El mandatario no puede seguir gobernando ese estado, después de quedar en evidencia que formó parte del complot contra la periodista Lydia Cacho.
Marín, que ante su pequeña estatura física, pone en evidencia ahora su también escaso tamaño moral, había intentado pasar a la historia entre los próceres poblanos mediante un mural que encargó para el salón de cabildos, cuando era alcalde de la Angelópolis, y donde se mandó pintar equiparable al emperador Carlos V, la reina Isabel la Católica, el fundador de la ciudad Fray Toribio de Benevente, Motolonía y el destacado arzobispo don Juan de Palafox y Mendoza, creador de la Biblioteca Palafoxiana.
Esa grandiosidad con que intentó revestirse se vino a tierra al actuar ahora como empleado de un empresario al que se conoce como "el rey de la mezclilla" que financió su campaña política y al que llama con admiración Mi héroe ¡chingao!.
Kamel Nacif, pagó con dos botellas de coñac el servilismo del gobernador que propició la detención de la periodista en una cárcel, donde por artilugios del empresario sería encerrada con las locas y tortilleras, para que la violaran.
Marín vendió mi libertad por dos botellas, denuncia Cacho en una nota de El Financiero
Y El Universal reproduce fragmentos de las conversaciones telefónica entre los implicados en este sucio caso
Mi góber, tú eres el héroe
Al desnudo la intriga contra Lydia Cacho
La información sobre el escándalo es abundante este día:
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