Las agencias lo narran así:
Bajo el titular "sí, tenemos el derecho de caricaturizar a Dios", France Soir publica un dibujo humorístico con reproducciones de las máximas divinidades de las cuatro principales religiones del mundo sentadas en una nube, en la que Dios le dice al profeta del Islam: "No protestes, Mahoma... Aquí, todos hemos sido caricaturizados".
Anoche, la cadena de televisión France 2 divulgó en su principal telediario reproducciones de las polémicas caricaturas danesas. France Soir explica que también las reproduce no como una provocación, sino porque son objeto de "una controversia de amplitud mundial" en la que están en juego "el equilibrio y los límites mutuos, en democracia, entre el respeto de las creencias religiosas y la libertad de expresión".
El diario dedica dos páginas, en interiores, al tema y publica un comentario titulado "intolerancia", cuyo autor afirma que no es porque el Corán prohíbe la representación de Mahoma por lo que "un no musulmán debe someterse" a ello. Al denunciar a los "nuevos inquisidores", el comentarista arremete contra la "intolerancia religiosa que no soporta ninguna burla, ninguna sátira" y afirma que "nunca nos disculparemos por ser libres de hablar, pensar y creer". En la misma línea se ha manifestado el alemán Die Welt, que también ha publicado las caricaturas.
También el diario alemán Die Welt se unió a la publicación de los dibujos:
El mundo islámico está que arde con las caricaturas, según narra El País:
Los incidentes en varios países islámicos contra intereses de Dinamarca y Noruega se han multiplicado en los últimos días tras la publicación de una serie de caricaturas de Mahoma en un periódico y un semanario de estos países nórdicos. Egipto ha anunciado un boicoteo contra los productos daneses y noruegos y Arabia Saudí ha llamado a sus embajadores en Copenhague y Oslo. Ante la dimensión de la crisis, el diario Jyllands Posten ofreció ayer excusas.
La amplitud de la campaña, con reacciones que van desde Irak y Gaza hasta Libia, ha llevado a Dinamarca y Noruega a tomar medidas para proteger a sus ciudadanos en Oriente Próximo. "Estos incidentes son preocupantes porque tenemos una buena relación con el mundo árabe", dijo el ministro danés de Exteriores, Per Stig Moeller. "Estamos trabajando para tratar la situación en los planos diplomático, económico y de seguridad", agregó.
Los peores incidentes tuvieron lugar en Gaza, donde se quemaron banderas de Dinamarca el domingo, y ayer un grupo de hombres armados se manifestó ante la sede de la UE y exigió la salida de este territorio de todos los ciudadanos escandinavos.
La Cruz Roja danesa ha retirado a sus empleados de Gaza y Yemen, mientras que el Ministerio de Exteriores danés ha pedido a sus ciudadanos que se muestren especialmente cautelosos en Argelia, Egipto, Jordania, Líbano, Arabia Saudí y Pakistán.
El jefe espiritual de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mehdi Akef, hizo un llamamiento mundial "a boicotear los productos de Dinamarca y Noruega", mientras que la Federación de Periodistas Árabes, con sede en El Cairo, anunció una campaña "contra la propagación del odio". El secretario general de la Liga Árabe, Amer Musa, acusó a Occidente de tener "dos varas de medir en la prensa europea". "Teme ser acusada de antisemita pero invoca la libertad de expresión cuando caricaturiza al islam", dijo. El conflicto arrancó el pasado 30 de septiembre con la publicación en el diario danés Jyllands Posten de unas caricaturas de la figura del profeta Mahoma, cuya representación está prohibida por el islam suní. En una de las caricaturas se veía a Mahoma con una bomba en lugar de turbante.
El diario, el principal de Dinamarca, publicó los dibujos en nombre de la libertad de expresión, después de que el autor de un libro sobre Mahoma no hubiera podido encontrar ilustradores para su obra, por temor a represalias. Las caricaturas fueron reproducidas el pasado 10 de enero por el semanario noruego Magazinet.
La reacción de la colonia musulmana en Dinamarca, paquistaníes e iraquíes mayoritariamente, fue inmediata. Los dibujos fueron considerados como una "grave ofensa a sus creencias y a la figura de Mahoma".
Inicialmente el debate se planteó como un conflicto entre la libertad de expresión y el respeto a la religión. Amparado en la primera, el diario se negó a presentar disculpas. "Hacemos sátiras sobre Jesús, la familia real, los políticos. No satirizar a los musulmanes sería mostrar prejuicios", afirmó Flemming Rose, redactor jefe de Cultura del Jyllands Posten.
Pero el agravamiento del enfrentamiento ha llevado al periódico a cambiar su posición. "Esos dibujos no violan la legislación danesa, pero han ofendido de manera irrefutable a muchos musulmanes y presentamos nuestras excusas", escribió ayer su redactor jefe, Carsten Juste, en una carta dirigida a la agencia de noticias jordana Petra.
El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, que en todo momento ha esgrimido la libertad de expresión, se felicitó por estas palabras. "Me alegro mucho de que el Jyllands Posten haya dado un paso tan importante", declaró a la televisión. El primer ministro recordó que no le correspondía disculparse en nombre de los medios de comunicación. "En una sociedad donde la prensa es libre e independiente", añadió, "el Gobierno no es el que dirige los periódicos". Rasmussen expresó su deseo de que el gesto del diario contribuya a solucionar la crisis. La presión para buscar una salida proviene tanto de los círculos económicos como políticos. La decisión anunciada por Arabia Saudi de boicotear los productos daneses, entre ellos los del consorcio sueco-danés Arlas de productos lácteos, está ocasionando pérdidas estimadas en 10 millones de coronas diarias.
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