el 67 por ciento de la partida erogada en medios —49.5 millones de pesos— fue para televisión; el 16.4 por
ciento —12.1 millones— para prensa escrita y el 16.3 por ciento restante —12.0
millones— para radio. Si se considera sólo la cantidad destinada a medios televisivos, se observa que Televisa cuenta con el 69.9 por ciento de la partida. Dicha cantidad, sin embargo, representa una disminución con respecto al dinero que el gobierno perredista le destinó a esa televisora en 2004, año en que absorbió el 76.1 por ciento de los recursos canalizados a televisión. En 2005, Televisión Azteca contó con nueve millones de pesos, 18 por ciento del total de los recursos para televisión de ese año; gracias a que el dinero destinado a la televisora del Ajusco se incrementó en 872 mil pesos. En cuanto a Canal 40, esta firma recibió del gobierno capitalino contratos por seis millones de pesos, casi el doble de lo que percibió en 2004, a pesar de que desde mayo del año pasado está en huelga y no transmite. En total, del gasto total en televisión, CNI absorbió 12.1 por ciento en 2005, contra 6.8 por ciento de 2004.
RADIOS. En el presupuesto erogado en radio, se observa que la agencia Detrás de
la Noticia, de Ricardo Rocha, sigue siendo la preferida del gobierno capitalino,
pues esta se le destinaron 3.5 millones de pesos en 2005, equivalentes al 29 por
ciento del total erogado en radio.
Esta cantidad representa el doble de lo que el GDF usó en contratos con Radio Fórmula —1.8 millones— y siete veces lo que se gastó en comprar publicidad en MVS Radio, a la que le destinó 500 mil pesos (4 por ciento). La firma que se ubica en segundo lugar en cuanto a sus contratos con el GDF, en 2005, es Radio Mil, con 2.3 millones de pesos (19 por ciento del total destinado a radio), seguida de Radio Acir con dos millones de pesos (16.5 por ciento).
En 2005 se incluyó por primera vez a Radio Capital, pero sólo se le canalizaron 100 mil pesos, esto es 0.8 por ciento de lo gastado en radio.
PUBLICACIONES. En medios escritos, el gobierno de López Obrador destinó 12.1
millones de pesos en 2005, de los cuales, 47.7 por ciento, es decir 5.7 millones
de pesos, fueron a parar a La Jornada.
En 2004 había obtenido el 43.1 por ciento de dicha partida. En segundo lugar se ubicó El Universal, al que le tocaron contratos por 2.6 millones de pesos, que equivalen al 21.4 por ciento. Si bien esto quiere decir que a este medio le tocó menos de la mitad de lo entregado a La Jornada, se observa que tuvo un aumento de 200 mil pesos.
En tercer lugar se ubica el periódico Milenio, con 1.3 millones de pesos, al cual le correspondió el 10.9 por ciento de la partida para medios escritos; es decir, tuvo un
incremento de 400 mil pesos.
En contraparte, en 2005, los periódicos de la Organización Editorial Mexicana, como el Sol de México, Esto y La Prensa, tuvieron una merma, pues a diferencia de 2004 en que consiguieron publicidad por tres millones de pesos, el año pasado entre los tres sumaron 415 mil pesos.
Que bueno que se destaquen este tipo de noticias. Ojalá que la mayoría de los medios de comunicación lo hicieran. No hay que olvidar que algunos de dichos medios se han erigido en adalides de la democracia y jueces implacables que no admiten tener algún desacierto; sin embargo, cuando se trata de poner en claro su imparcialidad hacia los actores políticos y de cómo tratan a éstos tomando en cuenta la publicidad que reciben y cómo la reciben,se niegan a ser fiscalizados por un ombudsman, meten la cabeza como el avestruz, entre las plumas, y se hacen los occisos.
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